Revista Sociedad

Sobre amores y política

Publicado el 30 abril 2015 por Abel Ros

Monedero fue el único que dio la cara, cuando Pablo Iglesias no acudió al programa de TeleCinco


Sobre amores y política
sta mañana, me ha contado María, que su amiga Gabriela había roto las fotografías de su boda. Las había roto, porque no soportaba ver, cómo el hombre que la besaba, con tanta pasión y dulzura. Años más tarde, se hubiese convertido en el verdugo de su vida. Después de una década de matrimonio, Gabriela y José se han separado. Se han separado porque no echaron suficientes troncos a la lumbre en las frías noches de enero. "Recuerdo – en palabras de María – que al principio de la relación, mi amiga estaba tan enamorada de su marido, que se creía todas sus mentiras". No olvidemos – me decía – que Gabriela, durante cuatro años, no quería saber nada de hombres. Antes de esta relación, estuvo casada cinco años. Felizmente casada, hasta que descubrió que su ex – el mismo que le regalaba bombones de Mercadona, el día de Nochebuena – se acostaba con Andrea, una compañera de oficina. Una hostia en toda regla, para odiar, durante una larga temporada, al mejor de los galanes.

Gabriela estaba felizmente casada hasta que descubrió que su marido se acostaba con Andrea

Después de hablar con María, he recibido un "wasap" de Manolo. Manolo es un viejo amigo que conocí en la Cruz Roja. Nos conocimos allá por el noventa y seis, cuando hacíamos la Prestación Social Sustitutoria. Aunque no nos parecemos en nada – él es de derechas y yo de izquierdas; él economista y yo sociólogo; él rubio y yo moreno; él es creyente y yo ateo; a él le gustan las morenas y a mí las rubias; a él le gusta el baloncesto, a mí, el atletismo – entre los dos, hay una cosa que nos une. Esa cosa es la tolerancia. Podemos hablar de política, economía y religión desde trincheras enfrentadas. Podemos tirarnos los platos como dos jubilados después de treinta años de casados; pero a los pocos minutos, somos como jugadores de rugby. Tenemos "el tercer tiempo", donde nos tomamos un par de cervezas y una ensaladilla, y tan amigos como siempre. Pues bien, como les contaba; después de hablar con María quedé con Manolo para tomar un café en el África. Durante el café, le conté el chisme de María y, no sé como demonios, terminamos hablando de política. 

Manolo, como les decía, es un conservador de pura cepa. Viste con camisas de marca; peina a lo Nicolás; ha estudiado en el Santo Domingo (un colegio de curas, ubicado en Orihuela) y, siempre ha defendido que la mejor política social es la economía. Recuerdo que en los tiempos de Aznar, su ídolo era Rato. Tanto es así, que estudió ciencias económicas y empresariales en la CEU San Pablo de Elche. La estudió por la fascinación que sentía por el "España va bien" de las grúas y los ladrillos. Cuando lo vi, le pregunté – con toda la maldad del mundo – por su "amiguito" Rato. Me dijo que estaba muy desengañado con el Pepé. Tanto que se estaba pensando seriamente: si no acudir a votar, si votar en blanco o, votar a Ciudadanos. En sus palabras percibí el olor a chamusquina que desprenden los indignados de la derecha. Indignados contra Rajoy por no haber cumplido ni un punto de su programa; por la vergüenza del caso Bárcenas; por la dimisión de Gallardón y por las facturas de la alcaldesa de Valencia. Indignados de cuello blanco y corbata – como diría mi abuelo si me oyera – que encuentran en Ciudadanos, la excusa perfecta para castigar al PP sin traicionar a su ideología. Al escuchar a Manolo, recordé las palabras de María. El desengaño con el Pepé era el mismo que sentía su amiga con los hombres. Un desengaño basado en la frustración, que sienten los enamorados cuando su pareja no cumple con las expectativas.

Al mediodía, cuando llegué a casa puse la Sexta; estaban hablando de Monedero. Al parecer, el cofundador de Podemos se siente "totalmente traicionado" por los suyos. Así lo ha declarado en la Cafetera, el programa que dirige Fernando Berlín en Radiocable. Según el politólogo, Podemos se parece cada día más a "la casta". Tras la noticia, le envié un "wasap" a Jacinto. Decía así: "Monedero os ha puesto a parir". Jacinto es un forofo de Pablo Iglesias. Tanto es así, que cuando habla, en el África, de política, simula hasta el mismo tono de voz que "el coletas". Para él, Monedero es el Alfonso Guerra de los tiempos de Felipe. Es quien dice las cosas claras y, el único que dio la cara por Pablo Iglesias, cuando éste no acudió al programa de TeleCinco. Acabo de recibir un "wasap", es de Jacinto. Dice así: "Monedero ha dimitido de la dirección de Podemos". Voy corriendo, enciendo la televisión. Veo a Pablo Iglesias, está dando una rueda de prensa. Hay caras largas en la sede de Podemos. Se ha producido la primera crisis de la pareja. La misma que sufren muchos enamorados el primer año de casados.

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