Sobre educación

No anda uno fino a esta temprana hora de la mañana en que redacto la entrada del día, para tener suficiente sentido del humor, pero la viñeta merece la pena. El buenismo oficial del PSOE del que todos somos iguales, que las oportunidades las merece todo el mundo, y así pasar de curso sin dar un palo al agua; la absoluta falta de repeto al profesorado en forma de un colegueo absurdo e ilógico; fue asumido por el PP, temeroso de parecer un partido de esa derecha rancia, decimonónica y franquista que sus rivales políticos predicaban por las esquinas. Así, año tras año, hemos conseguido disminuir el nivel de nuestros alumnos a cotas insospechadas en esta vieja, pero culta, Europa, en la que los países vecinos nos empiezan a mirar como al hermano tonto de la familia. Los informes son demoledores, demoledores para nosotros, claro, y cuando un ministro con sus luces y sus sombras, como el Sr. Wert, plantea exigir el aprobado a quienes pretendan renovar la beca, las hordas progresistas se echan a la calle acusando al gobierno de representar y defender solamente a los ricos, en una suerte de obra de Ionesco, del más absurdo de los absurdos.

El respeto al enseñante, la educación tanto de los alumnos como de sus familiares directos, el premio al sacrificio y al esfuerzo, las evaluaciones, exámenes y reválidas, son los pilares sobre los que construir una generación de jóvenes formados y competitivos en una sociedad occidental más preocupada por la eficacia de sus ejecutivos que por la igualdad mal entendida de oportunidades que predican unos políticos cuyos hijos se educan de forma diametralmente opuesta a la que defienden para los demás.