Voy a tratar de responder brevemente a las cosas que se han dicho después de que algunos compañeros saliésemos en prensa expresando nuestras críticas a la postulación de Gaspar Llamazares como candidato. Antes de empezar, quiero agradecer a todos aquellos que han decidido debatir con nosotros y confrontar sus argumentos con los nuestros. También quiero mostrar la enorme pena que me produce que otros compañeros hayan sido incapaces de estar a la altura del debate, recurriendo únicamente a la descalificación personal, al insulto, y al ataque a aquel que no piensa como ellos.
Primeramente, me veo en la obligación de responderle a todos aquellos compañeros que sugieren que, como hay primarias, no hay nada que debatir. Me temo que, a mi juicio, no pueden haber entendido peor el objetivo de unas primarias. Las primarias no pretenden sustituir el debate y la confrontación de proyectos por el personalismo, sino facilitar la elección directa y democrática de los candidatos. Pero, evidentemente, antes de votar, de elegir a un candidato, debe haber debate. Los militantes deben debatir públicamente y exponer sus argumentos en contra o a favor de unos u otros candidatos. Tampoco acepto la premisa de que aquellos que no nos hemos postulado como candidatos no tengamos derecho a expresar nuestra opinión sobre la posible candidatura de Llamazares. Esa es una restricción de la libertad de expresión absolutamente inaceptable, que reduce la acción política aquellos que quieren presentarse a un cargo institucional, lo que supone una profesionalización de la política absolutamente opuesta a los valores de esta organización. Si sale un candidato o candidata que me guste, lo apoyaré, pero sino, seguiré teniendo el mismo derecho a participar en los debates sobre este proceso de primarias y a expresar mis opiniones sobre los candidatos que se postulen.
Otros han llegado aún más lejos, han hablado de “acatar lo que se decida” como si el proceso en sí ya estuviese hecho. Y no es de extrañar, porque las formas en las que se ha producido la postulación de Llamazares, como si hubiese llegado como resultado de una gran aclamación popular, han venido a transmitir precisamente ese mensaje: “Ya está todo hecho, ya tenemos candidato”. Es justo eso lo que nos ha obligado a salir a escena, con el fin de romper esa idea propagandística de que “ya hay candidato ganador”, que podría evitar otras postulaciones, haciendo que el proceso de primarias perdiera todo su significado.
Graves me han parecido las declaraciones de aquellos que nos han dicho que en lugar de proponer, solo nos dedicábamos a “descalificar” cuando no hay ninguna descalificación en toda la nota de prensa. Más aún, cuando yo personalmente, en mi perfil de Facebook, he defendido a Gaspar cuando, a raíz de esta noticia, se dijo que llevaba mucho “chupando del bote”. ¿A qué descalificaciones pueden referirse? ¿O es que algunos se toman como descalificación el mero hecho de que alguien disienta de su opinión? Si es así, me aterra con que poco respeto se trata la libertad de expresión y el derecho a la discrepancia. A la discrepancia de otros eso sí, porque, paradójicamente, algunos de los que nos han dicho eso suelen discrepar públicamente de muchas de las decisiones de la dirección de IU, y no siempre de buenas maneras, ni con buenos modales. El colmo de la hipocresía es que, precisamente ellos, han recibido nuestras opiniones con insultos como “incompetentes” que “representan lo peor de lo que dicen rechazar”.
Tampoco puedo tolerar que se pongan en nuestra boca cosas que no hemos dicho: Ni somos el área de juventud de IU (otra cosa es que todos los que enviamos esta crítica seamos “jóvenes”), ni la crítica que hacemos a Gaspar es que sea “viejo”. Lo que criticamos es el hecho de que el compañero en cuestión que lleva en primera línea política toda nuestra vida, pretenda continuar, al menos 4 años más. En toda esa carrera política ha llevado al Congreso temas cruciales de Asturias, ha sido un excelente diputado, y ha destacado especialmente por su actuación durante la reforma del artículo 135 de la Constitución. No pretendemos atacar a Llamazares, simplemente decimos que, tras tantas décadas como político profesional, representando a IU en las instituciones, va siendo hora de agradecerle los servicios prestados y que ceda el testigo a otro.
PD: Lamento no haber logrado mi objetivo de ser breve.