Revista Opinión

Sobre el dinero que pierde Rajoy

Publicado el 21 julio 2013 por Romanas
Sobre el dinero que pierde Rajoy Dice Margallo, y debe de saber muy bien lo que dice porque para eso es Inspector del Timbre, en su vida privada, que Rajoy está perdiendo ingentes cantidades de dinero dedicándose a la política en lugar de seguir explotando, como si fuera una mina de diamantes, su registro de la propiedad de Santapola.  Este ministro, inspector del Timbre del Estado por oposición, hace como que no sabe que un registro de la propiedad, sobre todo como el de Santapola, ciudad alicantina verdadero emporio del turismo y, por tanto de la construcción, con miles de edificaciones anuales, que han de registrarse necesariamente para existir, es una verdadera mina de diamantes, o sea que aparentemente tendría razón, si fuera verdad eso de que Rajoy ha renunciado a su mina particular para ejercer la política, cuando es precisamente todo lo contrario, el tío se metió en política para proteger mucho mejor su fabulosa mina de diamantes.  Rajoy, y lo sabe muy bien el susodicho inspector del Timbre, no sólo es él el único registrador de la propiedad de la familia Rajoy, sino que son varios hermanos los que han logrado “ganar” la que tal vez sea la mejor oposiciones a las que puede optar un licenciado en Derecho en España.  Rajoy, y lo sabe muy bien el susodicho inspector del Timbre, desde que obtuvo su primera designación política, ha dedicado el mayor y mejor de sus esfuerzos a “enriquecer” una de las mejores profesiones del mundo, en la que se cobra un pastón porque cualquier españolito inscriba en su registro de la propiedad de Santapola el chalet adosado que se ha comprado para veranear en la que es considerada “vetere proverbio”, la mejor playa de levante, que ya es decir, porque allí están sin duda las mejores playas del mundo, y esto lo sabía muy bien ese águila que fue Santiago Bernabeu, que se retiró a allí, después de librar y vencer, con la ayuda de Dios y del Caudillo de España, en más de mil batallas.  Estimulado por este ejemplo de altruísmo profesional, Rajoy ha decidido no ser menos que su admirado presidente, empedernido fumador de puros, como él, y ha decidido, también como él, entregar su vida al Altísimo, vinculado de alguna manera a esta joya de levente.  Rajoy ha luchado, como lo que es, un auténtico jabato, para seguir siendo el registrador de la propiedad de Santapola en excedencia provisional por el ejercicio de la profesión política, con lo que se producen una serie de consecuencias casuales de la mayor importancia económica.  Primera, el registro de la propiedad de Santapola no puede salir a concurso para ser adjudicado y “explotado” por un nuevo titular, porque su titular , o sea, propietario de la plaza sólo está en excedencia, pudiendo volver a ocuparla en cualquier momento, o sea, que su vacancia es una de las cosas más provisionales que hay en este mundo, porque el cualquier momento, el presidente, nuestro presidente, puede decir, mordiendo con rabia su sempiterno puro: "Coño, hasta aquí hemos llegado, ya me duelen a mi los cojones de sacrificarme tanto por el bien de todos, absolutamente todos los españoles". Y tendrá razón de sobra.  ¿Qué sucede entonces, con el registro de la propiedad de Santapola? Que su “explotación” se lleva a cabo por un compañero, que lo cubre como añadido al suyo de Elche, que tampoco es moco de pavo, mientras que nuestro eximio presidente continúe en excedencia provisional por el ejercicio de la profesión política.  ¿A que parece perfecto?  Lo que se expone a continuación sólo es una mera hipótesis de trabajo para llevarla a cabo por un jodido malpensado, cosa que el que suscribe no ha sido nunca.  ¿Puede suceder que, como tal hipótesis, el registrador de Elche sea tan buen amigo de Rajoy que haya podido pactar con éste usufructuar “su” registro, el de Rajoy, durante todo el tiempo que dure su excedencia, repartiéndose los honorarios a partes iguales, de modo que la ingente cantidad de dinero que ello supone sea repartida entre dos buenos amigos por no hacer absolutamente nada, porque un registrador de la propiedad se limita a firmar los asientos del registro que, convenientemente, no sólo redactados sin también preescritos por su personal, se le presentan diariamente?  Yo no digo que esto sea así, es más, estoy absolutamente seguro de que no es así, si no por otra cosa porque un hombre de la acrisolada y probada honradez de Rajoy jamás haría una cosa semejante.

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