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Sobre el estado de zanshin

Publicado el 27 julio 2025 por Soloelectronicos @soloelectronico

Zanshin puede traducirse como «mente restante» o «conciencia plena», y significa estar completamente atento, alerta y presente en el momento, sin distracciones, antes, durante y después de la acción. No es solo concentración momentánea, sino una vigilancia continua y serena que permite reaccionar con claridad, precisión y espíritu calmado. Por lo tanto, aunque “concentración” es una buena palabra para resumirlo, en el contexto del kobudo y otras artes marciales japonesas, zanshin define mejor esa atención plena y estado mental ideal para que la “espada (o el arma) sea la mente”.

Sobre el estado de zanshin

La frase samurái «La espada es la mente. Si la mente está embotada, la espada estará embotada. Si la mente está tensa, la espada estará tensa», pronunciada por Yamaoka Tesshu, un renombrado espadachín del siglo XIX en Japón, encapsula una enseñanza esencial que trasciende más allá del manejo de la katana para aplicarse también profundamente en el kobudo, el arte marcial tradicional que abarca el manejo de diversas armas antiguas japonesas.

En kobudo, donde la disciplina abarca armas como el bo (bastón largo), nunchaku, sai, tonfa, kama, entre otras, el principio de la conexión mente-arma es igualmente fundamental. Cada arma requiere no solo técnica sino una mentalidad clara, centrada y fluida para que el practicante pueda responder con precisión y eficacia en el acto. La frase de Yamaoka Tesshu ilustra cómo el estado mental condiciona el dominio de cualquier arma; una mente serena y atenta permite movimientos naturales, unidos a la intención, logrando que el arma se extienda como una prolongación del cuerpo y la voluntad.

Este vínculo inseparable entre mente y arma se cultiva en el entrenamiento riguroso del kobudo, donde la práctica constante busca pulir no solo la ejecución técnica sino también el equilibrio interno que evita la rigidez o la confusión mental. El manejo de armas, con sus diversas dimensiones y cadencias, exige que el practicante mantenga una atención plena (zanshin) y una respiración controlada para sincronizar la fuerza, velocidad y dirección del movimiento con el momento presente.

Más allá de la práctica marcial, la enseñanza original de Yamaoka Tesshu se revela como una guía para la vida misma. La disciplina mental que se afina en el dojo contribuye a desarrollar autocontrol, concentración y resiliencia, cualidades indispensables para enfrentar los retos cotidianos con serenidad y eficacia. Como en el combate, en la vida, la claridad mental evita errores y favorece decisiones acertadas.

En resumen, para el practicante de kobudo, entender que «la espada es la mente» significa reconocer que el verdadero poder del arma proviene del dominio interior. La eficacia técnica es solo una parte; la verdadera maestría nace de la unión armónica entre mente y cuerpo. Por ello, la disciplina de kobudo no solo tallará el destreza física, sino que cultivará la mente para que el guerrero, en cada gesto y cada instante, lleve su arma con la sabiduría y serenidad que solo una mente entrenada puede ofrecer.

Así, del antiguo legado de los samuráis a la actualidad, esta enseñanza perdura y guía a quienes buscan en el kobudo no solo una forma de lucha, sino un camino de desarrollo personal integral.


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