Abraxas
Si queremos conocer el poder numérico de un nombre o una palabra, es innegable que el primer paso es conocer su grafía y pronunciación en la lengua original de dicha palabra, en especial, si se quiere valorar un texto sagrado o un texto hermético. Es conveniente, o mejor dicho, necesario, buscar la grafía más antigua, no por antigua sino por su cercanía al origen, en el caso de personas se busca el nombre de “identificación”.
Como ejemplo de esta necesidad de ir a la fuente, voy a usar una palabra ABRAXAS que es el nombre de un talismán gnóstico que representa la dualidad del bien/mal, dios/hombre y fundamentalmente la cotidianeidad de la vida representando los días que transcurren.
Si aplicamos las tablas numerológicas a ABRAXAS tendríamos:
A=1 B=2 R=9 A=1 X=6 A=1 S=1 en consecuencia ABRAXAS= 21 que no tendría ningún significado en su tesitura de talismán.
Pero si aplicamos las tablas numerológicas a ἄβραξας (Abraxas en griego, literalmente fuego):
ἄ=1 β=2 ρ=100 α=1 ξ=60 α=1 ς (final)= 200 en consecuencia ἄβραξας= 365 que son los días del año y que representan la cotidianeidad de los días, con sus momentos de profanidad y divinidad, de bien y mal.
Los pitagóricos, no creían en la posibilidad de que pudiéramos usar la fuerza numerológica para cambiar la vibración de un nombre con la esperanza de mejorar el temperamento, la situación financiera o cualesquier deficiencia del ser humano, pero los gnósticos y los esotéricos de todos los tiempos sí.
El peligro de usar talismanes o numerología para modificar la vibración es, como no, hacerlo mal, en el mercado esotérico lamentablemente encontramos la venta sistemática de cuarzos, metales y talismanes que actúan, sí, actúan, pero la mayoría de veces no sabemos como.