Revista América Latina

Sobre el neoliberalismo (2)

Publicado el 07 noviembre 2012 por Tetenoemi @TeteNoemi

Decíamos con el SCI Marcos que el neoliberalismo libraba la cuarta guerra, la del capital financiero contra todo tipo de lazo social, incluyendo al estado – nación, al que destruye y despuebla, reconstruye y reordena para la apertura y modernización de un “hipermercado mundial”, en el que la política se convierte en un mero organizador económico. Impone una guerra total: la devastación de naciones y grupos de naciones para disciplinarlas en uniformidad con el modelo capitalista norteamericano, “the american way of life”.

Los derechos del hombre y el ciudadano

“La pesadilla que nos venden como el mejor de los mundos posibles – dice el subcomandante Marcos – nos promete la destrucción más terrible: la de la memoria histórica.”

“Se trata de una destrucción histórica y cultural.”

Entonces, este capitalismo mundial, inmola en esta guerra, aquello que le dio proyecto histórico: el capitalismo nacional. Empresas y Estados se derrumban instantáneamente, no por revoluciones proletarias, sino por embates financieros: el hijo devora al padre, el neoliberalismo al capitalismo nacional, y de paso destruye todas las “falacias discursivas” de la ideología capitalista: en el nuevo orden mundial no hay libertad, ni igualdad, ni fraternidad, ni, por supuesto, democracia.

Y en relación con esto último, y respondiendo a la pregunta sobre los orígenes del neoliberalismo desde el punto de vista del pensamiento que lo funda, sus bases reposan sobre las del liberalismo, el cual considera como eje primordial de la sociedad al individuo, y como ideal, su libertad.

Esta corriente filosófica tuvo diferentes vertientes: así podemos hablar de Thomas Hobbes y John Locke, siglo XVII, en Inglaterra, de David Hume, Adam Smith y David Ricardo en la economía política; Rousseau en Francia, la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano proclamados por la Asamblea Nacional de Francia (antecedente de los DD.HH.), John Stuart Mill , en el siglo XIX…

Ahora bien, la mayoría de los pensadores en la historia insistieron en que el hombre no está aislado de los demás, ni de las distintas formas de organizarse que se ha dado en la historia. Así, La Declaración de derechos francesa plantea en su epígrafe IV:

La libertad política consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio a los demás. El ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene otros límites que aquellos necesarios para garantir a cualquier otro hombre el libre ejercicio de los mismos derechos; y estos límites sólo pueden ser determinados por la ley.

Stuart Mill decía:

“La única parte de la conducta de todo hombre de que es responsable ante la sociedad, es aquella que se relaciona con los demás”.

El pensamiento ilustrado que dio base al liberalismo fue flexible y plural en tanto corrientes de pensamiento y posiciones ideológicas. Por eso, también propugnó a tono con el ideal el culto a la individualidad, a la libertad de la persona, la diversidad, la creatividad y la riqueza de ideas de todo orden.

El liberalismo clásico intentó fundarse en los principios de los derechos humanos, considerados conquistas de la modernidad, derechos que además de su carácter político como libertad de reunión, de palabra y elección, por ejemplo, implicaban otros de carácter económico y social como el respeto a la propiedad privada, el derecho a la educación, a la salud, etc.

Desde la Ilustración, se desarrolló un espíritu laico, que de pronto comenzó a entrar en desuso, y empezaron a aparecer con cierta fuerza algunas formas de fideísmo fundametalistas, y empezamos a oír llamadas a participar en “cruzadas” y “guerras santas” como si de improviso nos olvidáramos de ciertas conquistas de la Modernidad, como la soberanía y libre determinación de los pueblos, del derecho de ser juzgados con las garantías necesarias, etc., y viviéramos una época en la que impera la ley del más fuerte.

territorio zapatista el pueblo manda

Marcos lo dirá de esta manera: “El neoliberalismo lleva a la opción «o permanencia y lucha o desaparición y muerte»”

En vistas a realizar el orden mundial propuesto, necesita excluir a una parte de la humanidad, liquidar su historia, los estados nacionales, para que no se opongan a los designios economicistas.

Como en la utopía de “Blade Runner”, en vez de mundo, una mega-empresa, con muchos estratos de gerentes, hasta llegar al obrero y el consumidor. La resistencia la protagonizan los sectores excluidos… Todos los sectores que están siendo forzados a definirse como compradores o vendedores. No hay otra, no hay opción: “Si ni compras ni vendes, no existes para nosotros”.

photo of Teresa
Teresa N Alvarez Grupos de Estudio Bs. As., 1093 Argentina

Fuentes:
Subcomandante Marcos – E.Z.L.N : 7 piezas sueltas del rompecabezas mundial. Junio, 1997
Guadarrama, Pablo: Pensamiento latinoamericano alternativo ante el pensamiento único neoliberal. Ponencia en el VIII Simposio Filosofía Latinoamericana, Sta. Clara, Cuba, 2002

 


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