"Los ganadores tienen metas, los perdedores excusas". Ay, por dios, esta frase no va a salir nada bien parada, me temo. ¿De dónde habrá salido esta mierda de frase sentenciosa? ¿Qué lumbreras se creyó en el derecho de maltratar el pensamiento con esta estupidez? De un "gurucillo", de seguro. Frases como ésta que pululan por ahí como un destello de inteligencia del que las creó, sea quien sea, nos muestran lo pernicioso que resulta creer en lo que a uno le dicen o lee. Cada uno puede creer lo que quiera; nadie expresa lo contrario. Pero cuando la base de una creencia se basa en una falacia por muy bien estructurada que esté, el resultado es una farsa. "Creer" debe nacer de pensamiento de uno mismo; creer en pensamientos que no sea el tuyo me resulta como ser un loro que tan sólo imita sin comprensión el lenguaje. Y lo más peligroso para el propio individuo y para los demás, es la creencia y defensa de un pensamiento ajeno nacido o no de la manipulación intelectual. Desde la intolerancia a la más pura barbarie moral, ética y cívica que puedan imaginarse nace de las falsas reivindicaciones de las creencias basada en la supremacía de cualquier pensamiento como referencia de "La Verdad". Uno debe desaprender, y desprenderse, del concepto de "La Verdad" como absoluto. "La Verdad" es relativa. Muy relativa diría. El pensamiento humano no se rige por frases, por muy aparentes que resulten. El pensamiento humano es tan profundo como el conocimiento del Universo. No hay ganadores ni perdedores; ni mucho menos metas o excusas. Sólo existen Circunstancias. Todo lo restante, es perifollo mental, según su segunda acepción marcada en el diccionario.