Quizá el mayor error de los gobiernos (este, el anterior, el que fuere) consista en gastar demasiada energía en las elecciones, en vivir las derrotas electorales como tragedias; en lugar de saberse personas de paso, y trabajar en serio, con honestidad desinteresada, por el país que sueñan (si es que en verdad algún país sueñan).