Revista Historia

Sobre guerra e ideología

Por Santi
Transcribo un par de párrafos que me han impactado, del libro La política internacional como política de poder, de Tomás Mestre Vives (1979), p.218. Creo que llevan bastante razón:
"Bismarck luchó en guerras necesarias y mató a millares; los idealistas del siglo XX luchan en guerras justas y matan millones", comenta l'enfant terrible de la historia que es Taylor. Pero no sólo es cuestión de guerra, ni del siglo XX. En El Archipiélago Gulag (A. Solzhenitsyn) podemos estremecernos con este párrafo: "La imaginación y la fuerza interior de los criminales de Shakespeare se limitaban a una docena de cadáveres. Es porque no tenían ideología. ¡La ideología!, ella es la que aporta la justificación que el crimen busca, la larga firmeza necesaria al criminal... De este modo, los inquisidores se apoyaron en el cristianismo, los conquistadores en la exaltación de la patria, los colonizadores en la civilización, los nazis en la raza, los jacobinos (de ayer y de hoy) en la igualdad, la fraternidad y la felicidad de las generaciones futuras. Es la IDEOLOGÍA la que ha costado al siglo XX experimentar el crimen a escala de millones. Un crimen imposible de ser refutado, pasado por alto, silenciado". Es lo que ocurre cuando se pone en juego la modelación del alma. El espíritu del cruzado fervoroso no admite cuartel; lo demás puede ser negociable.
Sobre estos peligros se han formulado reiteradas advertencias. "Una vez lanzada,la jihad, la guerra santa, es la menos manejable de todas las formas de disputa humana. Porque el mayor sufrimiento del hombre en manos del hombre hemos de agradecérselo a los ideólogos y celotes religiosos de la historia, aquellas personalidades inmovilizadas que no saben vivir en la incertidumbre, que no pueden tolerar las diferencias, que están tan divinamente (o ateamente) ciertas de su propia rectitud y que están listas -afanosas- para imponer sus puntos de vista a los demás".* Se sabe que las ideologías son religiones secularizadas. "Todo ideólogo sueña con una guerra; no es la paz lo que le interesa, sino el nombre del enemigo".** Constituyen amplia selección, se ha dicho, los dispuestos a luchar y sacrificarse por la paz hasta no dejar piedra sobre piedra. Los tibios hasta pueden ser considerados como "aliados objetivos" de la "tiranía". Quien no está conmigo está contra mí. No hay escapatoria para estas mentalidades redentoras, misioneras, purificadoras.
*BAYLESS MANNING, "Goals, Ideology and Foreign Policy", Foreign Affairs, 54, 2, enero de 1976, p. 277.**ALFRED FABRE-LUCE, Journal, cit. por ANDRÉ FONTAINE, Le Monde, 16 de abril de 1976.
Mete el dedo en la llaga. Nada que añadir.
Saludos

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