"Yo creo que nuestro problema mayor es que todos buscamos objetos, y que algunos
pueden no buscar objetos pero pueden buscar completarse internamente. Esta búsqueda tambiéntrae contradicciones: hay
quien se considera incompleto internamente entonces hace fuerza por integrarse
internamente, por ser completo en sí mismo. Sea que alguien busque objetos afuera o sea que busque completarse internamente,
de los dos modos sufre contradicción.
En general los buscadores de cosas espirituales buscan o “la conciencia mística”, o buscan un dios, o buscan estar completos, iluminados.
El Buda planteó ese mismo problema y
explicó que para lograr la
iluminación no había que buscar la iluminación. Pero, entonces, ¿cómo se va a lograr una cosa si no se la busca? Es que
nosotros no buscamos lograr una cosa, nosotros no planteamos esto en sentido posesivo.
Nosotros no decimos que haya que tomar algo para integrarlo, que haya que tomar
objetos para tenerlos; nosotros decimos otra cosa: que hay que suprimir las contradicciones,
suprimir el sufrimiento.
Nosotros definimos nuestro trabajo no como de “mano llena”,
sino como de “mano vacía”. Ustedes saben cómo se cazan algunos monos: se coloca arroz en un tronco de un árbol, en un orificio pequeño; entonces el mono mete la
mano en el agujero, toma el arroz y no puede sacar la mano; el mono ve que lo
van a cazar ¡pero tampoco quiere
soltar lo que tiene en la mano! ¡El
mono sufre una gran contradicción!
Nosotros decimos que no se trata de lograr cosas ni de lograr estados superiores
de conciencia tampoco; nosotros hablamos de la mano vacía, nosotros hablamos de suprimir el sufrimiento interno,
nosotros decimos de soltar las búsquedas
internas. Nosotros no nos rendimos frente al dolor, a nosotros nos preocupa
salir de la contradicción,
entonces esa preocupación
no está en adquirir cosas
sino en dejar mentalmente cosas. Tú puedes
tener cosas en la vida cotidiana, pero tú no estás buscando llenarte
de cosas. Te pueden interesar mucho los estados superiores de conciencia, pero
te creas mucho dolor interno. Parece que se lograran cosas haciendo el vacío y no llenándolo. Tú lograrás más
atención cuando trates de
lograr un vacío en tu mente y no
cuando la contemplas sobre un objeto; así sucede con muchos fenómenos.
En general, nosotros estamos habituados y educados a lo opuesto; estamos acostumbrados
a tomar no sólo objetos sino
personas. Nosotros queremos tomar a los sentimientos de las personas, queremos
ser queridos, queremos ser reconocidos, queremos ser amados. La misma forma
nuestra de amar es una forma posesiva. Nosotros amamos con violencia; no se nos
ocurre cómo pudiéramos amar sin cierta violencia, pero para todo hay formas.
Está bien que nosotros
conozcamos cosas, que nos informemos acerca de cosas, uno puede informarse de
muchas cosas, pero no puede imponerse la creencia de que nuestra información soluciona los problemas. En
general, la gente de formación
intelectual cree que el acumular datos soluciona sus problemas internos. En realidad,
solucionan muchos problemas de la vida diaria; es gracias a la experiencia acumulada,
es gracias a la gente que ha ido trabajando con datos, con técnicas, que la humanidad ha
ido resolviendo muchos problemas. Nosotros no podríamos estar acá hablando si muchas generaciones no se hubieran esforzado en elaborar un
lenguaje, en elaborar, por último,
la ropa que usamos. De ninguna manera descalificamos el esfuerzo humano para
solucionar problemas inmediatos. Nosotros estamos diciendo simplemente que el
trabajo interno puede no ser similar al trabajo que se hace en la naturaleza,
en el sentido que nosotros estamos acostumbrados a la lucha con la naturaleza,
con las leyes naturales; y está bien,
así se mueve la
humanidad. Pero puede ser que esta forma no sea adecuada para el trabajo
interno. Entonces, nosotros distinguimos muy bien entre el trabajo que se hace en la naturaleza, en la
vida diaria, y la actitud mental que se tiene sobre las propias contradicciones. Si la
naturaleza nos impone lucha y todo ese fenómeno
de alteración, tal vez la
compensación de todo eso debe buscarse en la quietud interna.
Nosotros somos muy amigos de generalizar y creer que las leyes son iguales para
todos los fenómenos universales,
pero tienen distintos planos de aplicación. En el plano de lo interno no parece válido el sentimiento de posesión; en la lucha con la naturaleza parece imprescindible la
posesión. Lógicamente que el sentimiento
de posesión puede tener un carácter más individual que social, pero a medida que las sociedades
avanzan el sentimiento se va haciendo más social que individual. Pero en
materia de trabajo interno no vemos este progreso, no vemos esta evolución.
Nosotros con nuestra conciencia individual, con nuestro “yo” individual, filtramos todos los datos que vienen
del mundo o interpretamos al mundo según ese filtro, y las cosas pueden ser muy diferentes a las que filtra nuestro
yo. Hay algunos que han llegado más
lejos todavía y han creído que ese yo debe ser
inmortal. ¡Imagínense qué aburrido puede ser vivir
millones de años con ese mismo yo,
con ese yo individual, si para el colmo es un yo en contradicción y sufrimiento!
Cuando por algún
accidente han experimentado una alegría muy grande, súbita,
o han experimentado una comprensión
de las cosas también
muy grande, o esos fenómenos
súbitos de gran emoción, observen ustedes que en
esos casos no han pensado en su yo; da la impresión de que hubiera sucedido otra cosa: que el yo hubiera
desaparecido. No se han dicho en ese momento: ¿qué me
está pasando?; ustedes más bien han contemplado y han
sentido esa experiencia, y cuando se han puesto a pensar sobre lo que les está pasando tal fenómeno ha desaparecido. No se sabe
si el fenómeno desaparece
porque aparece el yo o a la inversa, lo cierto es que ese fenómeno es incompatible con el
yo sicológico. Ustedes, sin
embargo, pueden decir que han tenido esa experiencia, pero saben que esa
experiencia no es la misma que tienen con el yo sicológico. Esa experiencia no es posesiva, esa experiencia es muy
amplia, como universal; esa experiencia ni siquiera la atribuyen a ustedes y
tienen la emoción que debería ser comunicada a toda la
humanidad. Estamos hablando, entonces, de un fenómeno notable para la conciencia humana, en donde el yo posesivo
no aparece, en donde no aparece la búsqueda y algo se produce, y cuando queremos producirlo no funciona; tampoco se logra eso por buscarlo.
Si buscamos sentirnos bien es probable que no lo logremos. Si, en cambio, a
esa tensión emotiva que
tenemos por estar juntos varias personas tratamos de dispersarla internamente,
de relajarla, de aflojarla, en realidad no estamos tratando de adquirir cosas,
en realidad no estamos pensando en sentirnos bien, estamos pensando simplemente
en soltar las tensiones emotivas; y si podemos trabajar en eso de soltar las
tensiones emotivas, entonces nos sentimos bien. De manera que procedemos con la
mano vacía: nosotros no
buscamos sentirnos bien, buscamos aflojar esta tensión, entonces nos sentimos bien por añadidura. Ese es el sentido del trabajo y no es un
renunciamiento ni un sacrificio ni una autoeliminación. ¿Entienden
aproximadamente la idea?
No mucho más, salvo el gusto de haber
estado con ustedes."
tomado de:
Silo - Charla de Londres
16.May.1975