ICV se ha desmarcado recientemente pidiendo que la consulta soberanista tenga un texto que eluda la palabra independentismo y proponiendo un texto para la consulta.
Partamos de un par de cuestiones. Hablar hoy del texto literal de la hipotética consulta independentista es un absurdo. Se supone que la consulta se intentará pactar con el gobierno del estado español. Si esto se ha de pactar, ir con propuestas de texto cerrada es incoherente.
Segunda cuestión, inventarse un texto para la consulta que incluso a gente con formación política le va a costar entenderlo (“¿estoy votando a favor de la independencia? ¿a favor de un estado libre asociado? ¿si quiero quedarme como estoy que voto?”), va a ser poco útil para poder indicar las preferencias de los ciudadanos (que para eso son las consultas y los referéndums).
La intención de ICV es poder plantear una consulta para que los “federalistas” puedan escoger sin verse obligados a elegir entre “papá y mamá”. Para ello hay dos soluciones más elegantes.
- 3 opciones en la consulta pero claramente definidas.
Estaría de acuerdo con incluir una opción “federalista” en la consulta, pero con un cierto grado de honestidad. La opción “mantener la misma relación actual” está clara, y “ser un estado independiente” también los ciudadanos saben lo que significa. Podemos discutir si están claras o no todas las consecuencias de una y otra opción, pero sí podemos aspirar a que los ciudadanos sepan que es un estado independiente y que no. Lo que no está claro ni para los propios que proponen la opción federalista es que “es un estado federal”.
Actualmente sólo hay una opción con cara y ojos que alguien haya definido con apoyo político detrás que es la hoja de ruta de Granada del PSOE. Para mí eso no es federalismo ni se le parece, pero como mínimo para la dirección del PSOE y la del PSC lo es. Una opción honesta de tres propuestas puede ser:
¿Qué modelo de estado quiere para Catalunya?
- El actual modelo autonómico.
- La hoja de ruta federalista definida por el acuerdo de Granada.
- Un estado independiente y soberano.
Sabemos que Granada no satisface a la mayor parte de federalistas catalanes, y mucho menos el federalismo que propugna una parte de ICV, pero no hay un acuerdo entre las opciones políticas que proponen un modelo federal en Catalunya (básicamente, PSC, ICV y UDC). Si la opción federalista quiere aparecer en la papeleta, para ser una opción “votable” y no una caja negra que recoja miedos y dudas (para eso ya está el voto en blanco o la abstención), debería ceñirse o bien al acuerdo de Granada o a un hipotético acuerdo entre las fuerzas “federalistas”. Una alternativa a la consulta anterior puede ser.
¿Qué modelo de estado quiere para Catalunya?
- El actual modelo autonómico.
- La hoja de ruta federalista definida por el pacto de partidos federalistas catalanes.
- Un estado independiente y soberano.
No dejaría de ser un brindis al sol ya que una propuesta federalista que no tenga 200 diputados en el Congreso de los diputados detrás es pólvora mojada, pero como mínimo los ciudadanos que la voten verán una opción clara y definida. Ya que hasta UPyD dice que su propuesta recentralizadora del estado es “federalismo”.
El federalismo puede expresarse en una consulta de dos opciones
Viene la siguiente vuelta de tuerca, imaginémonos (y es bastante probable) que la hoja de ruta de Granada no consigue consensos entre los federalistas catalanes y además no consiguen establecer una propuesta federalista consensuada. No hace falta poner nombres raros ni hablar de estados soberanos libres asociados.
Una consulta de sí o no, permite también expresar las preferencias de los federalistas, si no son considerados como un “todo”, sino como individuos que expresan sus preferencias de forma racional.
Veamos que preferencias puede tener un federalista.
Preferir el federalismo pero considerar que el estado autonómico es mejor que la independencia — > votará que NO.
Preferir el federalismo pero preferir la independencia al status quo, pero aún así, creer que en un tiempo razonable (5, 10, 20 años) se puede conseguir un pacto federalista satisfactorio —- > votará que NO.
Preferir el federalismo pero preferir la independencia al status quo y creer que no hay posibilidad de pacto federalista en un tiempo razonable —-> votará que SÍ.
Preferir el federalismo y creer que para ello tiene que haber un impulso muy fuerte desde el independentismo que fuerce al estado español a modificar sus posturas —> votará que SÍ.
Preferir el federalismo y no tener claro que opción le interesa más –> dejará la papeleta en blanco.
Sí, es una elección más compleja para un federalista, pero lo que no podemos es sacrificar la claridad en el texto de una consulta enmascarando opciones porqué el federalismo en Catalunya sea incapaz de mostrar una cara unificada y una propuesta clara. Si lo puede conseguir, adelante, que aparezca como una tercera opción, pero por lo que preveo esto no es así.
Nota final para el PSC.
He leído por parte de algunos miembros del PSC que se quejan que los independentistas no desean una tercera opción en la consulta. Yo estaría dispuesto a aceptar las opciones que el PSC quiera en la consulta (y no por ser militante del PSC) siempre que el PSC esté dispuesto a asumir la consulta sin ambalajes sin ambages. Actualmente el PSC está pidiendo una consulta pactada (algo que a priori es razonable) pero su socio, el PSOE y el acuerdo de Granada niegan completamente esta opción a consulta alguna. Así que mientras el PSC no salga de la contradictoria hoja de ruta en la que pide la consulta pero él mismo niega la posibilidad de que esta se produzca por requerir un acuerdo que su propio socio en Madrid le niega, creo que poco puede exigirse desde esa postura sobre el texto de ninguna consulta.