Aunado a ello algunos sectores de la Co., a partir de un articulista que según dicen, no tengo intenciones de consultar fuentes, publica a menudo en uno de los periódicos nacionales de mayor importancia "criticas literarias" que en lo particular, me son completamente intrascendentes pues no dicen nada que no sepa, se pusieron a pensar en que la critica literaria a la que nos dedicamos necesita un mayor valor de refuerzo, y que simplemente deberíamos dejar de lado ciertos autores... Rakel Cabrera
Del, porque mi niña es muy así, se limitó a decir: "¿Y qué? En Costa Rica, hasta ahora, no hay crítica literaria seria sino solo alabanzas para quedar bien; por un lado, satanizar lo que les ha dado el país por el otro, o mostrar ese gran montón de mala vibra que sale desde cada uno de sus blogs, por eso no me molesto en leerlos y eso que sale en prensa no va a ser la excepción..." Ron Ramón
Lo consulté con Cal, y llegamos a la conclusión de que todos tienen razón: Con tu permiso Cal, Mi Negra, porque no decirlo, tu Del, tiene una carrera profesional que le hace saber con solo ver un titulo qué es bueno y qué es malo, no en balde empresas europeas de difusión y promoción literaria contratan sus servicios, y eso explica en parte porque La Co., tiene la cantidad de seguidores que tiene (Aunque se piense que son unos pocos quienes miran), y por qué pese a todo lo fácil que es “publicar en internet” un grupo como PAPERBLOG.COM, buscó la pagina que ella generó pese a los ataques y demás que dicen que no sabe de lo que habla; y que cada vez que busque un dato de lo que sea, tico o por temas lo primero que encuentra uno es que (nuestro) blog; genera interés porque después de todo lo que le han hecho pasar esa manga de racistas iconoclastas ella sabe muy bien (y nos ha enseñado a hacerlo mediante la práctica) cuál es el papel de la Critica: abrir espacios y canales, pues después de todo, y además, en Costa Rica, practicamente solo ella vive de su(s) arte(s) y eso habla bien de la obtención de sus logros y objetivos; pero sobre todo que no es tan fácil ponerle la pata encima... Anne
Por eso también la propuesta de ignorarlos las Gabies, Rakel, Julio y el resto de la pandilla tiene sentido; no hay nada más doloroso que lo ignoren a uno; basta ver todo lo que dijeron porque ni el ministro quiso juntarse con ello a la hora de la entrega de los últimos Premios Nacionales, y creo que es lo mejor que podemos hacer por ahora: ocuparnos de autores costarricenses que, son, sean de verdad en el sentido de que las cosas que escriben y hacen lo hacen por amor a su arte y no por lucirse frente a nadie con un plato de babas… Juan Domingo
Debe ser excepcional el concepto de la humildad, puesto que las criticas enaltecen siempre que sepamos medir sus consecuencias. Pato
Creo entender que La Negra, se refiere a que lo que se ha dado en los últimos años es más un grupo de reuniones de amigos que se dan avituallamiento uno al otro, y que existe incluso quién(es) se nombra(n) a sí mismo(s) crítico(s) literario(s), desde la academia en primer lugar, porque sus estudios y sus clases les dan esa jincalla de creerse todo lo que escriben aunque no toleran, entienden ni asimilan lo que puede hacer la critica bien hecha sobre cualquier tipo de arte, como respuesta a otros grupos cuya tónica fue establecer su estilo y métrica como única función de vida, y ellos hacen lo mismo que critican. Fat
En cualquiera de ambas posiciones es un hecho que sobre todo en literatura, los artistas son trozos de diamante que al ser pulido, tienen un brillo particular y de ahí su valor. En el fondo todos tienen algo que decir, que sepan hacerlo es otra cosas... Migue
Por último, existe también la llamada «crítica impresionista», que expone las sensaciones de lectura creando una obra de arte lingüístico, en la que la estética es mucho más importante que el rigor científico o analítico, es el caso de Azorín, donde la obra crítica nos permite conocer más en profundidad al propio crítico que al objeto de análisis. Hay autores que sostienen que esta es la única clase de crítica posible puesto que, como dice el dicho, «todo depende del cristal con que se mira». La función de la crítica es analizar, y muchas veces debe exponer lo que falta en una obra. Los puntos de vista de la crítica literaria, para que sea objetiva, deben ser muchos, muy distintos y eclécticos. Las metodologías utilizadas pueden ser la positivista, la semiológica, la narratológica, la psicológica, la sociológica, la estructuralista, la deconstructiva, la estilística descriptiva, genética, funcional y estructural y la estética de la recepción, entre las más importantes. Muy diferentes escuelas dentro de la estética y la teoría literaria han estudiado por otra parte el hecho literario, desde el importante formalismo ruso, el postformalismo ruso, el new criticism, el marxismo, el estructuralismo checo y francés, la narratología, el postestructuralismo, el Generativismo, la pragmática literaria, la lingüística del texto, la semiótica, la neorretórica, el psicoanálisis, el feminismo, el culturalismo, la deconstrucción, el multiculturalismo, el neohistoricismo, etc. Algunas líneas de investigación de la crítica literaria estudian la relación de la literatura con otras formas de expresión estética. Así, encontramos interesantes estudios de pintura y literatura y, más recientemente, de música y literatura. Se trata de formas de la literatura comparada; y no se vale decir me gusta porque es de mi amigo, recuerdan el caso, o porque se me ocurrió. Todo tiene un fondo y origen y si no sabemos de dónde venimos y tratamos de mejorarlo, no podemos ocuparnos de ser críticos, porque después de todo, cuáles son nuestras soluciones... AnaLu
Así pues, conviniendo que todo es discutible, que todo se puede matizar, que todo depende de la pata con la que te levantes, las críticas deberían tomarse como opiniones organizadas y fundamentadas que, 1.- servirán para meditar y ahondar en lo leído, 2.- o para persuadir de abordar alguna lectura; entonces en un instrumento de gran poder. Mi entrañable amigo Walt Whitmann según me contaron, tenia por costumbre hacer criticas literarias de su propia obra, (y muchas veces se trató él contra él mal) y entonces salian otros críticos fantasmas a la defensa de su obra, y de nuevo muchos de esos críticos fantasmas eran él mismo y ni quien dijera nada, y eso era porque todo parte desde la mirada y de la forma en que la dinámica por la cual se generan muchas críticas negativas o positivas concatenadas hacia un mismo libro es bien conocida por los teóricos de la mente, de los memes, de las modas y del azar acumulativo. De modo que tampoco me amedrenta (bueno sólo un poquito) que muchos tilden de bazofia lo que hacemos; como tampoco el que " una mayoría" se confabula en dictaminar que tal o cual novela insoportable, es una obra maestra, idea intocable so pena de parecer un analfabeta: yo sigo fresco y sin perder el entusiasmo original, porque si pudiesen hacer algo por cambiar no serían quiénes son: nadie. Gaby P
Los que postulan cánones y normas no saben o no quieren desprenderse de su mirada rectilínea, que también son humanos y están sujetos a criticas, que por supuesto no aceptan porque ellos si son perfectos, o no tienen los mismos problemas que achacan a otros, porque no teniendo en cuenta que toda critica es una visión multidisciplinar que bien alimentada y abierta, puede demostrar que teóricos y yo misma, La Anticristo, no andamos equivocados, porque su base es oír y después ver que solo se han dado treinta vueltas al sol y que en cada vuelta se aprende algo distinto.
Pero a estas alturas, después de quemarme las cejas con tanto mamotreto, cada vez contemplo más lejana esa posibilidad: parece que para hablar de literatura basta con decir que se sabe de literatura y punto, y no, por ejemplo, mediante la lectura y entendimiento de lo que se vive, eso es así desde que dejamos atrás el Renacentismo; pero siempre hay un nuevo grupo de renacentistas que lo saben todo y peor, son de lo peor... Graice Moya
Nunca se de olvidar que: No hay interpretaciones, sino solamente malas interpretaciones, y, por lo tanto, toda crítica es poesía en prosa... Harold Blomm. The anxiety of Influence…Hablemos ahora de la crítica que hacemos (Y eso se lo dejamos a Cal porque él si sabe) Farola:
Dejadas claras distancias y respetos por la crítica (la mía incluida, que a veces ni estoy de acuerdo conmigo), para ofrecer una perspectiva accesible y esquemática de las distintas escuelas de la teoría literaria, usa como punto de partida la metáfora de una excursión dominical en coche, en la que el coche equivale al TEXTO, el conductor al AUTOR, y los pasajeros al LECTOR o CRÍTICO, recurro Barry Jordan: “Un viaje por la teoría literaria”…
En el mundo académico angloamericano, lo que se podría llamar el “consenso crítico tradicional” ha reivindicado como base o eje de la actividad interpretativa el contacto directo entre texto y lector. La tarea del lector (sea profesor, estudiante, crítico, etc.) consiste en leer tout court, sin que le distraigan asuntos ajenos al acto de la lectura. También, según esta postura ortodoxa, la literatura es considerada como algo que trata de la vida, algo escrito desde la experiencia personal. Es valiosa y, por tanto, vale la pena leerla porque descubre verdades sobre el período en que se produjo, porque en términos más amplios revela verdades sobre el hombre, la naturaleza humana; en fin, habla de nosotros mismos. En suma, la literatura es entendida como un comentario, privilegiado y complejo, sobre la experiencia humana, comentario considerado frecuentemente como derivado de las percepciones o intuiciones del autor. También, dentro de esta misma postura, la literatura es considerada como un artefacto autónomo, cuyo valor y autenticidad residen no sólo en las verdades que descubre, sino en su unidad estructural, su coherencia temática, correspondiéndole al lector reconstruir esas coherencias y continuidades en un tono unificado.
Ahora bien, frente a la teoría contemporánea (estructuralismo…, etc.), la postura tradicionalista se ha resquebrajado: los centros o puntos de referencia tradicionalmente estables –el autor y el texto– han perdido su autoridad, han sido desestabilizados, descentrados; la propia incertidumbre del consenso crítico ha sido acrecentada por las recientes investigaciones sobre el lector y las prácticas de lectura. Para que mis estudiantes entiendan este proceso y para ofrecer una perspectiva accesible aunque esquemática de las distintas escuelas de esta reciente empresa teórica, les refiero el siguiente ejemplo nos podría servir:
1. Distintos tipos de personas, a quienes denominaremos los pasajeros (los lectores) suben al autobús (El Libro) un domingo por la mañana...Esto es sólo un medio para practicar el excursionismo, para llegar a los monumentos del turismo(literario). El enfoque tradicional, los hará a todos mirar por las ventanillas del vehículo y que contemplen los caminos, los árboles, las montañas, etc., o sea, el paisaje por el que circula el coche y anotése en primer lugar que aquí observación es un detalle básico, sobre todo tomando en cuenta que al concluir el viaje los pasajeros no agradecerán al conductor un itinerario tan placentero ni le pedirán su opinión al respecto.
2. Siguiendo esta vez las pautas del New Criticism angloamericano (que quizá tiene su equivalente en español en la Estilística de Dámaso Alonso y Carlos Bousoño), los pasajeros, sin detener el automóvil comentan el interior del vehículo, la disposición de sus elementos, el confort de los asientos, lo espacioso del maletero, la calidad de la tapicería, el atractivo del color de la carrocería, etc. Hablan entre sí y al parecer ignoran al conductor; en cualquier caso, no les interesa tampoco el paisaje exterior ni el viaje.
3. Dijimos al principio que eran distintos tipos de pasajeros, entonces no es de extrañar que los formalistas (incluidos aquí todos los tecnólogos literarios) también hacen parar el coche. Sin embargo, ahora bajan del vehículo, levantan la tapa del motor, se meten debajo para ver el chasis. Les interesa sobre todo saber cómo funciona, que clase de máquina es, cuáles son sus componentes y cómo se relacionan entre sí en éste y en otros automóviles; asimismo les interesa el modelo, el diseño y el sistema tecnológico de los que el auto es una realización concreta. Y de nuevo ignoran olímpicamente al conductor, a quien hicieron bajar unos cuantos kilómetros antes, porque ellos son responsables de su propio modo de pensar…
4. A los pasajeros marxistas, en cambio, les interesa la Historia del automóvil y buscan afanosamente documentación que le concierna, el permiso de circulación, etc. Quieren saber en qué fábrica fue construido el automóvil, cómo, por qué y en qué año; además, les interesa saber cómo la fabricación de automóviles se relaciona con otros procesos industriales y los refleja, porque también tienen su propio modo de pensar…
5. Los pasajeros psicoanalistas se pasan el viaje observando el coche y su trayectoria en relación con el comportamiento del conductor. Anotan la manera en que el conductor toma el volante (¿lo acaricia? ¿lo aprieta fuertemente?), cómo mira por el retrovisor, como usa (¿suave? ¿violentamente?) el cambio de marchas… Tras parar el automóvil, invitan al conductor a tumbarse en el asiento de atrás y le interrogan sobre su familia, su infancia, y acaban descubriendo al fin que sus costumbres y fallos de conducción tienen raíces inconscientes, sexuales, etc. Proclaman que el coche no es más que una proyección fálica de temores no asumidos, de deseos insatisfechos, una manera de superar un complejo de castración –surgido quizá cuando papá se negó en dejarle el SEAT Panda para llevar a mamá a la playa, lo que sea…
6. Las pasajeras y pasajeros feministas llevan años reclamando su derecho a subir y a conducir el coche. Conscientes de su larga exclusión del transporte automovilístico autorizado y del dominio masculino de las carreteras, suelen adoptar dos posturas: a) o redescubren modelos de automóvil y redes de carreteras hasta ahora ignorados, reivindicando una identidad distinta de la dominante; o b) suben al coche privilegiado y se quejan del sexo del conductor (masculino), del modelo de coche (falocéntrico) y del itinerario del viaje (planificado por una conciencia patriarcal). Hartas de permanecer subordinadas y marginadas en los asientos traseros, echan al conductor –o lo emasculan–, se apoderan del coche, cortan el tráfico y, como símbolo de su rechazo de la opresión machista, rocían de gasolina el automóvil y le prenden fuego.
Es decir que la crítica literaria consiste en un ejercicio de análisis y valoración razonada de una obra literaria en un medio de comunicación actual; por eso cabe distinguirla de la Historia literaria que realiza una crítica y valoración muy a posterior y frecuentemente de forma más documentada, científica y ecléctica. Existen dos grandes modelos de crítica literaria: la que pretende ser objetiva y científica; y la que reconoce la inevitable subjetividad de su punto de vista, y con frecuencia incluso la expone abiertamente. En el fondo, la cuestión que separa estos modelos es el papel del gusto en la capacidad de análisis: ¿es algo superior al crítico, o podemos controlar su grado de influencia? Eso se relaciona, a su vez, con una de las funciones primordiales de la crítica periodística en general: educar el gusto del público, pero sobre todo en la madurez del escritor y en su punto de vista y tolerancia a la crítica; mas sin embargo debe verse desde un punto de vista filosófico: un pensamiento racional que genera conflicto entre filosofía y literatura por ser un concepto hermenéutico, holístico integral de los distintos culturales que no puede dejarse llevar por gustos relacionados con la amistad, sino con la objetividad, y que permite que el constante estar a la escucha de aquello que puede enriquecer nuestra visión de lo humano, venga de donde venga, en literatura se conviertan en el valor simbólico de una buena crítica, vertida en el descubrimiento de un buen texto o en su defecto desechando la obra, pues como el uso de la energía, buena o mala, tan solo depende de la forma en que sea utilizada: muy antes de su tiempo, el pragmatismo ironista de Richard Rorty, el deconstructivista de Harold Man, Harold Blum y Derruida, fundamentó las criticas que en su momento hizo Poe, que en su momento fueron minimizadas: el tiempo me dará la razón… y vaya que lo hizo
En todo caso debe entenderse que No es critica literaria decir desde particularidades dadas a la función espacio tiempo del autor porque el libro reviste de importancia, o decir porque me gusta un libro sin explicar las estructuras desde las cuáles fue hecho, sino que se hace desde el punto de vista de las técnicas: el análisis, estructura, decantación del marco conceptual, en unión con los pasos de creación: metáforas, juegos lúdicos, consagración objetiva, etc., nos permiten poner sobre la palestra una visión que puede ser fácilmente captada por el leyente sin que le digamos que estos elementos están presentes. Lo contrario seria como ser guía de Louvre, y no tener ojos más que para mirar los mosaicos porque no podemos entender nada más de lo que hay a nuestro derredor y que son LAS MARAVILLAS DEL MUNDO, ¿desde el punto de vista de quién? Esa homologación no la hace EL CRITICO, sino el lector sencillo que debe ser guiado por el primero con la “llamada de atención correcta, de ahí el logro y atinencia de su presentación ante otros; pues en lingüistíca TODO ES SUBJETIVO; no así para el critico; ese debe mantener su ecuanimidad en todo momento.
Para La Coleccionista de Espejos M.L. Dr. CAF
Posdata: Anne, ya tengo el libro dime cuando empezamos a trabajar