Moral y Política, es un buen blog, que mantiene mi colega Miguel, ambos cruzamos debates en ocasiones, ayer me dejó un comentario que agradezco muchísimo porque me estimula a responder sobre las complejidades del tema de la deuda y déficit y sus numerosas contradicciones. Aparecen varios aspectos, referidos al exterior, a nosotros y a la batalla del euro. Empezaremos por el exterior, las deudas de Japón y EEUU e Italia.
Japón tiene una de las mayores deudas del mundo, en cifras absolutas 8,15 billones de dólares, sino la mayor, en porcentaje sobre el PIB, superior al 200%, hasta el comienzo de la crisis los tenedores de sus bonos eran fundamentalmente los japoneses, extremadamente ahorradores, ahora 2,45 billones son externa habiéndose doblado desde la crisis.
La deuda de EEUU, que son el hijo del dueño no lo olvidemos, es la mayor del mundo en términos absolutos, la total podría estar en el entorno de 350% PIB (similar en porcentaje a la española) unos 4.000 billones de dólares, lo que da idea de las tremendas dificultades para facilitar refinanciación a vencimientos por ejemplo. La externa, público+privada en términos absolutos, la mayor del mundo unos 14 billones de dólares, (en el mismo ranking España sería la 10ª con 2,5 billones). La deuda pública, solo un 75% del PIB (también similar a la española) gran parte de la misma está en manos de China, Japón y árabes petroleros. Siempre fue un refugio para el dinero mundial, que en tiempo de tribulaciones compraba dólares por la capacidad demostrada de crecimiento. En el pasado siempre fue rentable, pero empiezan a extenderse dudas sobre su capacidad de pago.
En los últimos tiempos las luchas políticas allí son fortísimas, y existe la posibilidad de quedar bloqueados los gastos estatales. Es tal el volumen de deuda y los problemas que tienen para crecer, lo cual podría mitigarla un poquito, que empiezan a encontrar graves problemas de financiación, surgen dudas sobre su capacidad de pago y sobre el valor real, ya que poner en circulación más billetes y aceptar inflación, reduce el valor de la deuda, lo cual beneficia a los deudores, pero perjudica a los acreedores y éstos también opinan, por ejemplo su gran sostenedor actual, el gobierno chino, sería el gran perjudicado y por ello influye con presiones de todo tipo a cambio de prestarlos ayudas.
Si la deuda de EEUU tiene problemas, el mundo se tambaleará nadie sabe cómo, pero lo hará debido a su gran poder económico, sigue siendo la mayor economía del planeta y a sus vínculos globales. La batalla por el euro también les afecta y contagia a su sistema financiero que tendrá repercusiones por posiciones compartidas y a los prestamistas que podrían cubrir necesidades de financiación privada y pública, porque no hay tanto dinero como se necesita para financiar a todos.
Una aclaración. Yo suelo utilizar la diferenciación de realidad deseada contra la de realidad soportada, para explicar muchas de estas contradicciones, que parecen no existir en algunos escritos y opiniones que leo y escucho, que parecen deseos y no análisis de realidades. Dinero en el mundo hay mucho, pero el dinero susceptible de ser invertido en deuda soberana y en financiación empresarial, escasea por las enormes necesidades de financiación mundial, por lo que sus precios se tensionan y su volatilidad aumenta, se va de unos lugares a otros a gran velocidad para picar altos tipos. Y este es un problema de realidad soportada, no hay dinero suficiente para todos.
La deuda italiana puede tener un peso sobre el PIB, 120%, aproximadamente el doble que la española, aunque diferentes en parte, son uno de los mayores exportadores mundiales, con un sector industrial de los más poderosos y modernos del mundo y es la 7ª economía planetaria, lo que les da algunas ventajas de cara al potencial de crecimiento. (En los datos que facilité sobre la industria, octubre de 2010, veíamos su fuerza industrial, superior a Francia y con doble peso que España).
La batalla del euro. Desde hace tiempo se estudian opciones en muchos lugares, hay varias posibilidades, todas tienen en común destruir la unidad del euro y utilizar 2, o hasta 3 niveles. Yo escribí hace 2 años que en Alemania había servicios de estudios que seguían facilitando habitualmente cotización al marco, como forma de mostrar qué realidad tendría esa salida. Alternativas diferentes fueron discutidas en el inicio de la moneda única, países muy diferentes y autónomos con una única moneda, auguraban turbulencias y desajustes. Salvo una mayor unión económica, lo cual implica mayor unión política y salvar tantísimas diferencias.
La devaluación. El problema ahora es que una moneda única para situaciones tan diversas, impide devaluar, (ojo, para una parte, no en su totalidad, que es una salida aceptable) pero en el fondo a las diferentes alternativas de 2 euros, fuerte y débil les faltan los costes alternativos del euro débil. Por ejemplo, con dracmas o pesetas, el derrumbe sería inevitable, los costes de la financiación subirían mucho más y las posibilidades de acceder a créditos caerían fuertemente, con enormes ataques especulativos en la transición. Los costes del sistema financiero de cada país europeo que tuviera vínculos con dracmas o ptas. son desconocidos.
Las acciones contra el euro, contra Grecia o resto de PIIGS se producen por la diversidad que es real y por las fallas estructurales que tiene el sistema y por la lentitud y dificultades en la toma de decisiones. Se mezclan negocios especulativos a corto, con estrategias políticas de mayor calado, derribar o rebajar poder a esta moneda que tiene un peso mundial, reestructurar la propia UE, redistribuir el poder económico entre sectores de capital europeos, redistribución de alianzas mundiales etc.
Las diferentes opciones que tienen los capitales nacionales, por sus distintos desarrollos, se complican cuando se mezclan capitales financieros y productivos, y de éstos existen sectores distintos. Yo no veo tan limpiamente la unidad de intereses país, que influyen por supuesto, como no veo la unidad de intereses de capital, de hecho pueden existir coincidencias entre capitales, por ejemplo financieros, de distintos países que no se ajusten a los intereses país, que habrá que definir en cada caso en función del sector económico y político dominantes.
Así en el rescate a Grecia o acciones similares, las contradicciones son tan grandes que resulta complicado ver, salvo en lo esencial, si aprietas demasiado ahogas. Si los acreedores pretenden cobrar con altos tipos de interés y a plazos cortos, se irá todo al traste, por eso las ideas del Plan Brady pueden ser una salida. Si no se facilita el crecimiento, que es la vida de millones de personas, aflojando exigencias y costes de préstamos será imposible salir y pagar la deuda, entonces la violencia aumentará en Europa. Si no se atacan coordinadamente, europeamente, a los capitales financieros, todos iremos a la ruina sin remisión.