– Marina Muñoz Cervera –
La mayor parte de las diabetes tipo II se deben a sobrepeso u obesidad y al sedentarismo.
La diabetes es una enfermedad crónica que condiciona de por vida, desafortunadamente aún no se conocen los mecanismos para prevenir la diabetes tipo I, pero el 90% de los casos mundiales de diabetes pertenecen al tipo II y se puede prevenir en la mayor parte de los casos, según nos dice la OMS, en su Nota Descriptiva nº 312.
Algunos datos.
En el año 2012, la estimación de muertes atribuidas a diabetes fue de 1,5 millones de personas en el mundo.
Esta considerable cifra nos indica que es una enfermedad prevalente, así en el año 2014, el 9% de los adultos mayores de 18 años tenían esta patología. Y se prevé que en el año 2013, la diabetes será la 7ª causa de muerte en el mundo.
Actualmente, más del 80% de los casos de esta enfermedad se dan en los países de ingresos medios y bajos y curiosamente son las mismas zonas en las el consumo de alimentos de ultraprocesados va en vertiginoso aumento.
Conozcamos un poco más la diabetes.
El páncreas en un órgano peritoneal con una función mixta, por un lado produce hormonas como la insulina, glucagón, somatostatina, etc., y por otro, produce enzimas digestivas que pasan la intestino delgado para favorecer la digestión de los alimentos y sus nutrientes. De ahí que su función sea exocrina y endocrina.
En la diabetes se ve afectada la función endocrina si este órgano no produce la suficiente insulina, o bien, puede no estar afectada, pero el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce el páncreas.
Como la insulina es la encargada de controlar el nivel de azúcar en sangre, tanto en un caso como en otro, se produce hiperglucemia y esta elevación mantenida de la glucosa en sangre, con el tiempo produce daños irreparables en nervios, vasos sanguíneos, además de en órganos y sistemas del organismo humano.
Las consecuencias de la diabetes pueden ser muy severas e invalindantes.
Diabetes tipo I.
El mayor problema de prevención de este tipo de diabetes es que todavía desconocemos porqué las células productoras de insulina (células beta) dejan de funcionar bien y producen muy poca o ninguna cantidad de esta hormona.
La hipótesis más barajada es que se trata de una enfermedad autoinmune que puede ser hereditaria, sin embargo, no está del todo dilucidado.
Se la conoce también como diabetes insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia y requiere la administración diaria de por vida de insulina.
Sus síntomas más característicos son los siguientes:
– Poliuria: emisión excesiva de orina.
– Polidipsia: mucha sed.
– Polifagia: hambre constante.
Estos tres síntomas se conocen como un tríada de la diabetes y pueden aparecer de forma paulatina o súbita.
Además de los anteriores síntomas pueden haber alteraciones visuales, hormigueos en los pies y manos, pérdida de peso inexplicable y cansancio.
Es una enfermedad que requiere hábitos dietéticos muy rigurosos y control médico constante para mantener la glucosa dentro de sus valores normales.
Diabetes tipo II.
También conocida como diabetes no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta, es debida a una ineficaz utilización de la insulina por parte del organismo. En este caso el páncreas si produce la hormona, son nuestros tejidos los que no responden de forma correcta a la acción de la hormona.
Si los hepatocitos, adipocitos y nuestras células musculares no utilizan bien la hormona, es decir, existe un resistencia a la insulina, el azúcar de la sangre no entra en las células para ser almacenado como combustible y se queda en la sangre produciéndose hiperglucemia.
Sus síntomas pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo y suele diagnosticarse en personas que ya son obesas o tienen sobrepeso, aunque también se da en personas delgadas, sobre todo ancianos. Son similares a los de la diabetes tipo I pero menos intensos, de ahí que se manifiesta cuando ya existen complicaciones
De lo anterior podemos deducir que su prevención es necesaria aunque no manifestemos síntomas, máxime si tenemos antecedentes familiares de diabetes.
Desafortunadamente esta enfermedad conocida como «de adultos» ya se está diagnosticando en niños actualmente.
Estados de transición.
El «deterioro de la tolerancia a la glucosa» y la «alteración de la glucemia en ayunas» son estados transicionales entre la normalidad y la diabetes tipo 2.
Las personas que padecen cualquiera de las dos situaciones anteriores tienen mucho mayor riesgo de padecer diabetes tipo II, pero aún son reversibles en la mayor parte de los casos.
Consecuencias de la diabetes.
Ya hemos visto que la hiperglucemia mantenida puede causar daños irreparables y son los siguientes:
– Ceguera irreversible como consecuencia de una retinopatía diabética en la que se lesionan los pequeños vasos sanguíneos que riegan la retina.
– Mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cardiovasculares.
– Aumenta el riesgo de úlceras en los pies e infecciones que pueden terminar en amputaciones, como consecuencia de la acción combinada de la neuropatía (afectación de los nervios) y la falta de riego sanguíneo.
– Insuficiencia renal que puede llevar a la necesidad diálisis permanente y transplantes de riñón.
– Riesgo de muerte duplicado respecto de las personas que no padecen diabetes.
¿Cómo podemos prevenir la diabetes tipo II?
En realidad, todos aquellos factores que redundan en una disminución del peso corporal y en hábitos de vida saludables, como la práctica de ejercicio físico y una alimentación sana, intervienen en la prevención de la diabetes tipo II.
Estudios recientes apuntan a que las comidas caseras reducen el riesgo de esta enfermedad ya que se vinculan con un menor aumento de peso.
En general, una alimentación sana que contenga frutas, verduras, granos integrales, pescados, legumbres y un consumo moderado de carnes, así como de alcohol, disminuyen los factores de riesgo.
Las medidas para prevenir esta enfermedad que nos indica la OMS son las siguientes:
– Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
– Realizar un mínimo de 30 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana.
– Alimentación sana que contenga entre 3 y 5 raciones diarias de hortalizas y frutas, así como una cantidad reducida de azúcar y grasas saturadas.
– Evitar el consumo de tabaco porque aumenta el riesgo cardiovascular.
El 14 del presente mes se celebra el Día Mundial de la Diabetes, sirva esta entrada para sumarnos a su efemérides, con la seguridad de que no merece la pena sufrir las consecuencias de una enfermedad como la descrita, sobre todo si podemos evitar su padecimiento.
Fuentes:
– Organización Mundial de la Salud. OMS. “Diabetes”. Nota Descriptiva nº 312. Enero de 2015.
– Infosalus. “¿Qué alimentos disminuyen el riesgo de diabetes tipo 2?”. Pamplona 10 de noviembre de 2015 (Europa Press).
http://www.infosalus.com/nutricion/noticia-alimentos-reducen-riesgo-diabetes-tipo-20151110105304.html
– Infosalus. “Comer más comida casera puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2”. Madrid, 9 de noviembre de 2015 (Europa Press).
http://www.infosalus.com/nutricion/noticia-comer-mas-comida-casera-puede-reducir-riesgo-diabetes-tipo-20151109092955.html
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