El término Karoshi no nos resulta familiar a los argentinos. Este vocablo japonés, que significa algo así como "muerte por exceso de trabajo", es de uso habitual en ese país oriental - bastante más comprometidos con el trabajo que nosotros - .
Al parecer, uno de los primeros casos que tomó relevancia fue el de un empleado de una compañía de embalaje que falleció luego de haber cumplido con más de 100 horas por encima de su horario habitual en sus últimos 30 días de trabajo. Desde ese momento, el estado indemniza a los familiares de quienes fallecen o sufren una incapacidad por este motivo.
Hace pocos días, según comenta la cadena de noticias ABC de Australia , una Gerenta de Mc Donalds, también en Japón, falleció a causa de una hemorragia cerebral y los médicos que la atendieron confirmaron que la empleada había trabajado más de 20 horas extras semanales en el último mes.
Desde ya que estos episodios no son patrimonio de ningún país en particular. Por lo pronto lo acontecido hace pocas semanas en France Telecom va en la misma línea y obliga a reflexionar acerca de estos problemas que, probablemente, sean mucho más numerosos que lo suponemos ya que no todos los casos, en los que la sobreexigencia laboral genera enfermedad o muerte, están registrados.
También USA debe afrontar una ola de cuadros depresivos, enfermedades psicosomáticas y suicidios en soldados o ex combatientes. Si consideramos que existe una carrera militar por la que se percibe una remuneración, estamos en presencia de una problemática laboral.
El problema del límite entre la vida personal y laboral y cuál es el rol de la empresa.
Cuál es la responsabilidad del empleador en estos casos y cuánto depende del cuidado de sí mismo por parte de cada empleado ?
Hasta qué punto corresponde intervenir en temas que pueden ser considerados de carácter personal ?
Cómo podemos promover una actitud de mayor equilibrio entre las exigencias laborales, la capacidad física y el equilibrio emocional ?
El trabajo no es sólo un medio de vida para las personas. En la actividad laboral se juegan la realización personal al poner en práctica nuestras competencias, el aprendizaje al adquirir nuevos conocimientos y experiencias, la valorización al sentirnos parte de un proceso que genera resultados, los vínculos de intercambio y amistad al interactuar con otras personas, la contención al contar con un marco de pertenencia y la satisfacción al cumplir con nuestras propias exigencias y valores.
Para el empleador, el trabajador, tampoco es nada más que un recurso. Además del esfuerzo y la aplicación de sus competencias también aporta, ideas, opiniones, genera un clima de trabajo, capacita, contiene...También genera un sentido a la empresa.
En la relación laboral intervienen factores emocionales que, muchas veces, no son atendidos y que, probablemente, tengan un impacto negativo difícil de ponderar mientras no se ponga el foco sobre el tema.
En este sentido los problemas que tienen mayor evidencia, como la enfermedades físicas o los accidentes de trabajo, se llevan nuestra atención: capacitamos a nuestra gente para que realice sus tareas en forma segura, realizamos exámenes periódicos para asegurarnos que están sanos y sin patologías relacionadas con la función que desempeñan, hacemos controles médicos cuando notamos que se reiteran las ausencias y hasta implementamos campañas de vacunación preventiva cuando existe peligro de "ausentismo" por enfermedad.
Sin embargo no nos ocupamos del área personal excepto cuando el problema es tan grave que exige nuestra intervención: dificultades en la relación con compañeros o superiores, patologías o ausentismo.
Nuestra actitud parece orientada, permanentemente, a conseguir resultados/dinero.
Calidad de vida, cómo debe intervenir la empresa ?
Quizás pensemos que no vale la pena...Es más: muchos empleadores se enorgullecen - y se aprovechan ? -del compromiso de aquellos empleados que dedican muchas más horas que las reglamentarias, al trabajo.
Algunos directores y gerentes hablan de un circuito clásico al que hay que sobrevivir, como un dilema divertido: "dedicación fulltime" -> "poco tiempo en casa" -> "divorcio" .
Lo mismo sucede con ciertas pautas de calidad de vida como la vivienda y la salud física. Las dejamos de lado cuando, en realidad, son básicas y estructurales.
A veces pienso que destinar recursos y energía a que nuestra gente viva mejor debería formar parte de nuestro compromiso y que, el pensar que estas decisiones dependen sólo de elecciones individuales y no debemos inmiscuirnos, es una manera de mostrar nuestra impotencia frente al problema.
Seguramente, comprobaremos que los resultados, en el largo plazo, son ampliamente superiores si invertimos en estos aspectos, aparentemente, poco rentables.
Lo que sucede, creo, es que no sabemos cómo ocuparnos.