F. Scott Fitzgerald (1896-1940) es uno de los escritores más destacados de la literatura norteamericana del siglo XX. Perteneciente a la Generación Perdida, esos jóvenes estadounidenses que desilusionados tras la Primera Guerra Mundial emigraron al París de los años veinte para encontrarse en el epicentro del vanguardismo y una nueva forma de hacer arte.
Fitzgerald vivió y escribió en la Era del Jazz, término que él mismo acuñó para la época que retrató en sus novelas y vasta colección de relatos breves. El lirismo romántico que lo caracteriza, su personal estilo, conciso y elegante, ha sido una de las voces narrativas que varios autores de generaciones posteriores a tomado como referente. Estamos hablando del estilo F. Scott Fitzgerald. Uno de los escritores que mejor supo captar las aspiraciones generacionales y retratar la época que vivió.
En una carta a su editor Max Perkins en 1934, haciendo referencia a Hemingway, Thomas Wolfe y él mismo, decía: «Lo único que tenemos los tres en común como escritores es el hecho de intentar de vez en cuando, en nuestras novelas y relatos, recrear con exactitud un tiempo y un ambiente determinados fijándonos en las personas más que en las cosas: lo que Wordsworth trató de hacer y no lo que Keats hizo con una facilidad admirable; rememorar, en la madurez, una experiencia profunda».
Observar a las personas para crear personajes. Y, sin buscarlo, nacen personajes arquetípicos como las flappers y sus historias que tan buen resultado le dieron. «No tenía intención de crear a la flapper americana cuando me puse a escribir. Simplemente pensé en varias muchachas que conocía bien y me interesaban individualmente, como personas singulares, así que las convertí en personajes». Esta cita viene recogida en Sobre la escritura. F. Scott Fitzgerald (F. Scott Fitzgerald On Writing, 1985) de Larry W. Phillips, editado en España por Alba. El libro es una selección de citas y fragmentos de textos del escritor extraídos de sus cartas, entrevistas y novelas.
Es un acercamiento a la figura de F. Scott Fitzgerald, al escritor y a su lado personal a través de sus cartas a su editor Max Perkins o a otros escritores y amigos, o la correspondencia con consejos para su hija Scottie.
En esta recopilación de citas encontraremos reflexiones sobre literatura, sobre el oficio, sus métodos, o confesiones sobre su escritura. Descubriremos a un escritor exigente, perfeccionista, reflexivo, y enamorado de su oficio, de la escritura.
Sobre la escritura, prologado por Charles Scribner III de la editorial Scribner’s que publicó toda la obra del escritor, y con una breve introducción a la figura de Fitzgerald firmada por el propio autor del libro; está dividido en diez bloques dedicados a temáticas diferentes, para clasificar de ese modo las citas y fragmentos que recoge. La mayoría dedicados a la escritura en sí, la técnica, los personajes…
Sobre su método de escritura se recogen citas en este libro que bien podrían servir como pautas de un manual.
En el capítulo La vida del escritor, sobre todo a través de extractos de correspondencia, descubrimos su relación de amor-odio con los cuentos. Publicó más de ciento sesenta relatos que le hicieron enormemente popular pero este género no era para Fitzgerald más que un método o un atajo para ingresar dinero entre novela y novela. Así lo dice en una carta a su editor Max Perkins en 1925: «Ahora voy a escribir una serie de cuentos baratos, hasta ganar suficiente dinero para poder centrarme en mi siguiente novela. Una vez terminada y publicada, esperaré a ver qué pasa. Si puedo vivir del dinero que me dé, evitándome así los períodos de escribir basura, entonces me dedicaré de lleno a las novelas. Si no, lo dejaré todo, volveré a casa y luego me trasladaré a Hollywood a aprender el negocio del cine».
Un año más tarde, confesaría abiertamente en una carta a Robert Bridges de la editorial Scribner’s: «Detesto escribir cuentos, como sabes, y si hago los seis de rigor cada año es solo porque así tengo libertad para escribir tranquilamente mis novelas».
Pese a lo que pueda parecer, Scott no escribió cuentos meramente comerciales, vendibles. Era un buen escritor de relatos, y así lo corroboraba su editor. En esa vasta producción hay verdaderas joyas, cuentos realmente significativos que fotografían una época, una sociedad, y reflejan esa capacidad de Fitzgerald para retratarla, así como su gran originalidad.
Que sucumbiera a escribir cuentos vendibles no quiere decir que no conservara la capacidad para saber escribir buenos cuentos. En 1930, escribía al agente Harold Ober: «Para escribir un buen cuento necesito pensar que nadie lo va a querer publicar y que da lo mismo. Preocuparme por los editores es nefasto para mi trabajo. Ya me harán sus reproches más tarde».
Si bien no es una biografía, principalmente por su formato, Sobre la escritura F. Scott Fitzgerald sí recoge aspectos importantes que nos acercan al escritor y su trastienda. En cualquier caso, como ya dijera el propio Fitzgerald: «Nunca se ha escrito una buena biografía de un buen novelista. Es imposible escribirla: un buen novelista es demasiadas personas en una».
SOBRE LA ESCRITURA, F. SCOTT FITZGERALD
Larry W. Phillips
Alba, 2014
F. Scott Fitzgerald On Writing
[Traducción: Pablo Sauras]