Revista Cultura y Ocio

Sobre la Eurocopa, Ucrania y otros espectáculos

Publicado el 07 junio 2012 por Lparmino @lparmino

Sobre el fútbol y otros espectáculos

Yulia Timoshenko
Fotografía: Europeans People's Party - Fuente

Estamos en vísperas de la celebración de la decimocuarta edición de la Eurocopa de fútbol. En ocasiones, este tipo de acontecimientos pueden deslumbrar con sus fastos y sus grandes oropeles escondiendo, o al menos disimulando, la situación real de los países que ejercen de perfectos anfitriones. Durante el campeonato todos los ojos del mundo estarán puestos sobre los terrenos de fútbol polacos y ucranianos. Pero no serán capaces de ver más allá, ensimismados por las habilidades deportivas de unos atletas sobreprotegidos, mimados y millonarios. Nada puede estorbar al lucrativo negocio deportivo y del marketing mientras las corruptas autoridades ucranianas son acusadas de violar los derechos humanos.

Sobre el fútbol y otros espectáculos

Logo de la Eurocopa 2012
Fotografía: Petar Milosevic - Fuente

Ucrania mantiene una posición geoestratégica privilegiada que condiciona toda su actividad política: como antesala de una gran potencia, la Federación rusa; y frente al avance inexorable de la expansión europea, entendida ésta como la ampliación territorial de la Unión Europa en busca de mano de obra barata, zonas de industrialización contaminante y nuevos mercados. Precisamente los términos de esta política europea no son del agrado de las autoridades de Moscú, suspicaces frente a todo aquello que viene del oeste. Y son estos recelos los que han hecho de Ucrania la clave fundamental en el complejo juego de las relaciones internacionales en el escenario post – soviético de Europa oriental. Mientras Rusia desea mantener su hegemonía sobre sus antiguos satélites, desde Bruselas y demás centros de poder occidental se vislumbran las posibilidades de explotación de la nueva frontera oriental.
La Eurocopa de fútbol se ha convertido en el mejor escaparate para dar rienda suelta a las tensiones enfrentadas entre los dos intereses. Desde el ámbito de los gobiernos europeos se ha lanzado la acusación motivada por la violación de los derechos humanos en Ucrania. Desde distintas organizaciones se ha vertido un aluvión de denuncias respecto a la impune actuación policial que incluye torturas y malos tratos a las personas detenidas. Se ha criticado el trato dado a inmigrantes y solicitantes de asilo, ya que la legislación ucraniana en la materia no se ajusta a los postulados internacionales. Se ha denunciado el incremento de las agresiones a activistas pro – derechos humanos y a miembros de minorías sociales o étnicas. Por último, se ha atacado la excesiva dependencia del poder judicial respecto al político, lo que ha generado la vulneración de las garantías básicas que puedan asegurar la independencia del poder judicial, especialmente cuando se ven involucradas cuestiones políticas.

Sobre el fútbol y otros espectáculos

Viktor Yushchenko durante la "revolución naranja"
de 2004 en Kiev
Fotografía: https://www.hds.org.ua/

Las denuncias se acompañaron con las imágenes de la líder de la oposición, Yulia Timoshenko, encarcelada acusada por un delito de abuso de poder (la firma de un millonario acuerdo con Rusia sobre el gas sin tener potestad) y en huelga de hambre para denunciar los malos tratos sufridos en prisión. Era el ícono necesario para abrir la veda a los numerosos anuncios de boicot por parte de muchas de las autoridades de los países que iban a participar en la competición.
La cuestión, sin embargo, radica en saber hasta qué punto estas denuncias no obedecen a intereses ocultos bajo el prisma de los derechos humanos. Como se ha señalado desde algunos sectores de opinión, estas acusaciones podrían ser el pretexto que trate de forzar un cambio en la política del Gobierno ucraniano para favorecer los intereses estratégicos de las políticas occidentales. Ucrania es fundamental en la estrategia defensiva militar de Moscú y el actual presidente, Viktor Yanukovich, tan denostado por las autoridades occidentales, parece haber diseñado una política encaminada a favorecer las líneas impuestas por el Kremlin, sin hacer referencia a los sustanciosos acuerdos económicos entre Kiev y Moscú que, en cierto modo, perjudican los intereses de Estados Unidos y la Unión Europea (El blog El birrete blanco ofrece una lectura muy interesante sobre la cuestión).
La actualidad informativa es la que establece la agenda de intereses internacionales y el negocio del fútbol es demasiado suculento para dejarse entorpecer por cuestiones tan nimias como los derechos humanos. Al fin y al cabo, lo que sucede en el campo se queda en el campo…, y pan y circo.
Luis Pérez Armiño


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