La huelga de hambre iniciada por los presos palestinos busca la satisfacción de los “derechos básicos”, entre otros: más visitas semanales, el traspaso de las presas en trasporte separado, más teléfonos en las zonas públicas de la prisión, más canales de televisión por satélite *
- El sistema penitenciario israelí contempla el derecho de los presos a las visitas de familiares, derecho a asistencia judicial. Existe la libertad de culto. Contempla beneficios tales como asistencia sanitaria, dental, formación académica, economatos, rehabilitación, trabajadores sociales y psicólogos *
* La realidad en las prisiones del entorno israelí: 1200 presos políticos bajo Hamás, 700 bajo la Autoridad Palestina. Detenciones arbitrarias, ausencia de programas de tratamiento y rehabilitación, graves carencias sanitarias, ausencia de formación académica. Trato humillante, torturas hasta la muerte *
- Desde el inicio de la Guerra Civil siria 456 palestinos han sido asesinados (tras tortura previa) en cárceles sirias. Más de 1.100 palestinos siguen presos sin que se revelen los motivos de su detención, sin ninguna garantía procesal *
Recientemente el terrorista Barghouti ha iniciado una huelga de hambre respaldada por otros más de mil terroristas encarcelados en el sistema penitenciario israelí. Aunque Barghouti pretenda disfrazar su gesto como una reivindicación por sus “derechos básicos” solo es una cainita lucha por el poder dentro de Al Fatah ante el más que previsible fin de la etapa “Abu Mazen”, caracterizada por el terror, la falta de democracia, y la corrupción. Con esos mimbres Barghouti, con cinco víctimas mortales a sus espaldas, monta una injustificable huelga para revalorizar su olvidada figura en los pasillos de la Muqata tras su fracaso al optar a la vicepresidencia de la Autoridad Palestina y exigir su parte en el lucrativo pastel que supone ese artificio económico-político-terrorista.
Los “derechos básicos” que exigen son: más visitas semanales, más teléfonos en las zonas públicas de la prisión, y más canales de televisión por satélite.
Mientras tanto, en las prisiones sirias o las de Hamas en Gaza, se producen torturas diariamente contra los presos palestinos allí recluidos: introducción de alfileres entre las uñas, cigarrillos apagados en su piel, descargas eléctricas en los genitales, son sólo algunas de las torturas comunes en dichas cárceles. En ningún momento se organiza una huelga de hambre al respecto, consciente todo reo que hacerlo supondría una sentencia de muerte, atroz y cruel a buen seguro.
Barghouti miente
Barghouti miente cuando afirma que han muerto 200 presos palestinos desde 1967 en cárceles israelíes.
Miente cuando acusa sin prueba ni evidencia alguna de maltratos desconocidos en las prisiones israelíes, cuando esos presuntos “maltratos” podía haberlos denunciado en su momento por las vías pertinentes a las que tiene derecho.
Miente cuando afirma que 800.000 palestinos han sido encarcelados por Israel en 50 años, lo que significaría la delirante cifra de más de 16.000 nuevos presos por año. El año con más terroristas presos palestinos dentro del sistema penitenciario israelí fue durante la segunda intifada, con 9.516 presos palestinos.
La realidad del sistema penitenciario israelí
La realidad en las prisiones israelíes dista mucho de la presentada a los medios por los propagandistas afines a Barghouti. Israel cumple absolutamente con los acuerdos internacionales, respetando la dignidad de las personas presas y superando en muchos casos los estándares de vida en prisión de otros países occidentales, siendo demoledora la comparación con los países de su entorno geográfico.
Las instalaciones y los mismos presos del sistema penitenciario israelí son visitados regularmente por la Cruz Roja Internacional, intensificándose esas visitas durante esta huelga de hambre protagonizada por los terroristas palestinos. También hacen visitas otros organismos independientes como la Asociación de Abogados de Israel o el equivalente israelí al Defensor del Pueblo.
Dentro del sistema penitenciario israelí existe la libertad de culto, cualquier preso puede practicar su credo sin ninguna distinción. También disfrutan del derecho a voto aquellos que tengan la condición de ciudadano de Israel.
El sistema penitenciario israelí contempla el derecho de los presos a las visitas de familiares, amigos y abogados, y, por supuesto, las visitas conyugales. Los presos en el sistema carcelario israelí tienen derecho a presentar quejas sobre las condiciones de vida en prisión (derecho no ejercido por el terrorista Barghouti) ante las autoridades judiciales.
El sistema penitenciario israelí contempla beneficios tales como asistencia sanitaria, dental, formación académica (Barghouti estudió en las cárceles israelíes), actividades, disponen de “economatos” dentro de la prisión para adquirir productos de uso diario, equipos tratamentales destinados a la rehabilitación, trabajadores sociales y psicólogos.
La realidad en las prisiones del entorno
El régimen sirio mantiene un terrible y atroz sistema penitenciario difícilmente calificable de tal. Detenciones arbitrarias, ausencia de programas de tratamiento y rehabilitación y equipos multidisciplinares que los desarrollen, graves carencias de atención sanitaria en las prisiones, ausencia de formación académica y actividades y un trato humillante y degradante con agresiones físicas, y hasta decenas de muertos por las torturas sufridas que ocultan con informes falsos de ataques cardiacos.
Sólo desde el inicio de la Guerra Civil siria 456 palestinos han sido asesinados en cárceles sirias, tras haber sido previamente torturados.
Más de 1.100 palestinos siguen presos sin que se revelen los motivos de su detención, sin ninguna garantía procesal. Ni tan siquiera pueden recibir la visita de la Media Luna roja o de sus propios familiares.
Situación bajo la Autoridad palestina y Hamas
En las cárceles palestinas la situación no es mucho mejor. Muertes en extrañas circunstancias no son desconocidas en las prisiones palestinas, como tampoco las ejecuciones extrajudiciales, o la tortura, y en general la ausencia de derechos incluso para menores palestinos encarcelados, convirtiéndose el sistema penitenciario palestino en un sombrío pero eficaz instrumento para tener sometida a la población civil palestina.
Curiosamente ningún autodenominado defensor de los derechos del pueblo han denunciado la situación de los presos palestinos en cárceles sirias o en las mismas cárceles palestinos donde sus derechos son sistemáticamente vulnerados de las formas más graves que se puedan imaginar. Porque en el fondo todo esta charada (Barghouti rompió la huelga de hambre sin hacerlo público) solo es un repulsivo chantaje que tiene por objeto deslegitimar al estado de Israel.
Fuente: Acom