Revista Cine

Sobre la seguridad en si mismo

Publicado el 11 junio 2011 por Observandocine
Uno contra todos (The Fountainhead)
(Dirigida por King Vidor – USA 1949)

Sobre la seguridad en si mismo
Nadie puede volver atrás y comenzar algo nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy y crear un nuevo futuro - no juzgarme a mi mismo a través de los ojos de los demás.
Howard Roark (Gary Cooper) es un arquitecto que busca la originalidad en sus obras. Para él, copiarse de otros es una aberración. Para él, lo mejor es diseñar edificios que no se parezcan a nada que se haya construido antes. La escuela de arquitectura y su mejor amigo Peter Keating (Kent Smith) no creen que él tenga éxito en la vida, porque finalmente lo que hace es enfrentarse solo contra el mundo por su idealismo.
Un día le muestra sus diseños a un viejo arquitecto amargado. El viejo lo Sobre la seguridad en si mismocalifica de todas las formas posibles: visionario, impertinente, egoísta, demasiado seguro de si mismo e inclusive le dice que si fuera más joven le daría un puñetazo. Luego de tanto floro, le dice que vaya a trabajar al día siguiente a las 09:00 a.m.
Pasan los años y Roark ya está a cargo de la oficina del viejo. Hay un detalle, sólo ha realizado 4 edificios en todo ese tiempo. Howard piensa que no ha sido fácil, pero aquellos que gusten de su tipo de trabajo, lo llamarán. El viejo le dice que no demandan su trabajo por sus ideas originales. En cambio a la gente le gusta lo común, lo vulgar y lo trillado. Luego de decir esto, al viejo se desmaya. En la ambulancia, le dice a Roark sus últimas palabras antes de morir: “Howard, toda idea nueva en el mundo viene de la mente de algún hombre … ¿y sabes el precio que él tiene que pagar por ello? ”

Luego de la muerte de su jefe, Howard se encuentra lleno de deudas, siSobre la seguridad en si mismon proyectos que lo llamen y con 14 dólares con 57 centavos. Su amigo Peter quiere ayudarlo pero él mantiene sus ideales, su orgullo, sus ganas de no diseñar “los edificios que todos diseñan”. Es en esas instancias que el Security Bank aprueba uno de sus diseños. Sin embargo, él no acepta finalmente porque ellos pretendian suavizar el diseño con un toque de dignidad clásica. Les dice lo siguiente: “Si quieren mi trabajo, lo aceptan como es o no lo aceptan. Un edificio tiene integridad, así como un hombre. Y así de raramente. Debe ser fiel a su propia idea, tener su propia forma y servir su propio objetivo. Yo fijo mis propios estándares”. Los del Security Bank le dicen que esta puede ser la última oportunidad de conseguir empleo. Howard les responde que preferiría trabajar como obrero, si fuera necesario. Howard se marcha.
El Crítico de Arquitectura del Diario “The Banner, el Sr. Ellsworth Toohey (Robert Douglas) habla con su DirectoSobre la seguridad en si mismor, el Sr. Gail Wynand (Raymond Massey) para recomendar a Peter Keating como el arquitecto más capaz para realizar el diseño del Security Bank. Wynand es un viejo zorro, conocedor de la vida y le dice que no pasa nada con los diseños de Keating ya que “no tiene originalidad, no se representa a si mismo sino a la multitud de todos los hombres” y “produce grandes clichés de mármol”. Wynand busca una segunda opinión en su otra crítica de arquitectura, la Srta. Dominique Francon (Patricia Neal). Ella le dice que Keating es un arquitecto de tercera. Francon le cuenta que Keating, por esas cosas de la vida, es su prometido pero que no le interesa ayudarlo en su carrera.
Por la noche, Francon y Keating rompen su noviazgo con una frialdad increíble. A Keating sólo le importa construir el Security Bank y en cuanto a Francon, ella nunca ha estado enamorada de él. El zorro Wynand se lanza con todo, le gusta esa mujer. Sin embargo ella le responde de la siguiente manera: Sobre la seguridad en si mismo
Srta. Francon: Debo ser una de esas histéricas de las que oye hablar. Una mujer completamente incapaz de sentir. Estuve comprometida con Peter Keating porque fue la persona más insignificante que pude encontrar. Y sabía que jamás me enamoraría.
Sr.Wynand: ¿Nunca ha amado a nadie?
Srta. Francon: No y jamás lo haré. Si me enamorara, sería como una estatua. Lo sé. Lo acepto.
Sr.Wynand: Quiero que se case conmigo.
Srta. Francon: Si algún día decido castigarme a mí misma por una culpa terrible me casaré con usted.
Sr.Wynand: Esperaré. No me importa que razón escoja para hacerlo.
La Srta Francon se va de la ciudad pSobre la seguridad en si mismoor unos días a la casa de su papá en Connecticut. Este es dueño de una Cantera de Granito Gris. Ahí precisamente ha ido a parar el idealista Howard Roark, cumpliendo con su propia profecía: está de obrero. Un día la muchacha sale a pasear por la cantera y observa a los hombres que trabajan ahí. De pronto lo ve a Roark. Ya no mira a nadie más. Examina sus manos, luego su rostro. Él se percata y también se pone a mirarla. Él sólo se detiene en los ojos de ella. Huele a química en ese ambiente, yo diría que hasta física también.
Por la noche, Francon sólo piensa en las manos y el rostro de ese desconocido obrero. Al día siguiente vuelve a visitar la cantera. Lo busca a Roark por todos lados y no lo encuentra. Él ya llevo rato mirando el detalle de su cuerpo de ella. Cuando por fin ella se percata de la mirada de él, le dice lo siguiente:
Srta. Francon: ¿Por qué siempre me está mirando? Sobre la seguridad en si mismo
Roark: Por la misma razón que usted me ha estado mirando a mí.
Srta. Francon: No sé a qué se refiere.
Roark: Si no lo supiera, estaría mucho más sorprendida y mucho menos enojada, Srta Francon.
Srta. Francon: Entonces conoce mi nombre.
Roark: Lo ha anunciado en forma bien audible ayer cuando conversaba con el capataz.
Srta. Francon: Mejor que no sea insolente. Puedo hacer que lo despidan en un segundo.
Roark: ¿Llamo al capataz?
Srta. Francon: No, claro que no. Pero ya sabe quién soy, mejor deje de mirarme cuando yo venga aquí. Podrían malinterpretarlo.
Roark: No lo creo.
La Srta. Francon vuelve a su cuarto, no deja de pensar en el desconocido obrero de la Cantera. Se le ocurre una idea, romper el piso de mármol de su cuarto para luego llamar a la Cantera y le envíen a dicho obrero que le haga el arreglo respectivo. Conversan por largo rato, Francon adopta actitudes coquetas pero Roark está impasible. Roark se marcha. Al otro día ella vuelve a llamarlo. De la cantera le envían a un chatito y gordito. Francon se molesta porque ella quiere al hombre alto. La mañana siguiente, Francon va con su caballo en busca de Roark. No le encuentra en la cantera pero si por un camino a la salida de este lugar, le increpa porque no fue arreglar el mármol. Él le responSobre la seguridad en si mismode que era irrelevante quien fuera. Ella con sus ojos desorbitados le da un golpe en la cara con el látigo con el que doma a su caballo. Luego huye de la escena. Roark sólo limita a tocarse el rostro. Por la noche Roark hace una visita al cuarto de la Srta. Francon, ella quiere escapar del cuarto, él no la deja, la abraza, ella se deja llevar, él la besa, se separan por unos segundos, ella lo mira, él la mira, él la vuelve a besar, ella se separa, ella se pone a llorar, él se va.
Esa misma noche Roark encuentra en su habitación una carta con una propuesta de trabajo de un Sr. Enright que dice haber visto sus edificios. En el acto parte hacia New York. A la mañana siguiente, la Srta Francon lo está buscando por toda la cantera pero el capataz le dice que el hombre alto ya renunció y se fue. Francon se ha quedado sin saber el nombre del hombre alto.
Pasa el tiempo y la Casa Enright se está edificando bajo los parámetros originales de Roark. El periódico “The Banner” y su feroz crítico, el Sr. Toohey, se están encargando de poner a la comunidad en contra de dicha construcción. La Srta. Francon renuncia al periódico porque ella dice que ese edificio es fruto de una mente genial, que cuanto le gustaria conocer al creador de ese logro arquitectónico magnífico. Lo que ella no sabe es que el obrero alto es igual a Howard Roark.
Una vez terminada la Casa Enright, se hace una fiesta por la inauguraciónSobre la seguridad en si mismo y se invita a las principales personas relacionadas con el mundo de la arquitectura. Entre ellas, la Srta. Francon, quien por cierto en la fiesta pregunta por el tal Howard Roark. El Sr. Enright, ni bien ve que llega Roark y le dice que le quiere presentar a alguien que lo ha buscado toda la noche. Cuando ambos se ven, ella se sorprende, él no porque sabía quien era ella.
Srta. Francon: Yo admiro su trabajo más que nada que haya visto. Comprenderá que esto no es un vínculo, sino un abismo entre nosotros. Desearía jamás haber visto su edificio. Las cosas que admiramos o queremos son las que nos esclavizan y no soy fácil de dominar.
Roark: Eso depende de la fuerza de su adversario, Srta. Francon.
Roark se sonrie y se va, una vez que dice esto.
Horas más tarde, todosSobre la seguridad en si mismo se han ido. Howard Roark está sentado en un sillón pensativo y con las piernas estiradas, se abre la puerta y entra la Srta. Dominique Francon.
Howard Roark: Esperaba que vinieras.
Dominique Francon: Yo no sabía tu nombre. Tú sabias el mío. Pero no has tratado de buscarme en todos estos meses.
Howard Roark: Quería que tú me encontraras y que tuvieras que venir a mí.
Dominique Francon: Si te complace saber que me estás venciendo … yo te daré una satisfacción aún mayor. Te amo, Roark. ¿Te complacería oír que he vivido atormentada todos estos meses? Esperando no encontrarte nunca y deseando dar mi vida sólo para verte una vez más. Pero tú sabías eso, claro. Eso era lo que querías que yo viviera.
Howard Roark: Si.
Dominique Francon: ¿Por qué no te ríes de mí? Ganaste. No me queda ningún orgullo que me detenga. Te amo sin dignidad y sin arrepentimiento. Vine a decirte esto … y a decirte que jamás me volverás a ver. Howard Roark: Quieres saber si puedes hacerme sufrir o no, ¿verdadSobre la seguridad en si mismo? Si puedes.
Dominique Francon: Roark, tú eres todo lo que siempre he querido. Y por eso había esperado jamás conocer a nadie como tú. Yo misma renunciaré a ti ahora en lugar de verte destruido … por un mundo contra el que no podrás.
Howard Roark: ¿Por qué tienes miedo?
Dominique Francon: Sé lo que te harán. Tuviste la genialidad que hizo la Casa Enright. Pero trabajabas como un reo en una cantera de granito.
Howard Roark: Yo decidí hacerlo.
Dominique Francon: ¿Por qué?
Howard Roark: ¿No sabes por qué?
Dominique Francon: Sí. Porque no te conformarás. Te volverán a llevar abajo. Sólo podrás esperar una cantera de piedra.
Howard Roark: Salí de la cantera.
Dominique Francon: ¿Sí? ¿Crees que la Casa Enright es tu comienzo? Es tu sentencia de muerte. ¿Te ha buscado otro cliente?
Howard Roark: No.
Dominique Francon: No lo Sobre la seguridad en si mismoharán. Te odian por la grandeza de tu logro. Te odian por tu integridad. Te odian porque saben que no pueden corromperte ni regirte. No te dejarán sobrevivir. Roark, te destruirán. Pero yo no estaré ahí para ver que suceda.

Se besan.
Howard Roark: ¿Quieres dejarme? Yo te he amado desde el momento en que te vi y tú lo sabías. Trataste de escaparte de eso. Tenía que dejar que aprendieras a aceptarlo. ¿Me vas a dejar?
Dominique Francon: Sí.
Howard Roark: No te detendré.
Dominique Francon: Roark, ¿no ves? Yo no quiero dejarte. ¿Te casarías conmigo? Quiero quedarme contigo. Tomaremos una casa en una ciudad pequeña y yo la cuidaré para ti. No te rías. Puedo hacerlo. Cocinaré, lavaré tu ropa, fregaré el piso y tú dejarás la arquitectura. Si la dejas, me quedaré contigo para siempre … pero no puedo soportar quedarme y verte yendSobre la seguridad en si mismoo hacia un terrible desastre. No puede terminar de otra manera. Sálvate de la tragedia. Toma un trabajo insignificante. Viviremos sólo el uno para el otro.
Howard Roark: Ojalá pudiera decirte que eso es una tentación.
Dominique Francon: Roark, ¿si o no?
Howard Roark: No. Debes aprenderle a no temer al mundo, a no prestarle atención. Debo dejar que aprendas eso. Cuando lo hayas aprendido, regresarás a mi. Ellos no me destruirán, Dominique. Te esperaré. Te amo. Lo estoy diciendo ahora por todos los años que tendremos que esperar.
Dominique Francon: Haría lo que fuera para escapar de ti.
No pasan ni días y Dominique le dice al Sr. Wynand que acepta su antigua proposición de matrimonio. El zorro Wynand es ahora un hombre inmensamente feliz, ella no porque no lo ama.
Sobre la seguridad en si mismo
Roark es choteado por varios proyectos. Va de tumbo en tumbo y lo peor es que una mañana observa desde un edificio que del Hotel Saint Charles sale la reciente pareja casada el Sr. y la Sra. Wynand. Roark no agacha la cabeza y sigue adelante. Le proponen que haga la construcción de una gasolinera y ahí empieza una racha de éxitos. Tiendas, granjas, residenciales hasta llegar a edificios y fábricas. Roark ya es una celebridad y declara a la prensa que “En todos esos años siempre encontró algún hombre que quería su trabajo, alguien que veía por sus propios ojos y pensaba con su propio cerebro. Esos hombres serán raros, desconocidos, pero ellos mueveSobre la seguridad en si mismon el mundo”.

En medio de ese éxito, el Sr. Wynand lo manda llamar. Quiere que construya una casa de campo para él y la Sra. Wynand. Reconoce que Roark es un hombre de valor y se siente feliz como cuando era joven y pensaba que la honestidad era posible. Roark acepta, sabiendo que va reencontrarse con Dominique, pero él no le huye a nada ni a nadie.
¿Qué ocurrirá luego?. Una serie de sucesos inesperados están por ocurrir.
La seguridad en si mismo que los hombres podamos tener hace que llamemos la atención en las mujeres. De igual forma ocurre cuando los hombres conocemos a una mujer decidida y segura de si misma. Hay una leyenda urbana que circula diciendo que los hombres les tenemos miedo a las mujeres decididas, valientes, sinceras e inteligentes. Es que acaso nos gustan más las mujeres que “no dicen lo que sienten ni hacen lo que piensan”, en otras palabras las “mujeres que no quieren ser felices”.
Hace unos días debatiendSobre la seguridad en si mismoo este tema con mi amiga Minuet, ella tenía muy claro lo que pensaba, me dijo: “existen una serie de condicionamientos ancestrales, culturales y muy tradicionales, en los que la mujer debe ser "cauta".. "modesta" "tímida", "callada", "y no debe mostrarse descarada", y nosotras mismas, somos las que mantenemos estas solemnes estupideces, desde mi punto de vista, a costa de nuestra propia felicidad y dejando a nuestros deseos hibernando..
Si yo -personalmente, Minuet- tuviese que responder a esta pregunta que haces, mi respuesta sería, "David, te puedo asegurar que yo si digo, tanto lo que deseo como lo que pienso y sí, quiero ser feliz, al menos, pensar que he pedido para que sepan lo que me tienen que dar,- sin adivinanzas-, al menos no culparme de que el resto deba adivinar lo que necesito para ser feliz" (incluso esto me llega a parecer una falta de respeto hacía la otra persona, el someterla a pruebas de adivinanzas y de caprichos) pero esa sería mi contestación y por desgracia, la de una minoría de mujeres.
Es cierto que siguen siendo mayoría las mujeres que esperan ser cortejadas, que esperan que los hombres imaginéis que debéis decir, hacer, como y donde debéis tocar para darles aquello que desean, una tortura para vosotros, peSobre la seguridad en si mismoro sobre todo, para ellas mismas, que además hacen que la sociedad, nos mire, al resto que si que hablamos claro, como unas "frescas" (dejémoslo ahí)..
Aun así, te diré que los hombres tenéis mucha tendencia a huir, a salir corriendo, de las mujeres que decimos a las claras lo que queremos, y lo que nos gusta.. creo que en el fondo, las preferís, calladitas y modositas..jajaj.. desde luego a mi me han dicho muchos hombres (amigos y compañeros algunos de ellos) que "a los chicos les da respeto y miedo entrarte, Minu".
Así que tu pregunta tiene respuesta clara, pero a su vez, hace que se convierta en una pescadilla que se muerde la cola y me encantaría intentar desenrollarla:
"¿que es lo que en realidad os gusta de una mujer a la mayoría de los hombres: que seamos claras o que seamos mas tímidas?"...

A mí en particuSobre la seguridad en si mismolar me gustan que sean seguras de si mismas. Y volviendo con el cine, hay películas que se centran exclusivamente en mujeres con esas características. La más representativa es “Erin Brockovich” con Julia Roberts. El papel de una mujer que busca empleo, lo encuentra, lo explota en base a su inteligencia y capacidad negociadora. La Roberts hipnotiza con su actuación, encanta por la seguridad en si misma que demuestra. El papel que interpretaba buscaba esa cualidad por sobre todas y la Roberts cumple. Sin embargo en otras películas su intensidad a la hora de actuar decae.
No pasa lo mismo con Natalie Portman y la gran Bette Davis. Ambas viven la película, actúan con pasión, intensidad, les gusta lo que hacen. Uno las ve y diceSobre la seguridad en si mismo: ¡Wow, que mujeres!. Desde los parámetros de la belleza que escuchamos y vemos en la tele, Natalie es sencillamente una mamacita total!!!! En el caso de Bette Davis no, es una mujer que fascina más que por belleza por lo que expresa en cada una de sus películas, una mujer inteligente, con un talento sin igual para hacer de mala o de coqueta o de manipuladora o de cínica o de sarcástica. Es genial está mujer.

Para muestra dos botones: “Todo sobre Eva” (All About Eve - Dirigida por Joseph Mankiewicz – USA 1950) y “El cielo y tú” (All this, and heaven too - Dirigida por Anatole Litvak – USA 1940).
Antes de hablar en torno a “Todo sobre Eva” debo decirles que es una joya del cine, si no la han visto ya es hora de que compSobre la seguridad en si mismoren el video o lo alquilen. La trama narra la historia de una mujer llamada Margo (Bette Davis), la cual es una veterana actriz de teatro admirada por todo el mundo, poseedora de un ego inmenso. Un día se acerca a su camerino una joven llamada Eva (Anne Baxter), ella quiere saber todo sobre Margo, quiere que sea su maestra, su sensei. Margo la ve como una jovencita que más le inspira pena, lo que no sabe es que Eva es una mosquita muerta con todo un arsenal de ideas preparado punto por punto para ella ser la “nueva Margo” del mundo del teatro.
Una cinta impresionante en diálogos donde Bette Davis para variar se luce. Son tantos los que ella dice, que he escogido la que más impacta y precisamente habla sobre las mujeres: “Curiosa esta vida nuestra. Las cosas que se dejan caer al subir la escalera para subir más deprisa, olvidando que seSobre la seguridad en si mismo necesitan cuando has de volver a ser mujer. Es una carrera que todas tenemos en común, la de ser mujer. Tarde o temprano, hemos de trabajar en ella por muchas otras que hayamos ejercido o deseado. Y en última instancia, nada sirve de nada, si no puedes alzar la vista mientras cenas, o dar la vuelta en la cama...y que él no está ahí. Sin eso no eres mujer”.
La otra película “El cielo y tú” nos cuentaSobre la seguridad en si mismo la historia de Henriette Desportes (Bette Davis), una mujer que aprende a ser segura de si misma en el camino de la vida. La historia empieza cuando ella entra a trabajar como profesora de francés a una Escuela de Señoritas. Las muchachas están dispuestas a hacerle la vida imposible haciéndole recordar su pasado. En efecto, Henriette unos años antes estuvo envuelta en un escándalo en Francia ya que cometió el pecado de enamorarse de un duque y amar a los hijos de este. Henriette después de todo lo que ha pasado en la vida sabe que con las muchachas debe exigir respeto, no suplicarlo. Va donde sus alumnas, las mira de frente a cada ojo de cada alma que está ahí en su aula y les dice: “Voy a contarles una historia real. Tal vez me equivoque al contárselas pero dentro de unos años, ustedes serán mujeres en edad de amar, de sufrir y de afrontar esos problemas. Supongo que les hará bien saber que la vida no siempre es la imagen bonita que desearíamos que fuera. Si alguna de ustedes no quiere oír mi historia tiene permiso paSobre la seguridad en si mismora abandonar la clase. Muy bien. Lo único que les pido es que me presten la máxima atención. La mayor parte de la historia ocurrió en París, en una casa grande y bonita, la residencia de los Duques de Praslin. La historia que les voy a contar es la de la institutriz de esa casa, o sea yo. …”. Henriette comienza a narrar su historia y sus recuerdos nos llevan a observar un barco donde se encuentra ella mirando el mar, con rumbo a París. Henriette comienza a describir lo que sentía, cada una de sus emociones. Conoce a un pastor protestante en el barco y es el único con el que conversa. Ya en París va a la Casa de los Duques de Praslin, ni siquiera ha llamado a la puerta y un hombre con el cabello blanco por “la experiencia de vivir”, que es el portero de la casa, le dice a ella: “No pensará unirse a esta casa. Mire yo no solo barro el patio, sino que también limpio las ventanas y veo muchas cosas. Podría contarle cosas, muchas cosas”. Henriette no le hace caso, la puerta se abre, ambos se vSobre la seguridad en si mismouelven a mirar, el viejo portero le hace un gesto como diciendo “se lo advertí”. Henriette se hace cargo de las 3 niñas y el niño de la casa. El Duque de Praslin (Charles Boyer) está feliz con ella, la admira, la llena de palabras de elogio y románticas, pero por sobre todo la respeta. En cambio, La Duquesa la odia porque según su punto de vista le ha quitado el afecto de su esposo y de los niños. La Duquesa le hace la vida imposible al Duque, a Henriette y hasta a sus mismos hijos, a los cuales por cierto no los quiere ni un poco. Pronto la prensa se vuelve un aliado de la duquesa, acusan de infidelidad al Duque con Henriette, cuando eso es una difamación. La situación cada vez es peor. El Duque tiene un análisis interesante acerca de su atormentada esposa: “Cuando los débiles son crueSobre la seguridad en si mismoles, hay que protegerse de ellos. El débil sabe como usar su poder. Te cogen con sus manos suaves y comienzan a apretar” Sobre Henriette dice: “Rara vez sabemos recompensar a quienes nos han sido fieles”. Sobre aquellos que lo acusan de tener algo con Henriette dice: “Ustedes nunca entenderán lo importante”. Pronto se acerca el final trágico para este mutuo amor platónico que se profesan Henriette y el Duque de Praslin.
Henriette cuenta detalle por detalle todo lo que pasó. Sus alumnas escuchan y deben tomar una decisión sobre seguir fastidiando o no a su profesora. En cuanto a Henriette debe tomar una decisión respecto a como afrontar su futuro.
Sencillamente otra excelente película la que nos brinda Bette Davis.

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