Un breve repaso a la cuestión en tres puntos.
- El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) decidieron que Varivax (vacuna contra la varicela) pasara a ser de “uso hospitalario”, con lo que se provocó un desabastecimiento de la vacuna de la que informó la Asociación Española de Vacunología.
- Casi en las mismas fechas, la OMS saca un informe sobre su posición sobre las vacunas de la varicella y herpes zoster. Allí se dice: “La probabilidad de que todos los niños contraigan la varicela, unida a una estructura socioeconómica que supone unos costos indirectos elevados para cada caso, hace que la varicela sea relativamente importante en los países industrializados de clima templado. Se estima que en dichas zonas la vacunación infantil sistemática contra esta enfermedad es eficaz en función de los costos. … la utilización generalizada en la vacunación sistemática de los niños tendrá repercusiones significativas en la epidemiología de la enfermedad. Si se logra alcanzar y mantener una cobertura alta, la enfermedad podría prácticamente desaparecer. Si sólo se tiene una cobertura parcial, la epidemiología puede cambiar, provocando un aumento del número de casos en los niños de más edad y en los adultos. Por tanto, en los programas de vacunación infantil sistemática contra la varicela se debe tratar de conseguir una cobertura alta y sostenida.” (en la traducción española del documento; en la versión original, estás las referencias a las numerosas revisiones sistemáticas que avalan la efectividad y seguridad de la vacuna).
- La cuestión se resume muy bien en este artículo de hoy de El País, en el que se hace especial hincapié en las malas prácticas de algunas empresas relacionadas con las vacunas. En el artículo, Francisco Salmerón García, jefe de la división de productos biológicos y biotecnología de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, cuenta las malas prácticas y amenazas de los laboratorios, conductas que son reprobables, pero al mismo tiempo hace la siguiente afirmación: “Tuvimos que prohibir su venta porque se estaba haciendo un uso irracional, abusivo y contraproducente“. Si leemos lo que nos dice la OMS, a la luz de los datos científicos, precisamente hay que conseguir una alta tasa de vacunación con la que la enfermedad podría incluso erradicarse, mientras que si la cobertura es baja, aumentaría el número de casos en niños de más edad y en adultos. Esto es, precisamente, en lo que se apoya la Asociación Española de Pediatría.
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