Sobre las comiciones

Puede ser peligroso abrazarse con el Sr, Griñán, anora que descubrimos como se llevaron treinta y cinco millones de euros en comisiones de los EREs, cuando la práctica habitjual hubiese sido unas diez veces menos. En todas partes cuecen habas, y podríamos enviar al presidente andaluz, junto al yerno del Rey y a conocidos populares como Bárcenas, Fabra y demás familia. Mientras las clases medias son exprimidas a impuestos, los dirigentes cuentas los euros por cientos de miles, como si nada sucediese, y aparentan escandalizarse cuando la corrupción es descubierta en el partido contrario, mientras afirman tomar las medidas oportunas, necesarias y transparentes, cuando sucede en el seno de la propia formación.

“La «trama de los ERE» tenía el siguiente «modus operandi». Los despidos en las empresas se acordaban una vez que la Junta se comprometía a financiar pólizas de prejubilaciones para los afectados. Las mediadoras –Vitalia y Uniter– presentaban distintos presupuestos de compañías aseguradoras para formalizar la póliza. No había concurso público ni publicidad. En la póliza, además de las rentas para los trabajadores –incluyendo a intrusos– se pagaba la comisión, que oscilaba entre el 15 y el 20 por ciento del total –la práctica habitual del mercado está en torno al 1 y el 3 por ciento–. Percibido ese dinero de fondos públicos, se producía el reparto, utilizando para ello empresas pantalla para introducirlo de nuevo en el circuito financiero. Los verdaderos beneficiarios y las cantidades son objeto de una investigación de la Guardia Civil que está bajo secreto de sumario“.

Del uno por ciento al veinte por ciento, media una diferencia grande, muy grande. Exageradamente grande. Me recuerda a un amigo que comentó, entre chanzas, lo siguiente: “Yo compro a uno, vendo a tres, y con el dos por ciento me arreglo”.

Seguro que era político. Del PP, del PSOE, de CiU, tanto da. Político seguro.