Yogananda Paramahansa escribió bastante acerca de las curaciones por sugestión. El cadáver de este autor, que murió el 7 de marzo de 1952 en Los Ángeles, después de llevar enterrado tres semanas, no presentaba señal alguna de putrefación. Así lo certifica Harry T.Rowe, el director del cementerio Forest Lawn Memorial, de aquella localidad:"La ausencia de toda clase de incidios de putrefacción en el cadáver de Paramahansa, entraña la aparición de un caso extraordinario dentro del conjunto de nuestra experiencia. A los 20 días de su fallecimiento, aún no aparecía señal alguna de liquefacción corporal..."
Aunque no es un asunto que a mi me quite el sueño, pues abogo personalmente por la incineración, tenía que llegar el momento de abordar una entrada sobre ese misterio de los incorruptos, motivo que a la iglesia le sirve de justificación para santificarlos. Porque esta es, precisamente, la tela de la que se cortan los llamados "Santos".
Sobre los cuerpos incorrutos de los santos
Inge Santner, informó a través de "Die Weltwoche", de Zurich, sobre ciertas manifestaciones del doctor Gerhard Kaiser, psiquiatra y neurólogo de Viena y profesor de medicina legal en la Universidad de Salzburgo. Otro autor mencionado es Kurt Tucholsky que en su libro "Pyrenäens" (Los Pirineos) y en relación con Lourdes, escribe lo que sigue:"El año pasado y con motivo de su beatificación, han exhumado a Bernadette Soubirous. El cuerpo se hallaba en buen estado de conservación, dicen que tenía el ojo izquierdo dirigido hacia el lugar de la aparición, y que de su tumba salió un intenso aroma..."
Cuerpos investigados por KaiserEn su investigación, el vienés alude a que no hay necesidad de milagro alguno para que los restos de una persona se conserven sin visibles señales de corrupción por espacio de decenios y de siglos.
- Francisco de Sales, muerto en 1622
- Carlos Borromeo, muerto en 1584
- Francisco Caracciolo, muerto en 1608
- Juan de la Cruz, muerto en 1591
- María Magdalena de Pazzi, muerta en 1607
- Bernadette Soubirous, muerta en 1879
El milagro queda excluídoGerhard Kaiser, manifiesta al respecto: "En donde es posible reconstruir lo acontecido, queda excluído todo indicio de actividad milagrosa".
Las realidades científicas
Después de la muerte, las reacciones que tienen lugar en los cadáveres son cosa corriente y nada excepcional. El cese de la actividad cardiaca no repercute de manera simultanea en todos los tejidos: partes enteras de estos sobreviven a la muerte fisiológica por espacio de varias horas.Normalmente, tras los innegables síntomas de muerte (frío, rigidez, cese de la actividad cardiaca y respiratoria, aparición de manchas rojo-azuladas en la piel, curba nulla al instrumento), rápidamente se inicia la putrefacción. Los microorganismos existentes en el interior del cuerpo determinan un cambio en la coloración de la piel, que se vuelve de un tono verde sucio. Y pronto hacen su aparición las burbujas a consecuencia de la formación de gases.La putrefacción es ocasionada por el aire, en el que se hallan normalmente flotando ciertas bacterias, que juntamente con el oxígeno, ponen en marcha la descomposición o desintegración química. La humedad y el calor aceleran esa descomposición y, por último, bajo la tierra, los gusanos y los escarabajos carroñeros y depredadores llevan a cabo la final destrucción. Las hormigas realizan en tres días una esqueletización completa. Por regla general, la disolución de las partes blandas del Organismo dura de tres a cuatro años; las partes grasas del tejido óseo duran mucho más. Los tejidos y membranas cerebrales subsisten por espacio de varios decenios. La proteína de los huesos permanece íntegra durante más de 100 años. Finalmente, del cadáver depositado en una tumbra ordinaria, no queda sino el esqueleto.
Imagen vista en Paz InteriorParamahansa, uno de los principales propagadores del yoga en la cultura Occidental