En el post de ayer el título motivó confusión en algunos de mis lectores (hoy espero que no).
Que quede claro: los trabajos que presentaba ayer demuestran el NULO impacto sobre la enfermedad cardiovascular de las pacientes diabéticos que son tratados con inhibidores de la DPP-4.
El editorial de hecho nos invita a poner un punto de mira crítico sobre la utilización de resultados intermedios que tanto se prodigan en los ensayos clínicos, que en el caso que nos afecta hace referencia a la utilización de la HgbA1c como “predictor” del beneficio cardiovascular de los tratamientos de la diabetes.
Para cerrar el tema me he permitido traducir lo que sobre los DPP4 resume el UPTODATE a fecha de hoy sobre los inhibidores de la DPP-4:
Los inhibidores de la dipeptidil-peptidasa 4 (DPP-4,) enzima que desactiva una variedad de péptidos bioactivos , incluyendo el péptido 1 similar al glucagón y el péptido inhibidor gástrico y , por lo tanto , su inhibición podría afectar potencialmente regulación de la glucosa a través de múltiples efectos.
Action of GLP-1 and DPP-4 inhibitors. (Photo credit: Wikipedia)
Debido a su alto coste , efectos relativamente débiles en HbgA1C y a los datos clínicos disponibles , los inhibidores de la DPP-4 no pueden ser recomendados actualmente para su uso rutinario. Pueden tener un papel como un tercer agente en aquellos paceintes que no pueden o no quieren utilizar insulina cuando dosis completas de metformina y una sulfonilurea no han alcanzado un control metabólico satisfactorio. No obstante su modesta eficacia hipoglucemiante, su precio y la limitada experiencia clínica con los inhibidores de la DPP-4 puede moderar el entusiasmo por estos medicamentos .
McCullooch DK, Nathan D, Mulder E. Management of persistent hyperglycemia in type 2 diabetes mellitus. In UpToDate, Rose, BD (ed), UpToDate, Waltham, MA, 2013.- Literature review current through: Aug 2013.- This topic last updated: jul 24, 2013.
Es un grupo de medicamentos que creo que pronto pasará (quizás cuando las ventas amortigüen los gastos de haber podido patentarlas). Más interesante me parecen seguir la seguridad y eficacia (especialmente la primera) de algun GLP-1 en paciente obesos.
Y lo que seguro que nos espera un otoño muy “interesante”: se comercializan pronto los inhibidores del transportador de la glucosa tipo 2 dependiente del sodio (SGLT-2), los nuevos fármacos glucosúricos. Quizás pronto recojamos en el blog una búsqueda bibliográfica de lo que haya publicado sobre ellos. Por ahora unas pinceladas:
La dapaglifozina, la canaglifozina y la empaglifozina favorecieron una pérdida de peso de 2 a 3 kg (eso sí en ensayos de tan solo doce semanas) disminuyendo la dapagligozina la TA entre 1,3 y 7,3 mm Hg. En ensayos más largos (de 48 a 52 semanas) la dapagliflozina (10 mg al día) versus placebo, redujo el peso en 2,36 kg.
Los efectos secundarios de los inhibidores de SGLT2 incluyen: mayor incidencia de candidiasis vulvovaginal (hasta un 14%), de infección genital (hasta un 9,5%) y además hubo un pequeño pero significativo aumento en la tasa de infecciones del tracto urinario (8,8 verus 6,1 por ciento).
No existen datos de seguridad a largo plazo con respecto a los efectos de la glucosuria crónica en las vías urinarias.
Por supuesto NO aportan datos alguno sobre impacto en la aparición de eventos macro ni microcasculares.
Como se vé “prometedores” avances terapéuticos….