Todo este tiempo he tenido harto que decir. Siempre tengo harto que decir, aunque prefiero guardarlo antes que andar ventilando ideas.
Esta Navidad me preparé mucho, con antelación, dando espacio para que entraran a este organismo melodías, colores, aromas, recuerdos y todo lo que se asociara a esta fecha. Me acordé esa noche, y muchas noches antes, de toda la familia que ya no está conmigo y que quisiera sí pudiera estar. Me acordé de mi infancia, de lo que en esa época era importante para mí. Lloré montón recordando a mi Tata, mi abuelita, mis tíos con los que me crié, que me formaron como persona y de los cuales ahora sólo tengo unas fotos viejas. Puse sus fotos esa noche junto al árbol, deseando sentir sus espíritus cerca mío.
Este último día del año, he estado pensando en lo que he vivido este 2011. La verdad es que ha sido un buen año, a pesar de que mis expectativas eran mayores especialmente en cuanto al trabajo. He vivido cosas feítas, seguidas de inmediato de bellos momentos. Me he sentido segura de mí misma como hace años no me sentía. Estoy viviendo la vida que de niña pensé que la vida me regalaría. Tengo ganas y energía de seguir adelante, de hacer mil cosas y de tocar el cielo, como he podido hacer en varios momentos de este año.
Lo que trae este próximo año. Sé que será aún mejor año. Tengo planes que por sí solos se irán desarrollando, camino con un norte muy claro, sé perfectamente lo que quiero y lo que no, sé a quién quiero cerca y a quién no. Sé lo que hay en mi corazón, sé de dónde vengo y sé hasta dónde quiero llegar.
Tengo claro que el paso por esta vida siempre ha de ser pensando en hacer el bien, que es lo único que conforta y alegra este rebelde corazón. Quiero cumplir lo que me he propuesto, quiero ordenarme, quiero desapegarme emocionalmente de lo que no importa, quiero seguir feliz como soy ahora.
Estoy satisfecha, el Padre Dios es mi motor, camino pensando en Él todo el tiempo y deseando cumplir mi rol en esta vida. Amo los animales, me maravillo con la naturaleza, soy feliz en un jardín con solcito y pasto... un beso y un abrazo me valen más que nada en este mundo... por eso quiero dar Gracias.
Gracias por estar viva, por estar sana, por el sol, los colores, la música que me interpreta... por las letras... Gracias por poder sonreír todo el tiempo.