Pero, todos lo sabemos, éstas no son las verdaderas razones por las que el alcalde de Almansa pretende quitar la liberación al Grupo Municipal Socialista. La verdadera razón radica en el dolor de entrepierna que el Sr. Núñez Núñez tiene desde el día en que fue investido alcalde gracias a los votos de sus amigos los independientes, el actual apéndice inflamado de la política almanseña. Desde ese día, la mano que sujeta su entrepierna ha ido aumentando progresivamente su apretura, recordándole que cualquier paso que desee dar necesita de tres votos más de los poseídos por el PP, recordándole que PP e Independientes son lo mismo (el ya conocido como PPIA), recordándole que el intercambio de favores está por encima de las reglas democráticas y del respeto a la ciudadanía. Unas apreturas, las de su entrepierna, que ahora le obligan a obedecer, para vender el agua o sacar adelante los presupuestos, a quien parece realmente dirigir desde la sombra el destino de Almansa, el Sr. López. Una obediencia, casi militar, para calmar el ansia de su "apretador" que está deseando lograr un doble objetivo: el beneficio personal de su concejal y su vergonzosa venganza contra el PSOE. El Sr. Núñez Núñez demuestra, así, lo que todos estamos pensando.
Lo que el Sr. Núñez Núñez sí ha demostrado ya, es lo que es capaz de hacer por Almansa:
- Llevarla al peor momento de su historia laboral e industrial.
- Multiplicar incontroladamente su número de desempleados.
- Despilfarrar el dinero público poniendo al borde de la quiebra la economía local.
- Poner en peligro la continuidad de decenas de pequeñas y medianas empresas almanseñas.
- Despedir a trabajadores públicos.
- Dar la espalda a su pueblo con la privatización del Hospital para agradar a su jefa.
- Claudicar ante los chantajes de sus socios independientes para que, con tres concejales, tengan el mayor número de liberados y personal de confianza a sueldo del Ayuntamiento.
- Otorgar privilegios gratuitos que pagamos todos (entradas a espectáculos, teléfonos móviles, favores varios..), a los concejales del PPIA y a sus cargos de confianza.
- Subir una y otra vez los impuestos a la ciudadanía al mismo tiempo que rebaja o elimina servicios municipales.
- Utilizar su posición y poder para, con dinero público, repartir trabajo entre amigos y familiares.
- Participar en procesiones.