La acción del gobierno castrista de negar las visas de entrada a Cuba a distinguidas personalidades entre las que se encontraban el secretario general de la OEA Luis Almagro, el expresidente de México Felipe Calderón, la diputada y ex-ministra chilena Mariana Aylwin, hija del ex presidente chileno Patricio Aylwin, y a muchos otros invitados, ha causado sorpresa para muchos y levantado una gran polémica para otros.
El objetivo del viaje era participar en una ceremonia donde se entregaría el reconocimiento “Oswaldo Payá – Libertad y Vida” que había otorgado la “Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia” que preside Rosa María Payá, hija del desaparecido disidente cubano Oswaldo Payá. Rosa María Payá también dirige el movimiento opositor “Cuba Decide”.
El evento tuvo lugar en la casa de la familia Payá en La Habana, la mañana del miércoles 22 y citando un párrafo de Martí Noticias: “cumplió uno de sus objetivos primordiales: llamar la atención de la comunidad internacional sobre la situación de los derechos humanos y las libertades civiles en la isla”. Rosa María considera que en la medida en que la comunidad internacional se pronuncie al respecto, disminuirá la impunidad de que actualmente goza el gobierno castrista.
En un largo comunicado publicado en la página Web de la cancillería cubana, el castrismo consideró que su acción fue de “intachable” diplomacia, y la justificó señalando que la visita de esas personalidades para participar en un acto organizado por la “Disidencia Interna” era una grave provocación destinada a “generar inestabilidad interna”.
Muchos periodistas independientes cubanos como Iván García, Sol García Basulto y muchos otros fueron encarcelados para evitar que cubrieran el evento.
El MINREX arremetió especialmente contra Luis Almagro, señalando que “no nos sorprenden sus declaraciones y actos abiertamente anticubanos. En muy corto tiempo al frente de esa organización, se ha destacado por generar, sin mandato algunos de los estados miembros, una ambiciosa agenda de autopromoción con ataques contra gobiernos progresistas como Venezuela, Bolivia y Ecuador”.
Almagro dirigió una larga carta a Rosa María Payá, explicando las razones que le impedían viajar a Cuba a recibir el reconocimiento. También el expresidente Calderón se manifestó al efecto al igual que Mariana Aylwin. Los gobiernos de México y Chile también emitieron declaraciones condenatorias, pero en general, las reacciones de los gobiernos fueron declaraciones timoratas. Les faltó la energía que el caso ameritaba.
Pero estos hechos tienen una gran relevancia porque el gobierno cubano demostró intolerancia y poca disposición de Apertura y cambio. Al comentar que el reconocimiento no lo entregaba el estado cubano, volvió a ratificar su política de que “Dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada” que ha justificado todas sus acciones durante ya casi 60 años.
Almagro, en el tiempo que lleva al frente de la OEA, se ha distinguido por su postura vertical en la defensa de la democracia y los derechos humanos, sobre todo ante la transformación de Venezuela en una Dictadura represiva, y Cuba y Venezuela por ahora comen en un mismo plato.
Rosa María Payá, tras la muerte de su padre en un accidente nunca debidamente aclarado, continuó con valentía y brillantez su lucha para lograr que el pueblo cubano pueda decidir su futuro. Su capacidad y liderazgo son innegables y su reconocimiento a nivel internacional está entre los más extensos que ha logrado obtener cualquier líder de la disidencia cubana.
Rosa María Payá tiene un compromiso total para lograr la libertad de Cuba de manera pacífica, a través de la realización de un Plebiscito Vinculante para iniciar una transición a la democracia. “Cuba Decide” propone que los ciudadanos cubanos respondan con una sola palabra: “Sí” o “No”, a la siguiente pregunta:
“¿Está usted de acuerdo con que se convoque a elecciones libres, justas y plurales, ejerciendo la libertad de expresión y de prensa; y organizándose libremente en partidos políticos y organizaciones sociales con total pluralidad?”
Por supuesto esto es rechazado por el gobierno cubano, que asume con certeza que la respuesta sería un “Si” que llevaría al castrismo a perder el poder y eso es un anatema para el castrismo.
Se hubiera esperado una respuesta más fuerte por parte de los países miembros de la OEA ante la acción del gobierno cubano, pero las respuestas provinieron de pocos países y en general han sido tímidas. Estados Unidos no se ha pronunciado al respecto, pero la acción del castrismo queda ahí como ejemplo de Intolerancia.
Más fuerte ha sido la reacción de la prensa internacional y de algunas de las personalidades invitadas al evento y que se les negó la entrada a Cuba. Ante la tibia reacción del gobierno mexicano, hoy presidido por Enrique Peña Nieto del PRI, resuenan fuertemente las palabras de su antecesor Felipe Calderón del PAN que declaró: “Pido al Gobierno cubano que remueva estas conductas que no corresponden ni a la libertad de nuestros pueblos ni a la relación que mantuve con Cuba como presidente”
Ya el evento pasó, pero sus efectos van a perdurar por cierto tiempo.
Yo manifiesto mi admiración por la valentía que Rosa María Payá ha manifestado, y espero que todos también lo hagan porque esta semana Rosa María demostró, que las garras de la tiranía cubana se extienden más allá delas fronteras de Cuba y que no respetan naciones, personas ni organizaciones.
Los cubanos necesitamos la solidaridad y el apoyo de los gobiernos demócratas de los países libres del mundo para que podamos recuperar nuestra libertad y necesitamos que esa solidaridad y ese apoyo sean fuertes y reales y no tibios y políticos. La dictadura cubana es real y la represión en cuba, encarcela, golpea y asesina según el castrismo decida que conviene y eso es inadmisible en el siglo XXI.
Solo espero que el gobierno respete la libertad y la integridad de Rosa María Payá y no busque ejercer represalias de ningún tipo contra ella. Que no la busquen para encarcelarla, le quiten su pasaporte o le impidan viajar.
Rosa María, tienes mi admiración y mi apoyo.