Revista Cultura y Ocio

Sobre tenores y cabras montesas

Por Jcbarona


¿Cuántos tipos de tenores hay? Para esa pregunta se me ocurren varias respuestas y verás que todas ciertas. Idealmente tantos como los que cantan en esa cuerda, por aquello de que la voz es tan única como la huella digital. Sin embargo la realidad nos invita a pensar distinto. Debe ser difícil encontrar voces con autentica personalidad que enseguida decimos este es un tenorcillo más, o se parece a zutano o es como mengano (Zuttanini y Menganini sería más adecuado decir)

Están los tenores solistas y los tenores de coro o de agrupación. Oh, también los camareros cantantes, un fenómeno muy de moda a finales del milenio pasado.Los aficionados y los profesionales; siendo mejor probablemente un buen aficionado que un mal profesional. Profesionalizar algo equivale a menudo a privar la actividad de la gracia que le aporta el placer de dedicarte a ello cuando te viene bien y porque te gusta.Tenores ligeros, líricos, spintos, dramáticos (yendo de mas agudo a mas grave) y los grados intermedios del tipo lírico-spinto o lírico-ligero, mezcla tú mismo. Con el agravante confuso de cantar fuera de cuerda en tantas ocasiones. Ahora se lleva mucho lo de meterse a cantar papeles más dramáticos por la carestía de voces adecuadas para abordar según qué personajes; no encuentras un buen lírico para cantar una Boheme y se lo tienes que dar a un lírico ligero… así se confunde el cantante y el auditorio. Es un tema conocido en el mundillo el de que las voces se pierden por falta de maestros, de paciencia, por el diapasón universal (eso de que el La de hace cincuenta años sonase casi medio tono más bajo) el tamaño de las orquestas…Sobre tenores y cabras montesas


Tenores especialistas, bendito aquel que lo tenga tan claro y se lo pueda permitir, o no, que luego dicen que se aburren, como los mozartianos, los wagnerianos, los puccinianos, los de música sacra…

Los tenores funcionario o de Compañía (como las putas), a los que contratan en un teatro por un sueldo mensual para cantarlo un poco todo; una buena manera de hacer repertorio, etc…Al final la diferencia mas significativa es la que los divide entre buenos y malos, eso se sabe casi instantáneamente. Los empresarios, tus compañeros y el público (casi por este orden) lo saben enseguida, a uno le cuesta más. Por aquello de que como te escuchas a diario confundes tus defectos con tus ilusiones, y aquel día que cantaste de perlas, y si yo estudiara, y si yo me cuidase, y si a mi me dejaran; todo eso te hace tapón en la cabeza para los agudos y para cualquier pensamiento racional.El que es bueno vuela a poca suerte que tenga porque ya hemos dicho que tenores no hay. Luego los malos lo son por varios motivos distintos susceptibles de coincidir todos en un solo cantante. Están los que no tienen agudos, que es como ser arquero sin flechas, los que los tienen pero no tienen buen centro o buenos graves, lo que viene a denominarse una voz desigual o con zonas oscuras o no resueltas. Los que no saben música y por tanto resultan inseguros, y los antimusicales: que son aquellos que miden por hectáreas y de manera aleatoria; la hectárea está cada día en un sitio lo que hace imposible ubicarse al pianista, al director y a los compañeros, por no hablar de los desafinados que es como ser sacerdote y no creer en dios, algo desagradable de veras. En fin. Fijaos si tiene o no un tenor espacio para colocarse.Qué difícil es esto. Por eso los que lo hacen bien están tan solicitados. Por eso algunos tenores que todos tenemos en mente siguen cantando aunque no tengan una voz irreprochable. ¿No habéis visto como aprietan todos el culo cuando cantan?
Todo esto viene a colación del concierto de esta tarde. No, no es en el Covent Garden sino en la Mutua Madrileña. Tengo que cantar varias cosas ahí que no me resultan sencillas. La técnica, si uno la tuviera, es la que hace que salga siempre con variaciones tolerables. Una técnica inexistente, inadecuada o incompleta hace que duermas mal por la noche, que escribas un articulo sobre el tema el día del concierto y que el resultado artístico de esta noche sea una especie de moneda al aire. Puede que lo poco que me pagan (la moneda qué tiré, si soy capaz de encontrarla) no sea por cantar sino por este sin vivir, ¿no os parece?

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