Hemos regresado con Dani de un campamento, tres días en los que estoy segura que más de los 450 jóvenes que fuimos recibimos el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas de una manera SOBRENATURAL, a través de charlas, talleres y sobre todo alabanza y adoración, estuvimos siendo ministrados para llegar al entendimiento que Dios quiere que cada uno tenga, tanto de nosotros mismos como hijos de Dios, así como de Dios padre.
Mi experiencia en este lugar llamado "Tierra Alta" en las afueras de Bogotá, me ha motivado a escribir un poco sobre lo que Dios ha ministrado a mi vida.
(Debo decir que una de las formas en las que yo mejor asimilo las cosas es escribiendo)
El nombre de este campamento fue SOBRENATURAL, un nombre que evidentemente genera mucha expectativa debido a esa curiosidad humana por querer saberlo todo y sobre todo por querer entender aspectos de nuestra vida tanto naturales como "sobrenaturales".
Pero lo que no sabía, y una de las primeras enseñanzas fue que: Es natural que un hijo de Dios viva de una manera sobrenatural.
El tema principal que rondo mi cabeza todos estos días fue este precisamente como vivir de una manera sobrenatural entendiéndome primeramente hija de Dios. La respuesta en todo momento fue clara y contundente S A N T I D A D, Dios hablaba a mi corazón todo el tiempo esta palabra, por supuesto una palabra Sobrenatural.
Así que dedicaré los siguientes renglones a exponer y compartir lo que Dios ha hablado a mi corazón sobre este tema.
S A N T I D A Ds o b r e n a t u r a l
Romanos 10:10"Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación"
Lo primero es tener claridad de quién es él y lo segundo claridad de porque estamos aquí.
Este versículo nos enseña que debemos confesar que Jesús es nuestro Señor, confesar en griego no es otra cosa que decir lo mismo o estar de acuerdo con alguien. Esta definición entonces nos lleva entender que cuando confesamos a Jesús como nuestros Señor, estamos afirmando la declaración de Dios padre de que Jesús es el Salvador y el Señor de nuestras vidas.
Jesús es la razón de la existencia, de la tuya y de la mía.
declarar a Jesús como Señor, implica que tenemos un dueño y que ahora le pertenecemos a ese dueño.
Entonces...
Jeremías 18:4"Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla"
Al confesar a Jesús como Señor, declaramos que somos suyos, esto quiere decir que él es el alfarero que moldea su vasija y nosotros las vasijas moldeadas, tal cual como lo dice Isaias 64:8.
Hay cosas que Dios necesita quebrar en nuestra vida (todo el tiempo) con el fin de moldearnos conforme a su voluntad, nosotros como seres humanos endurecemos nuestro corazón, ya sea por el pecado que escondemos y no queremos confesar o simplemente porque creemos que nuestras desiciones autónomas son mejores. una frase que quedo retumbando en mi cabeza fue la siguiente:
Si no funciona para lo que fue creado, entonces NO SIRVE!
Nosotros fuimos creados con un propósito pero nunca vamos a saber cuál es si estamos alejados de nuestro creador y si no permitimos ser guiados por Dios.
...LA VERDADERA VICTORIA ESTA EN LA ENTREGA...
yo se que hasta aquí pueden estar pensando ¿que tiene que ver esto con santidad?, pero permitanme seguir exponiendo todo lo que aprendí en este campamento y por que mi conclusión.
Dios en su infinita misericordia nos ha dejado varias cosas con las cuáles podemos vivir en este mundo como peregrinos mientras llegamos a nuestro lugar de residencia eterna, una de ellas y quizá la más importante es Su Palabra. LA BIBLIA
A través de ella, Dios nos habla, da promesas, sustenta, redarguye, instruye, alienta, alimenta, etc.Cuando Dios nos da una palabra, el la respalda y la cumple porque la obra que el empezó en cada una de nosotros el la terminará (Filipenses 1:6) , no dejará nunca una vasija a medias e inservible. Pero debemos recordar en todo momento que no es por nuestras fuerzas, es por su GRACIA y MISERICORDIA.
Juan 17:15-19"No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad."Si nuestra base es la palabra de Dios, entonces estamos firmes y no hay espacio para dudar del diseño divino. ¿Qué es lo que estamos creyendo hoy de nosotros?Desde lo que tu crees de ti mismo, es de donde puedes dar a los demás, entonces nuestra plenitud verdadera es Cristo nuestro Señor y si lo tenemos a él, entonces LO TENEMOS TODO!
Cuando entendemos que somos hijos, entendemos nuestra identidad, sabemos quienes somos y no necesitamos demostrarle nada a nadie, simplemente disfrutamos el hecho de ser hijos con confianza, alegría y amor, como decía al principio es una decisión, yo decido confesar a Jesús como mi Señor pero lo hago con entendimiento y razón y no desde mi emoción. (Romanos 12:1)
Eso me lleva a amar la palabra de mi padre, a obedecerla, a querer estudiar más y a meditar en ella, a pensar atenta y detenidamente en cada una de sus palabras ya que mi mente y mi corazón se llenan de lo que medito.
Salmo 1:2"Sino que en la ley de Jehová esta su delicia, y en su ley medita de día y de noche"
Entender este principio es muy importante, ya que "la práctica hace al maestro" y en la medida que yo medito en la palabra de Dios, mi Fe en él irá en aumento, y la fe es la clave para vivir una vida en santidad sobrenatural, serán revelados sus propósitos para mi vida y el anhelo de hacer su voluntad será una manifestación de mi amor por él.
Cuando nosotros entendemos y atesoramos la palabra de Dios en nuestros corazones estaremos preparados para ser instrumentos en las manos de Dios para llevar su palabra de salvación y veremos como otros confesarán que Jesucristo es el Señor.
Ahora, ¿y la santidad?
En realidad todo el tiempo he estado hablando de santidad, santidad no es una lista de cosas que debemos o no hacer, tampoco es esa carga gigante que la sociedad quiere poner en nuestros hombros ni mucho menos es algo imposible de alcanzar si estamos en Cristo.
Una vez entendemos nuestra identidad como hijos de Dios, debemos entender lo siguiente:
Dios en su infinita misericordia y amor nos ha dejado también al Espíritu Santo, la marca de nuestra identidad.
Efesios 1:13"En él también vosotros habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa"
Nosotros creemos en él por FE y esa fe produce AUTORIDAD en el nombre poderoso de Jesús, es una autoridad impartida únicamente por él.
Eso quiere decir que así como hemos sido envestidos con autoridad mediante la fe en él, así mismo hemos sido vestidos de santidad, no por que nosotros podamos ser santos sino por que Dios es santo. La santidad tiene que ver con lo que Dios hace por nosotros, es por la influencia de él en nuestra vida.
Por fe yo me aparto y por amor obedezco sus mandamientos, entendiendo y estando segura de mi identidad en Cristo Jesús como hija amada, obra perfecta creada por Dios para cumplir un propósito en la tierra que se nos revela en la medida que creemos en el y en su obra redentora sobrenatural que nos redimió, nos restituyo, nos salvo y nos hizo santos.
Vivir una vida santa definitivamente es sobrenatural porque no depende en absoluto de nosotros sino de lo que Jesús hijo de Dios hizo por nosotros, "el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;y toda lengua confieseA)" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: "times" , "times new roman" , serif; font-size: 0.625em; line-height: 22px; position: relative; top: 0px; vertical-align: top;">que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." Filipenses 2:6-11
Esta reflexión implica cambios en nuestras vidas, dejar cosas, personas, tomar decisiones tal vez dolorosas, dejar el temor, confiar en que esa situación difícil que atravesamos ahora es el vehículo que el usa para su gloria y el cuál nos llevará al destino que el ha preparado para nosotros, entender y afianzar nuestra identidad como hijos de Dios y empezar a vivir una vida en santidad sobrenatural.
La gloria sea para Dios!!
Bendiciones...