Que tristeza me da, a la vista de las portadas de buena parte de la prensa de hoy, el camino o la deriva que está tomando Podemos, y no lo digo con ánimo de hacer leña del árbol caído pues confío que simplemente sea un bache o un error más, y que este sea reconducible. Tal vez esa pena que siento se deba a que, como más de una vez me ha dicho mi buen amigo Rafa, yo sea más de Podemos, aún habiéndome dado de baja, que muchos otros u otras a los que se les llena la boca hablando del partido morado y aplaudiendo o criticando todo lo que se cuece en él. La cuestión es que me duele el daño que causan los desencuentros entre la gente que se halla al frente de Podemos, así como el ver el sistemático incumplimiento de esas ideas o principios que a la mayoría nos llevaron a confiar e involucrarnos en este proyecto. Por no hablar de la manifiesta torpeza de la que hacen gala dándole munición al enemigo y una perfecta cortina de humo para tapar sus vergüenzas y las de este país: sea la corrupción endémica existente en el Partido Popular, la represión que sufre Catalunya y la preocupante falta de libertades que tenemos, las nefastas políticas sociales, o la pérdida de soberanía económica que venimos sufriendo en favor del neoliberalismo impuesto desde la UE.
Ver como en las redes sociales día sí y día también todas y todos aquellos que se creen más “podemitas” que nadie se dedican a atacar y faltar al respeto a quienes son sus compañeros y compañeras, en este reciente caso etiquetándolos de traidores y otras lindezas aún mucho peores, me demuestra la bajeza de hasta dónde hemos llegado. Mención a parte del más que justificado enfado que pueda tener la militancia por tanta torpeza, errores y excesos de protagonismo.
Podemos se ha convertido en una olla de grillos, donde desgraciadamente se van encadenando errores y meteduras de pata, principalmente por esa nefasta búsqueda de protagonismo y ocupar importantes puestos por parte de algunas y algunos, que les ha llevado a dejar en un segundo plano el objetivo que supuestamente debía tener esta herramienta o proyecto llamada Podemos, por encima de los nombres de quienes estén al frente. Podemos estaba llamado a ser la plataforma donde poder unir a movimientos políticos progresistas, asociaciones y ciudadanos bajo el denominador común de buscar un cambio político y social que permitiera poner las instituciones al servicio del pueblo y sus necesidades –un objetivo muy claro, pero que cada día que pasa parece más difícil de alcanzar-.
Hace tiempo que esas promesas de crear algo diferente, sustentado en los principios de democracia interna, transparencia, horizontalidad y buscar la plena participación de las bases a través del asamblearismo parecen haber quedado en el olvido, para desgracia de muchos y beneficio de unos pocos y pocas. Sin olvidar que mientras siga esta fratricida guerra de todos contra todos, no pocas veces favorecida por numerosos agentes externos deseosos de potenciarla y visualizarla, este partido seguirá desangrándose, lo que podría llevarle a entrar en shock y en el peor de los casos a su prematura muerte.
MSNoferini
Interesado y desestabilizador titular aparecido en la portada del diario La Razón.