La pequeña Olivia de origen británico nació con niveles mínimos de hemoglobina. Por lo que los médicos no le dieron más de dos horas de vida. Los médicos tras realizarle varias transfusiones de sangre de urgencia consiguieron salvarla.
La niña nació seis semanas antes de lo previsto después de que su madre no notará actividad en el vientre y le tuvieran que hacer una cesárea de urgencia.
La pequeña nació con poco más de dos kilos de peso y el latido de su corazón rozaba niveles peligrosamente bajos.