Revista En Femenino
Me paso por este nuestro/vuestro blog de manera rauda y veloz para saludar, felicitaros las fiestas y desearos un buenísimo año nuevo, a ver si es posible que el 2013, a pesar de su mala fama para los supersticiosos (pobre, ya mal mirado antes de que entre en acción), sea muchísimo mejor que este que ya está agonizando… aunque, pensándolo bien, tampoco lo tiene muy difícil para destacar, vaya añito de mier* ha sido este que ahora se marcha: crisis, depresión, malas noticias, recortes, más recortes, toma recorte y dale con los recortes…
Os preguntaréis que por qué tanta premura, prisa y, podríamos decir, angustia… Pues porque para mí estas fiestas, cada año de una manera más violenta, se convierten en un maratón de cosas que hacer, de cenas y comidas que preparar, de regalos que comprar… Porque, vamos a ver, si todos los días del año (o casi todos, tampoco vamos a ponernos de desastrosas más de lo debido) llevo las uñas hechas un estropicio, ¿por qué las tengo que tener impecables para Nochebuena y Nochevieja, como si me fuera la vida en ello, y hago de ello un motivo de preocupación y de malestar porque no encuentro un momento en el día para limar, dar la base y pintar? Otro ejemplo: a mí, de un tiempo a esta parte me gusta cocinar, me meto en la cocina y no miro el reloj, mezclo ingredientes, cuezo, pelo, pico, aso… y todo con una alegría vital maravillosa… Pues estos días es como una obligación que pesa sobre mis hombros como una losa… Y llegar a tiempo a las cenas y/o comida de los demás, elegir el regalo perfecto para cada uno de los integrantes de mi larguísiiiiiiima familia (y cada año con más miembros y con menos posibilidades de ser original ya que he regalado de todo a todos)…
Conclusión: a mí estas fechas nunca me han gustado demasiado, ni de niña, aunque pueda parecer extraño. Hay que explicar que yo siempre he sido una “niña-vieja” que diría mi madre, seria, circunspecta, reflexiva… y ya desde mi más tierna infancia, estas fiestas me han provocado un trasfondo de tristeza difícil de explicar. Ahora, con motivos muchos más objetivos, con problemas bastante difíciles de llevar adelante el resto del año, las Navidades lo único que hacen es acentuar toda esa tristeza, nostalgia y dolor… Es una época cruel para aquellos que han perdido a alguien o para los que tienen problemas realmente graves… Pero bueno, vamos a dejarnos de tristezas, que no iba de este tema este post…
Sé que entre nuestros estimados lectores/as hay verdaderos apasionados del Merry Christmas, así que voy a ir cerrando deseando a todos que lo paséis lo mejor posible, que, pese a todo, incluso yo voy a intentar vivir cada momento hasta el límite… Porque sí, porque estamos vivos y eso hay que celebrarlo en Navidad y el resto de días del año… Porque las cosas, aunque duelan o entristezcan, se pueden dejar aparte un rato y disfrutar de la compañía de aquellos a los que realmente quieres con toda el alma, abrazarles, achucharles, besarles, y decirles todo lo que les amas… y os lo digo yo que he empezado diciendo que odio estas fechas, yo que voy a tener muy difícil pensar en lo que pueda venir el nuevo año… pero hoy es hoy, y si hay que cenar todos juntos, disfrutar de mi marido sonriendo viendo las trastadas de mi sobrina, de mis padres y mis hermanas y cuñado diciendo tonterías y quitándose la palabra uno a otros a fuerza de alzar la voz hasta que todo es una algarabía difícil de controlar, pues así sea, a disfrutarlo…
Os dejo y me voy a hacer todo lo que tengo que hacer… ay, me cachis, se me acaba de romper una uña… Si es que no tengo arreglo posible ;-)