Sobrevivir al maquillaje

Cada mañana, antes de salir de casa, cada una de nosotras dedica un tiempo a arreglarse. Elegimos la ropa, nos cepillamos el pelo y nos maquillamos con mimo. Los esfuerzos y la atención suelen centrarse más en esta fase preliminar del día que en el rito de limpieza facial al acabar la jornada. Quizá parezca menos importante a corto plazo, pero a la larga descuidar la piel no sólo repercute en el aspecto físico, sino en su salud.
Así que, por cansadas que volváis a casa, dedicad unos minutos (porque no se tarda tanto) a retirar el maquillaje a conciencia e hidratar la cara después de un día de exposiciones: sol, emisiones de vehículos, viento, etc. Si lo sabéis introducir en vuestra rutina, puede convertirse en una muestra diaria de cariño: mientras podéis escuchar música relajante, oír la radio o rodearos de velitas e incienso.

Hoy comparto con vosotros mi rutina de limpieza facial, los productos que utilizo y otras recomendaciones. Todo ello desde un punto de vista aficionado, fruto de mi propia experiencia. Me encantará leer vuestras opiniones y consejos si queréis dejar comentarios ;)
Para prevenir posibles daños, lo mejor es hacerlo bien desde el principio. En mi caso, leo los ingredientes de los productos e investigo sobre sus potenciales efectos negativos. La cosmética natural y ecológica es una buena opción para proteger la piel. Otro consejillo es, sencillamente, lavarse la cara con agua varias veces a lo largo del día si es posible. A mí no sólo me refresca, sino que me hace sentir la piel más hidratada. Es importante no secarse agresivamente con la toalla, sino dar pequeños toques, porque el rostro podría irritarse y el bañito serviría para poco.

Paso 1: gel desmaquillante, Pure Camille de Yves Rocher. Lo mejor de este gel es que se puede usar en la ducha, de forma que ayuda a que limpiarse la cara sea más rápido y fácil. Si lo uso fuera del baño, humedezco mi cara en el lavabo y después aplico el producto. Huele suave y acaba con el maquillaje con poca cantidad. Su textura es como la de un gel de ducha muy ligero, por lo que se retira fácilmente con agua.
Paso 2: agua micelar hidratante, Hydra Vegetal de Yves Rocher. Aplicado con un disco de algodón, se lleva los restos de maquillaje que el gel no ha podido eliminar. Al igual que el producto anterior, éste huele muy suave. Tras su uso, vuelvo a lavarme la cara con agua.
Paso 3: crema facial, Piel sensible de Mona&Leo. Todo un acierto: hecha en España y con certificación ecológica. Me encantará hablaros en profundidad de esta marca más adelante. Su textura es densa, pero se aplica con facilidad, y tiene un aroma floral-frutal ligero muy agradable. Proporciona una hidratación profunda: antes tenía problemas de sequedad en algunas zonas concretas del rostro y esta crema los ha solucionado sin generar grasa. Me costó unos 24,90€ que ahora considero muy bien invertidos. Podéis encontrarla en Bien y Bio o en su tienda online.
Mi estrella es, sin duda, la facial de Mona&Leo. Los productos de Yves Rocher no funcionan mal, pero para mí es importante la certificación ecológica, así que cuando acabe el gel y el agua micelar buscaré sustitutos con sello. Mi experiencia con la crema me ha animado a seguir probando cosmética ecológica porque he comprobado que existe una diferencia cualitativa abismal entre la que usaba antes y ésta.

Si queréis saber más sobre la importancia de desmaquillarse, aquí podéis leer un reportaje de SModa sobre el tema con voces de expertos. Sólo me queda desearos que disfrutéis del día de hoy, aprovechando la fiesta nacional, y que tengáis una muy buena semana.
¿Tenéis problemas de pereza para desmaquillaros? ¿En qué consiste vuestra rutina de limpieza?