No es verdad que por imperativo legal las empresas deban estar en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram. A las empresas suelo proponer el tener una presencia sostenida en el social media.
Hay que ser objetivos cuando trabajamos en este campo. Es verdad que “los Facebooks” del mundo contribuyen ampliamente a dar a conocer las empresas y contribuyen a obtener un mejor retorno de la inversión, el famoso ROI. Es una de las numerosas formas de aumentar los ingresos a través de Internet. Pero no es verdad que esta táctica sea buena para todas las empresas.
Antes de lanzarse al mundo de las redes sociales es fundamental plantearse una serie de puntos.
Lanzarse al mundo del social media comporta cierto riesgo. Ya sea a nivel de imagen o financiero. He visto empresas están en la redes sociales pero que no deberían estar por diferentes motivos, y a la inversa también sucede lo mismo. Numerosos negocios, sobretodo PYMES, siguen sin tener presencia en redes sociales y sin embargo podrían obtener una visibilidad importante en el mercado.
Antes de levantarnos una mañana y decir “hoy, pongo a mi empresa en Facebook“, hay que ver como las redes sociales responderán a las necesidades de vuestro negocio.
1. El tiempo a invertir
Todos trabajos mucho y normalmente tenemos mucha tarea delante nuestro. ¿Tenemos tiempo de incluir esto entre nuestras tareas? Invertir tiempo de las redes sociales debe ser de calidad. Si lo hacemos a lo loco, sin ningún tipo de planificación y sin un objetivo, mejor olvidarnos del tema y esperar un poco hasta que tengamos tiempo para gestionarlo o bien dinero para contratar un experto o agencia que se encargue del social media.
2. Controlar mal los perfiles
Si Facebook, Twitter e Instagram os suponen un camino oscuro y complicado, es posible que debáis aprender más antes de lanzaros en esta bonita aventura. Existen gestores de redes sociales que pueden ayudarnos a obtener buenos resultados. Vuestra estrategia debe estar perfectamente reflexionada y planificada. Olvidaros de una página de Facebook donde sólo escribamos de yo, yo y yo. Fundamental aplicar la ley de Pareto, la regla del 20/80, es decir hablar 20% de nosotros y 80% resto de contenido.
3. Lentitud a la hora actuar
La optimización y el análisis de nuestras acciones es una prioridad en redes sociales. El social media aporta su dosis de riesgo. El ser lentos a la hora de actuar es algo que vuestros seguidores se darán cuenta y os afectará negativamente: retraso a la hora de comunicar promociones o novedades, lentitud a la hora de responder a los mensajes y a las quejas, etc. A veces, esta lentitud no es culpa de una persona, si no debido la falta de un proceso claro de actuación.
4. Empresa local
Las empresas con una buena reputación en la calle, bien establecido y con una visión muy local, como una tienda de comestibles independiente, por lo general, no tendrán un resultado verdaderamente satisfactorio a nivel de redes sociales (lo he vivido en mis propias carnes).¿Por qué le daría Like en Facebook a mi tienda de ultramarinos?. Además, existe el riesgo de que tenga algunos seguidores, y ¿no creéis que tener 10 seguidores en vuestra página de empresa no os dará mala imagen?.
5. Tenéis una imagen negativa
Si aún no estáis en las redes sociales y vuestra empresa está pasando por una crisis de reputación, esperaos un poco antes de lanzaros, porque si no, estaréis abriendo una nueva puerta a los ataques hacia vuestro negocio. Pero si ya estáis en las redes sociales durante una “tempestad de imagen”, puede ser una herramienta muy útil para dar una imagen justa y positiva. Además, como expuse en mi artículo “Como controlar la e-reputation de vuestra empresa“, el tener una presencia en las plataformas sociales permite canalizar las conversaciones negativas dentro de un espacio de discusión controlado por la empresa.
6. El tráfico
¡Sí!, es agradable tener 50 nuevos visitantes gracias a las redes sociales. ¿Pero están realmente interesados en vuestra empresa? ¿Qué obtendremos con ello? Las redes sociales son una forma de obtener tráfico cualificado (algunas más que otras), pero desgraciadamente, no es siempre el caso para todos. Google sigue siendo el medio por excelencia para obtener tráfico interesado.
7. ¿Donde están mis clientes?
Habéis creado un bonita página en Facebook y una cuenta en Twitter e Instagram en 10 minutos, ¡fenomenal! Un niño es capaz de hacerlo. ¿Creéis que vuestros clientes están en Facebook o Twitter? Puede que están en otras plataformas como Linkedin o Pinterest. Pensad que no todo el mundo utiliza redes sociales o todas las redes sociales. He llegado a escuchar “Facebook está muerto, y lo que pega ahora es Instagram”, y al preguntar al cliente sobre tan contundente afirmación, me ha respondido “porque mis amigos ya no utilizan Facebook y sólo emplean Instagram”… sin comentarios.
8. Relación virtual
¡Nada sustituirá a un apretón de manos! Ni Facebook que se ha convertido en un amigo para mucha gente. Las redes sociales permiten mantener actualizado nuestro negocio y darse a conocer, pero si vuestro modelo de negocio se basa en el trato físico, no lo reemplacéis por relaciones virtuales. Sin embargo, las redes sociales son una buena forma de saber con quién debemos tratar y a qué debemos enfrentarnos.
9. Robo de empleados
¿Sabíais que las redes sociales es una buena forma de buscar candidatos potenciales y de calidad? ¡Incluso si ya tienen trabajo!. Un pequeño mensaje privado es tan fácil y rápido de enviar. Por eso no es de extrañar que Linkedin sea un nicho de trabajadores que tienen éxito en su campo de actuación.
10. Mi competencia está en las redes sociales… ¡entonces yo también!
Stop… para el carro inmediatamente. Si esta frase os presenta en este momento, cuidado!. Ya que por un lado, ¿estáis seguros de que es lo correcto o se ha metido porque está de moda?, y por otro lado, si es la plataforma adecuada, ¿Cómo vais a competir ? Antes de lanzaros, pensad en una estrategia para desmarcaros de la competencia, y ¡ojo! esta diferenciación no tiene porque ser por el número de seguidores (que es en lo primero que suele pensar un jefe). Hay que plantearse muchas cuestiones antes de empezar.