SCC cumplió el 23 de Abril, díada de Sant Jordi, el primer aniversario del inicio de sus actividades, y en este primer año han demostrado muy claramente como no se debería luchar nunca contra un movimiento pacífico como el del soberanismo catalán, aunque no están solos, porque casi todos los que actúan contra la independencia de Catalunya cometen las mismas estupideces.
El acto de presentación de SCC se celebró el 23 de Abril 2014 en un Teatro Victoria del Paralelo de Barcelona lleno a rebosar con más de 1.200 asistentes, mientras han conmemorado su primer aniversario en el Teatro Principal con escasos 700 asistentes, a pesar de que el Teatro Principal está en Las Ramblas, donde en la diada de Sant Jordi no cabe un alfiler más, y a pesar que en el acto conmemorativo afirmaron que SCC cuenta ya con 5.000 colaboradores activos, pero que casi todos se debieron perder por Las Ramblas comprando rosas y libros.
Creo que está claro que SCC de momento ha fracasado en su intento de crear un movimiento cívico contrario a la independencia de Catalunya, que hiciese al menos sombra a la ANC, y creo que su fracaso se debe a haber cometido los mismos errores que prácticamente todos los grupos, incluidos partidos políticos, medios y gobierno, que se han significado contra el soberanismo catalán, que se resumen en que no puede atacarse un movimiento pacífico con agresividad obsesiva, con mentiras, insultos y ataques personales, hasta el extremo que tanto SCC como todos los que están furibundamente contra la independencia de Catalunya no paran de dar continuamente la impresión que preferirían y se encontrarían muchísimo más cómodos si la ANC y todos los independentistas, incluidos partidos y Generalitat abandonasen su actitud pacífica y actuasen con agresividad desmadrada, elevadas dosis de violencia, y quién sabe si la versión catalana de ETA.
SCC ha recurrido a toda la gama de estupideces que cometen los fanáticos de la unidad de España, pero en el capítulo de las mentiras han sido especialmente desastrosos porque solo hacía falta saber las cuatro reglas aritméticas y no ser ciego para comprobar alguno de sus mayores atropellos de la realidad. En mis notas anteriores de 27 Julio 2014, SOCIEDAD CIVIL MENTIROSA, y 15 Octubre 2014, NO SE MOVERAN, comentaba las dos mentiras más esperpénticas, primero la que mantenía que la ANC y la Generalitat habían engañado a la población estimando en 1.600.000 el número de personas de la Vía Catalana desde el Pertus a Vinaros del 11-S 2013, cuando ellos, con lo que pretendían que era un cálculo científico, lo establecían matemáticamente en menos de la mitad, mentira que se desarmaba en menos de 5 minutos calculando el número de manifestantes por metro lineal, que según el dictamen “científico” de la SCC era de menos de dos, mientras con la simple observación de cualquier foto de cualquier tramo de la Vía se podía comprobar que los menos de dos manifestantes por metro lineal no se cumplían en ni un solo metro lineal del recorrido y que si algún fallo tenía el cálculo de ANC y Generalitat es que muy probablemente era corto. La segunda gran mentira de SCC la soltaron después de la manifestación que organizaron en la Plaza de Catalunya de Barcelona el 12 Octubre 2014, afirmando sin ruborizarse que a la manifestación habían acudido más de 500.000 personas, cuando no ocuparon ni de largo toda la plaza, y si la hubiesen ocupado, ni con el cálculo más generoso se podrían estimar en 500.000 los asistentes. Por supuesto que la SCC ha practicado otras mentiras, más o menos evidentes y todo tipo de insultos y ataques personales a que nos tienen acostumbrados los fanáticos unionistas.
Por lo visto no han aprendido nada del fracaso de su primer año, porque en el mencionado acto conmemorativo, entre una catarata de nuevas y viejas mentiras, tergiversaciones e insultos a todos lo que no opinamos como ellos, un tal José Rossiñol vicepresidente de SCC soltó una absurda, asquerosa y vil similitud entre franquismo y la ANC, que para el 11-S de este año pretende llenar toda la Meridiana, el paseo más largo de Barcelona, con esta burrada “Unos entraron por la Diagonal y otros pretenden entrar por la Meridiana”.
Ni en el caso de SCC ni en el de cualquiera de los muchos que hacen las mismas estupideces para luchar contra el independentismo, llego a comprender mínimamente como se puede ser tan corto. En primer lugar todos ellos están furibundamente contra el referéndum, para a continuación dudar de que los porcentajes que arrojan las encuestas sean ciertos, con lo fácil que sería salir de dudas con un simple referéndum. Resulta que hay propuestas políticas y civiles para independentistas y también para defensores a ultranza de la unidad de España que además casi todos rechazan explícitamente cualquier cambio en las relaciones entre Catalunya y España, pero en cambio no hay una sola propuesta seria para la opinión que aparentemente sostienen la mayoría de catalanes: la que quiere un cambio sustancial en el encaje de Catalunya en España.
Si partimos de la base que, como indican las encuestas y con el suflé más o menos subido, el panorama en cuanto al soberanismo sería más o menos el siguiente: los realmente independentistas a duras penas alcanzan a un tercio de los catalanes, los que quisiéramos poder dar nuestra opinión en un referéndum estamos alrededor del 80% (porque de esta manera sabríamos quien es quien sin necesidad de encuestas), y los que no queremos necesariamente la independencia, pero exigimos una modificación sustancial del estatus de Catalunya dentro de España para acabar con la asfixia financiera, la discriminación en infraestructuras y los ataques a la cultura y la lengua catalanas, unidos al tercio de independentistas sobrepasamos el mencionado 80%.
Con estos datos, que creo que son más o menos cercanos a la realidad que los que se oponen al referéndum se empeñan en no conocer, y teniendo en cuenta que parece ser que buena parte de los ciudadanos dentro y fuera de Catalunya preferirían un final pactado para la crisis soberanista, y lo mismo opinan casi todos los que observan el problema desde otros países, si cualquier grupo que realmente quiera evitar la independencia o el conflicto que comporta, hubiese diseñado un esquema para atraer a esa mayoría de catalanes que no queremos necesariamente la independencia, pero si queremos cambios importantes, en este momento estoy convencido que estarían causándole dolores de cabeza a la ANC, pero ninguno menciona dichos cambios, y si lo hacen es con la boca pequeña y sin mojarse en absoluto u oponiéndose a cualquier modificación en casi todos los casos. Si en la SCC se hubiesen dejado de insultos y mentiras y hubiesen actuado de esta forma probablemente habrían celebrado su primer aniversario al menos en un palacio de deportes lleno como el que acaba de llenar la ANC con una multitud que no pudo acceder al recinto a rebosar y tuvo que seguirlo desde la explanada exterior, pero desgraciadamente todos sin excepción se han decantado por las bofetadas, las mentiras y los insultos, que cada vez nos meten más en el pozo de la confrontación entre buenos y malos y la solución imposible.
Hacerlo bien solo requería pensar un poco y establecer la estrategia adecuada, pero parece que en asuntos de soberanismo y en algunos cientos de kilómetros a la redonda alrededor de España, los únicos capaces de actuar de esta forma son los británicos, mientras nosotros estamos abocados a la independencia o al conflicto mayúsculo por la inoperancia, la obsesión y la cortedad de unos y otros.