El otro día en La Vanguardia. El comunismo devora las sociedades. No había más que viajar hace unos años por Europa del Este para darse cuenta de ello. Y ahora el cáncer del nacional-autoritarismo está llegando al gobierno. Han sido décadas sin prensa libre, sin disidencia, sin heterogeneidad. La basura de 1917 cambió aquellos países y no va a ser fácil que vuelvan a la normalidad. Algo similar pasará en la Cuba hereditaria de los hermanos Castro cuando la dictadura caiga. Ya lo verán.