Socios en el Negocio: Modelo para Asegurar el Éxito
Para concluir esta serie de temas acerca de los socios en el negocio hablaremos de algunos aspectos puntuales para garantizar que una sociedad realmente funcione.No obstante lo simple que estos consejos puedan parecer, puedo garantizarles que seguirlos cuidadosamente puede hacer la diferencia entre una pequeña empresa que comience débil y entrampada en problemas o una compañía que encamine desde el inicio sus pasos hacia el éxito.
En la primera parte de esta serie hablamos de que una sociedad bien estructurada puede ser una bendición y traer muchos beneficios, mientras que por el contrario, una sociedad mal conformada puede ser una especie de "maldición" (por decirlo coloquialmente) por los innumerables problemas que representa.
En la segunda parte hablamos sobre de las cualidades que debería tener el candidato que estés considerando para ser tu socio de negocios y en esta última parte y final hablaremos de los detalles específicos de cómo formalizar tu sociedad y de los modelos justos de repartición de utilidades y responsabilidades.
Desde luego, habiendo sentado los puntos anteriores, expondremos lo siguiente bajo la premisa de que has elegido trabajar con un socio comercial en el negocio, lo cual, como ya hemos enfatizado, si se hace adecuadamente, puede ser el verdadero secreto del éxito.
1. Establece claramente las expectativas de cada uno de los socios involucrados en el negocio
Define que esperan del negocio y cuánto están dispuestos a involucrarse en la construcción del mismo a mediano y a largo plazo. En este punto se deberá establecer la figura de cada socio en la empresa. Se debe definir si serán socios capitalistas, empleados, o ambos.
2. Establece que aportará cada uno de los socios a la sociedad
Dado que no todos aportan lo mismo, se debe dejar muy claro desde el inicio quienes y en que dimensión aportarán:
- capital (en efectivo o en especie)
- conocimientos
- tiempo
- mano de obra
- propiedad intelectual
La justicia es una variable subjetiva que dependerá de los intereses, visión e incluso el nivel de amistad que los socios puedan tener. (Recuerda que algunas veces tu socio puede ser tu esposa, un buen amigo o tu hermano!).
Por ejemplo, para un tipo de negocio, un socio podría aportar el capital y otro la mano de obra y repartir sus utilidades 50-50%. Sin embargo, en otro modelo de negocios, la misma fórmula por cuanto requiera mayor capital o mayor riesgo, podría repartirse 60-40%. Esto es algo que solo lo determinan los socios bajo sus propios valores al momento de emprender.
Otro ejemplo puede ser el caso en el que un socio aporta maquinaria y otro aporta capital y en conjunto contratan a una tercera persona que será un empleado encargado de operar el negocio. De igual manera, deberán llegar a un acuerdo de cuanto esperan recibir en utilidades.
Principio clave: hablar todo claramente desde el inicio, llegar a un acuerdo y dejarlo por escrito.
Si no hay acuerdo o los temas no están suficientemente claros para los socios es mejor no dar el siguiente paso hasta llegar al acuerdo. Se deben agotar todos los temas, aún los más difíciles y complicados pues en todo caso es mejor detenerse acá que iniciar la sociedad mercantil con molestias, inconformidades o un sentido de pérdida que solo puede estorbar el inicio de la empresa.
3. Establece un Compromiso por Escrito
El tercer paso y final es seguramente el más importante de todos y el que regularmente la mayoría de emprendedores omiten por diversas razones. Algunos lo omiten por la amistad y confianza que tienen con su socio y asumen erróneamente que dejar un acuerdo por escrito es como "desconfiar" de esa persona.
Nada puede ser más alejado de la verdad pues el mismo hecho de darle formalidad a una sociedad por medio de un contrato es la mejor forma de fortalecer y dar confianza a la relación pues representa que reconoces, respetas y valoras los derechos de la otra persona, y viceversa.
Otros omiten el acuerdo por escrito porque piensan que "no es necesario" o por los costos que este puede representar, sin embargo, esta percepción se desvanece en cuanto comienzan los desafíos que exige construir una compañía y de pronto te sientes como si estás trabajando "solo" y tu socio no aporta lo que tu crees que debería haber aportado.
Y entonces se enfrentan al monstruo que puede destrozar cualquier compañía: asumir que las cosas habían quedado claras o que tu socio debió haber cumplido o interpretado lo que tu crees que debió haber interpretado en el marco de la inversión de tiempo, dinero y compromiso con la empresa.
El Acuerdo
El contrato de sociedad o acuerdo entre socios no es otra cosa que un documento que puede ser de una hoja o del tamaño que desees donde se establece por escrito los diferentes compromisos, aportes, funciones y responsabilidades que tendrá cada socio dentro de la compañía.
Debe esbozar algo como:
"El 1 de Septiembre de 2012 en la Ciudad de XYZ, nosotros Obdulio y Sebastián, acordamos iniciar nuestra empresa dedicada a la fabricación de ABC Productos y para ello decidimos conformar nuestra sociedad basada en las siguientes clausulas:"
A. Aportes de los socios...
B. Compromiso de los socios...
C. Porcentajes de repartición de utilidades...
D. Resolución de conflictos...
Este puede ser un documento privado que deben imprimir y firmar los socios y es recomendable solicitar la auténtica de un abogado para darle legalidad y que sirva como base para la constitución formal de la empresa como Sociedad Anónima.
Este documento además es un mecanismo de protección para poder reclamar cualquier derecho en el momento que fuera necesario. Y lo mejor de todo es que esta es la mejor memoria que existe para que luego nadie pueda decir que "lo entendió de otra forma" o que "no estaba suficientemente claro".
Así pues, construir una sociedad con términos formales como los acá expuestos no solo le dará un gran empuje de salida a tu negocio sino que te ayudará a conservar mejor la amistad con esas personas que tanto valoras y desde luego a multiplicar tus ingresos al máximo.
¿Qué hacer si has elegido mal un socio en tu negocio?
Por supuesto que aún con todo, siempre existe una posibilidad de que algo no salga bien. El carácter de las personas, las circunstancias cambiantes, los intereses personales, la diversidad de opiniones, los riesgos propios del negocio y un sin fin de variables podría ser causa de que en un momento dado te preguntes si vale la pena seguir con el socio que elegiste.
Y la respuesta es muy simple. Si las cosas no marchan bien o no estás a gusto con la forma como la sociedad está caminando, simplemente es tiempo de hacer un alto y tomar decisiones.
Lo primero es hablar con tu socio, poner los temas sobre la mesa y decidir si desean continuar trabajando juntos. Si esto se hace a tiempo es muy probable que logres salvar la amistad aunque en algunos casos pueda ser también complicado.
Si la respuesta fuera negativa y prefieren disolver la sociedad, entonces se tendrá que realizar otra clase de acuerdo de disolución de sociedad que es algo más complejo que el primero y del cual hablaremos en un post más adelante.
Desde luego, este tema es mucho más complejo en la medida que hay más socios involucrados, sin embargo los principios son los mismos.
Déjame saber sobre tu experiencia en un comentario, ¿que aportarías al tema?
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