También conocida como Sofía de Celle, nació en Celle (Hannover) el 15 de septiembre de 1666. Fue la única hija sobreviviente de Jorge Guillermo, duque de Brunswick-Luneburgo y de Leonor Desmier de Olbreuse, condesa de Harburg y Wilhelmsburg. Sus padres se casaron en secreto en 1665 y nueve años más tarde, su madre es nombrada "señora" (frau) de Harburg y condesa de Wilhelmsburg, tomando el nombre de Sofía Dorotea de Harburg, condesa de Wilhelmsburg. Años después el matrimonio es declarado dinástico y Sofía Dorotea fue titulada princesa de Brunswick-Luneburgo.
Sofía se casó el 21 de noviembre de 1682, en la ciudad de Celle, con su primo Jorge Luis de Brunswick-Luneburgo, quien luego sería el rey Jorge I de Gran Bretaña, heredero del hermano menor de su padre, Ernesto Augusto. De este matrimonio nacieron 2 hijos: Jorge II de Gran Bretaña y Sofía Dorotea de Hannover. Sin embargo, el matrimonio fue muy desdichado. La madre de Jorge Luis, la electora Sofia, odiaba a Sofía Dorotea, porque su madre era una mujer común y, además, había sido la amante de su padre antes de casarse. Sentimientos que pronto fueron compartidos por el propio Jorge Luis. Fue en estas circunstancias que conoce al joven conde sueco Phillip Christoph de Königsmarck, quien la ayudó en sus intentos de fuga de Hannover. Aunque no se puede afirmar si en realidad fueron o no amantes.
La pareja se fue distanciando; Jorgeprefería la compañía de su amante, Melusina de Schulenburgo, mientras que Sofia mantenía su propio romance con Phillip Christoph de Königsmarck. La familia de Sofia, preocupada por el escándalo que supuso a la hipotética huida de Sofía Dorotea con el conde sueco, les urgió a desistir de sus aventuras, pero sin éxito. Según los enemigos de Hannover, en julio de 1694 se asesinó al conde sueco, probablemente con la connivencia de Jorge, y su cadáver se arrojó al río Leine. Se asegura que el asesinato lo cometieron cuatro cortesanos de Ernesto Augusto y que, según rumores, el cadáver fue descuartizado y enterrado bajo las tarimas del palacio de Hannover, pero fuentes de Hannover y la propia Sofía, negaron conocer su paradero. En 1694, el matrimonio fue disuelto, no bajo por adulterio -de lo que Jorgesí era culpable-, sino bajo la acusación de que Sofía había "abandonado" a su marido.
Con el consentimiento del padre de Sofía, Jorge Luis la encarcela en el castillo de Ahlden, separándola de sus hijos, a los cuales no volvería a ver. Le fue prohibido volverse a casar y comunicarse con sus padres, aunque se la permitió tener su propia servidumbre y una pensión. Jorge Luis le confirió el título de princesa de Ahlden. Murió en el castillo de Ahlden, tras 32 años de prisión, el 23 de noviembre de 1726, a causa de un cáncer de garganta y con el único consuelo, de que su madre —a quien no podía ver—, se había instalado en Ahlden para estar cerca de ella, y recibir las cartas que su hija (Reina de Prusia) conseguía enviarle. El funeral fue una farsa, ya que los guardias no tenían instrucciones, el cuerpo fue colocado en un ataúd de plomo y depositado en el sótano.
En enero de 1727, llegó una orden de Londres para enterrarla en el Cementerio de Ahlden sin ninguna ceremonia. Algo que no se pudo realizar debido a las fuertes lluvias que se prolongaron durante semanas, regresando el ataúd al sótano. En mayo de ese mismo año, la princesa fue enterrada, en secreto por la noche, en la Cripta Principesca de la Iglesia de Santa María en Celle.
Ramón Martín