Sofía Gomes Da Silva, en el Marina Besòs. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / Sant Adrià de Besòs
Sofía Carolina Gomes Da Silva (Coímbra, Portugal, 1990) tarda en salir del vestuario visitante del Marina Besòs. Lo hace seria, después de escuchar una larga, y se supone que intensa, charla de Jorge Elorduy. No es para menos: el CD Promete ha sido un juguete en las manos de un excelente Bàsquet Femení Sant Adrià (91-71). La pívot portuguesa saluda y abraza a la familia de Helena Oma, su excompañera en el Uni Girona. Incluso le dicen que quieren montarle un club de fans. “Sí, es cierto. Me lo han comentado… ¡Espero
que no me lo hagan!”, desea Da Silva. Parece honesta, autocrítica y resulta creíble. Tiene los pies en el suelo y transmite confianza.
—El Bàsquet Femení Sant Adrià os ha destrozado desde el principio. No se habían jugado ni dos minutos y ya ganaban por 10-2… ¿Qué os ha pasado?Hemos entrado sin ganas a la pista y recibimos 29 puntos en el primer cuatro… Y sin hacer ninguna falta personal [en realidad sólo una, de Paula Estebas]. Nos ha faltado carácter, igual que en otros partidos.
—¿Qué os ha dicho Jorge Elorduy? Supongo que está muy enfadado. Nos ha detallado aspectos que tenemos que cambiar y mejorar. Detalles que son para nosotras. Hay que seguir adelante [son penúltimos con dos victorias, las mismas que el CD Zamarat, antepenúltimo y el que por ahora marca la zona de salvación]. Tenemos un buen conjunto de jugadoras, pero como equipo no estamos produciendo lo suficiente.
—¿Os falta más unión?En pista, sí. No tenemos ningún problema interno. Es baloncesto: tenemos que pelear todos los balones y no refugiarnos en las excusas.
—¿Cómo podéis coger más confianza?Diría que es algo que depende de cada una. Todas tenemos muchísima calidad, aunque no podemos esperar que una jugadora lo haga todo. Es algo que debe salir del equipo. Es el único camino para sacar esto adelante.
—¿Tenéis los mismos problemas que al principio de la temporada a pesar de los cambios en la plantilla? Hemos mejorado y peleado un poco más en algunos partidos. Ganamos en casa al Gernika, en un gran encuentro. Eso sí, nos falta continuidad.
—Ante el Bàsquet Femení Sant Adrià cedisteis en Logroño tras dos tiros libres de Reisingerova con el tiempo cumplido y hace unos días estuvisteis muy cerca de darle un susto al Perfumerías Avenida. Da la sensación de que hay días que competís muy bien y otros que no llegáis a competir. Somos inconstantes. Hay días que sí lo intentamos dar todo y otros que estamos a la expectativa. Eso no puede ser. Tenemos que creer un poco más en nosotras mismas. Si hubiésemos perdido todos los partidos, te diría que la salvación es imposible y que la Liga no es nuestra categoría. Pero no es así. Tenemos nivel suficiente, pero no podemos seguir saltando a la pista y esperar a ver qué sucede. En dos semanas tenemos una final en casa contra el CD Zamarat, y hay que ganarla.
—¿Te sientes una superviviente en este equipo? ¿Pensabas que en algún momento te tocaría irte a ti?No pienso en esas cosas. Sólo quiero hacer mi trabajo. Si tuvieran que cambiarme porque fuese un problema para el equipo, no pondría pegas.
—Eres una jugadora ambiciosa que, falle o acierte, no baja los brazos. ¿Te gusta que te definan como una jugadora con garra que no da nada por perdido?Sí. Pero este año… Voy a ratos. Últimamente no empiezo los partidos con la energía que debería. Tengo que recuperar mi identidad y defender, por ejemplo, como he hecho otras temporadas.
—¿Cuál es el camino? Estar más concentrada, presionar todas las líneas de pase y no esperar que me cambien para mejorar cuando vuelva a salir. Tengo que vaciarme desde el inicio.
—Cuando el club anunció tu fichaje, Txisko Sáinz, el gerente, te describió así: “Es una jugadora que, gracias a una condición física privilegiada y a una asombrosa capacidad de salto, nos dará muchas posibilidades en el poste bajo. Su experiencia y su carácter, sin miedo al contacto y que lucha siempre por el rebote, nos garantizará buenas anotaciones y espectáculo en cada partido”. ¿Crees que has podido cumplir ese retrato? O, como dices, ¿hay ratos que sí y otros que no?Esta temporada todavía no he hecho un partido que me defina. Todavía no, pero sé que tengo esas cualidades porque las he demostrado otras temporadas.
—Tanto en el Uni Girona, donde jugaste la primera mitad de temporada, como ahora en el CD Promete tiras muy pocos triples. Tres el curso pasado y dos éste. En tu segunda y última temporada en el CD Zamarat (2015-2016) acumulaste hasta 23. ¿Has perdido confianza? ¿Ves que hay jugadoras que están más preparadas?No, tengo otro rol. En Zamora, con Lucas Fernández, tenía que hacerlo todo: subir el balón, tirar de tres, a veces utilizar el bloqueo directo... Me limito un poco más a jugar dentro porque hay compañeras que tiran mejor los triples. Quizás el año que viene esté en otro equipo y pueda lanzar más desde 6,75.
—¿Cómo has crecido como jugadora desde que aterrizaste en la Liga, en el Cadí la Seu? ¿En qué crees que has mejorado?Bueno… No sé… [Se ríe]. En muchas cosas… En La Seu viví mi primer año como profesional. Andreu Bou era muy intenso y me pedía muchas cosas. Estaba un poco como ansiosa por realizarlas y cada año he ido mejorando en ese aspecto. No hay algo concreto que pueda decirte…
—¿Ahora tienes más paciencia en la pista?Eso es.
—El año pasado te fuiste de Uni Girona poco después de llegar Coulibaly. ¿Viste que ibas a jugar menos y decidiste marcharte? ¿O cómo fue?Fui de las primeras del equipo en saber que vendría Coulibaly. Me enteré en diciembre y me fui en febrero. Estaba un poco saturada y no estaba creciendo como jugadora. Por eso tomé esa decisión.
—¿Saturada por la presión? No. Porque no me sentía cómoda en la pista.
—En el Galatasaray jugaste bastante. Disputasteis las semifinales de la Eurocup, donde perdisteis ante el Yakin Dogu, futuro campeón. ¿En Turquía te sentiste a gusto en la cancha?Sí. Antes de fichaste, los equipos miran tus estadísticas, y las mías en Girona no eran destacables. El entrenador me llamó por mi carácter. Estuve cómoda. Fue una gran experiencia porque volví a ser yo. Es el mismo objetivo que tengo ahora.
—He encontrado esta entrevista tuya en la web portuguesa Planeta Basket. ¿Es la primera que te hicieron?[Se la enseño y la mira]. Sí, puede ser. Han pasado muchos años [se publicó el 21 de noviembre de 2008].
—Decías que tu juego era ser profesional, y lo has cumplido, y que empezaste a jugar al baloncesto con 13 años y quien te animó a que lo hicieras fue un tío tuyo que vive en Bissau. Me aconsejó que lo intentara, sobre todo, por mi estatura. Mi tío era el único que tenía un vínculo con el baloncesto.
—Decías que preferías asistir que meter un triple y lo que más te satisfacía era asistir y ayudar el equipo. ¿Ha cambiado eso?No. [Se ríe]. Al final del partido pude lanzar un triple, pero se la pasé a una compañera. Sé que hay jugadoras que pueden hacerlo mejor que yo.
—¿Tienes algún espejo en el baloncesto?
Sigo a algunas jugadoras, aunque no me quedaría sólo con una. Mi favorita, Tamika Catchings, ya se retiró.