Hoy en día no está en el candelabro
Sofía Mazagatos es una modelo y actriz española más tonta que lamer una farola, seguidora, que no lectora, de Vargas Llosa.Esto no quita que sea una persona maquiavélica y dispuesta a todo por ser famosa y que nunca estará con un hombre pobre.
Tras dominar todas las portadas de revistas y salir hasta en la sopa poco a poco fue desapareciendo del mapa y tuvo que dedicarse a vender frutas por Internet y a doblar un personaje de Pocoyó.
Lo malo es que este personaje nunca vio la luz y ella jamás lo hizo.
Hubo un tiempo en la que se le pudo ver en la calle con ropa harapienta mendigando y durmiendo en cajeros y arropada con cartones. Acabó de mascota de Chelo García Cortés.
Lo que pocos saben es que inventó lo del En el candelabro mucho antes que In the chandelier Sia.
Biografía
Su carrera sobre las pasarelas se inicia tras lograr el título de Miss España en 1991. En 1997 descubrió que varias autoescuelas de Gibraltar emitían permisos de conducir, homologables en España y sin realizar ningún examen, a cambio de dinero. La Guardia Civil se enteró y le quitó el carné de conducir.
En 1993 Telecinco le ofreció sustituir a Leticia Sabater como presentadora de Desayuna con alegría y A mediodía, alegría.
Un año después conduce, junto a Luis Alberto Sánchez e Inma Brunton el espacio, también dirigido a los niños en Telecinco La tele es tuya, colega.
En 1996 montó una agencia de modelos con su amiga Mar Flores de, sin embargo, breve duración, ya que a los pocos meses ni se aguantaban, se tiraban los trastos a la cabeza y acabaron por disolver la escuela.
Fue protagonista del famoso spot publicitario navideño de Freixenet, junto a las también maniquíes españolas Juncal Rivero y Mar Flores.
Ha participado como concursante en los programas de televisión Cantas o qué de Antena 3 y El club de Flo de La Sexta. También en Pasapalabra y algún programa divulgativo de La 2 para quitarse el sambenito de tonta, pero no logró más que confirmarlo.
Trayectoria como actriz
¡Que me lo quitan de
las manos oiga!
En la gran pantalla, ha trabajado en las películas The Sea Wolf, Las pasiones de sor Juana y Take off (Despegue). Su debut teatral se produjo junto a Arturo Fernández en la obra Esmoquin.
Trayectoria como verdulera online y viajes a lo mochilero
Tras fracasar en todo lo que hizo no le quedó más remedio que crear un proyecto de cestas de frutas y verduras ecológicas, que se regalan por internet. Con este proyecto, dejó los medios y todo rastro del lujo que poseyó junto a los adinerados novios con los que se dejó ver en las revistas del colorín y pasó a estar rodeada de coles y alcachofas. No le debió ir muy bien y la cambió por una empresa de belleza.
Esto lo compaginó doblado personajes de Disney y una serie que llegó a España llamado Pocoyó. Lo gracioso es que Pocoyó es española, como para que no nos llegase. El caso es que ni Disney ni los creadores de Pocoyó sabían de que lo hubiera hecho.
Tras esto, fue al Vaticano a conocer a Juan Pablo III, pero cuando llegó allí le abrió un tal Benedicto y que allí ya no vivía ningún Juan Pablo. Contrariada se dirigió al Castillo de Windsor, pero se enteró que se le habían quemado las torres y se dio la vuelta. Participó en la XXVI jornada contra la ablación en Senegal, ya que le parecía terrible que tan jóvenes ya les prohíbieran hablar.
Líos amorosos
Supo mantenerse en el candelabro. Se buscó un ricachón, González de Caldas para lograrlo. Tuvo un affaire con el entonces consejero de Sanidad y secretario de Comunicación del PP de Madrid, Juan José Güemes, el cual pensaba divorciarse de Andrea Fabra, su mujer. Buscó olvidarle con Masoud Badiyi pero rompieron después de un verano lleno de acusaciones, rumores y comentarios sobre su pareja (sobre su situación financiera real, su verdadera identidad, sus negocios, su familia).
Rompió con él al enterarse que solo era rico en teoría, pero en la práctica no. Tras cansarse de viejos, moros y pijos, se pasó al lesbianismo duro y se lió con Chelo García Cortés. Todavía no había encontrado la hormona de su zapato ni esa persona que le ponga las plumas de gallina, pero lo más probable es que fuese rico.
El pringao en cuestión fue otro ricachón llamado Tito Pajares. Para asegurarse la pensión vitalicia se dejó hacer un hijo, pero perdió el segundo.