Software abierto, software cerrado o cazar ratones
Cuando tenemos una necesidad que puede ser solventada mediante la tecnología, o incluso, mejorar nuestra capacidad de gestión lo más adecuado es dejarse llevar y comprar el software que necesitamos. Hacemos listas y más listas de requerimientos y necesidades, las cuales son siempre incompletas y tendenciosas porque hay funcionalidades que no usaremos nunca y en las que invertimos horas y horas y dejamos de lado las que son el núcleo central de nuestro día a día.
En este buscar la solución que necesitamos acudimos a los proveedores más o menos conocidos, usualmente todos son de software cerrado, que nos prometen conseguir lo que necesitamos bajo dos premisas: hay que desarrollar y luego hay que pagar unas licencias, y por último, costes por usuarios. Asumiendo que te decantas por estas soluciones te enfrentas al dilema del crecimiento. Quizás estés pagando cien mil euros por el desarrollo, que puede parecer caro pero está más o menos en la cifra que se puede esperar para ciertas áreas, pero has de sumarle el coste de la nube y su proceso y además, las licencias por usuario del sistema. Si empiezas con un equipo de diez personas no suena una cifra muy alta, pero a la que te vas a cien o doscientos trabajadores, los precios sobre el papel se disparan tanto que te sería más barato fabricarte tu mismo el ordenador, el sistema operativo y luego el software que has comprado.
Claro que lo que puedes hacer es empezar con esta solución, pagas lo que te toca y cuando crezcas ya migraras. Amigo, está es la trampa dorada. Si al empezar a negociar sueltas esta premisa: quiero poderme llevar todos mis datos de forma estructurada para poderlos mover a otra plataforma, suelen darte unas respuestas más dignas de un felino que no quiere compartir su comida pero no se atreve a decírtelo que una respuesta franca. A mi ya me toco pasar por ese trauma de migrar de una plataforma a otra y no se lo recomiendo a nadie, diferente lenguaje de programación, diferentes servidores, diferente estructura, nos volvimos locos para conservar la integridad de los datos.
Otra pega es que estás en un sistema SAS -Pagas lo que te digamos porque te tenemos pillados por las partes blandas, con lo que no es que tu abonas un importe y usas el programa, cada mes -o año- abonas una cantidad que puede cambiar en cualquier momento y sobre el cual tienes poco poder de negociación -si eres una PYME, si eres el Banco de Santander ya es otra historia- Con lo que tus costes variables se van a convertir en extraordinariamente variables porque no vas a poder migrar de un día para otro a una solución alternativa.
Con esto quiero decir que todo el sistema de software en la nube es para pobres. Los que tienen recursos se desarrollan su software a medida, y los que no, son lo suficientemente grandes como para apretar a sus proveedores hasta límites que avergonzarían a IKEA. ¿Que solución tienen las pequeñas empresas?, personalmente, optar por desarrollos de código abierto. No son los más bonitos, no son los más famosos, pero como mínimo tienes más control sobre lo que pasa en tus servidores y siempre existirá un pool de desarrolladores que podrán ayudarte aunque tu producto tenga más años que el COBOL.
La duda es, ¿que me protege más ante el director general, SAP o OpenERP? Y lamentablemente esta es la respuesta que determina decisiones que son equivocadas de raíz. No se escoge la solución óptima para la empresa, sino la que puede salvarle el culo al responsable de tecnología.
Como dice el refrán, lo importante es cazar ratones, pero aunque el mejor depredador de estos roedores es el gato callejero, a todos se nos van los ojos cuando vemos un pekines.
Película: Unforgiven
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