Revista Cultura y Ocio

Sol de invierno

Publicado el 30 diciembre 2014 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Aquí está, el sol de invierno, el astro rey comportándose de una manera extraña, ajena a lo que nos tiene acostumbrados. Incluso a veces ni aparece cuando debería estar. Aquí están, sus rayos de luz y calor, pero su luz y su calor son un poco extraños. Parece que él, al igual que los seres humanos, se ha concienciado de que el planeta no está bien, que el clima está un poco raro, y que por eso, nuestra estrella se ha puesto a dar ejemplo a todos ahorrando energía, bajando la potencia y el uso de la luz y el calor.

-¡Ostras! Mira tú que bien que ya tenemos a una estrella de fama mundial para nuestro próximo anuncio, dirían los ecologistas. Una estrella reflejada en los posters de muchas habitaciones del planeta, y a la cual todos los habitantes del planeta la saludarían con los mayores honores del planeta (eso sí, un poco con miedo, impone autoridad, pues dicen que no se debe de mirarla a los ojos directamente, como la mítica Medusa), y que solo con sus palabras sería capaz de influir en todos los ámbitos de la vida.

Lo siento, amigos, pero no es de ese tipo de estrellas. Es una estrella tímida, pues no se le ha oído pronunciar sonido alguno (aunque algún iluminado diga lo contrario). En principio, se piensa que también es sorda, pues parece que no responde a estímulos externos. Además, periódicamente tiene algún tipo de extraña enfermedad cutánea, le salen unas manchas enormes que no son habituales. Y dan miedo, mucho miedo. Los niños a veces dibujan el sol con ojos, boca, y hasta a veces con nariz y orejas, como si el sol tuviese una forma humana (al menos en cuanto al rostro se refiere). Pero nunca verás un dibujo de ese tipo con un sol con manchas (a no ser que mientras el niño o la niña estuviesen dibujando, hubiera un accidente con la comida, la bebida, la pintura,… que afectaran al resultado final del mismo).

Pero no sabemos qué le pasa a esta estrella universal en invierno. ¿Es la época de su período? ¿Le han contagiado alguna enfermedad típicamente invernal, como por ejemplo, un catarro o una gripe? ¿Le cogió el frío alguna noche intempestiva? ¿Y qué me decís de los dolores de cabeza que provoca? ¿Cuántas pastillas hay que tomarse para el dolor se te pase? No lo sabemos, pero lo que es evidente es que el sol en invierno pierde fuerza, y no calienta ni ilumina como lo hace en el resto del año. Así que ya sabéis lo que toca este invierno: ahorrar energía.

Simón de Eiré


Sol de invierno
Sol de invierno

Volver a la Portada de Logo Paperblog