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La energía solar es, en este sentido, una solución prometedora para satisfacer esta necesidad, pero su sistema guarda algunos problemas evidentes: los paneles solares no pueden generar energía cuando está nublado o es de noche, y están demasiado lejos del principal generador, el sol.
Ahora bien, estas limitantes desaparecerían si transportamos esa estructura a través de la atmósfera hacia el espacio exterior, propiciando de este modo un suministro constante de energía al planeta. Esta alternativa viene de la mano del proyecto Solaris de la Agencia Espacial Europea, que está diseñando la creación de una granja solar en el espacio exterior para que transmita energía a la Tierra.
El parque solar, enclavado en el corazón del universo, se ensamblaría en órbita en una única megaestructura. Según los científicos que conforman el proyecto, si los satélites se colocan a una altura suficiente en órbita (a unos 35.500 kilómetros de distancia) pueden evitar por completo la sombra de la Tierra y, en cambio, mantener un suministro constante de potente luz solar.
La luz solar captada en el espacio se convertiría en microondas y luego se irradiaría a través de la atmósfera terrestre, donde sería captada por una antena o receptor eléctrico que se extendería a lo largo de un área de más de un kilómetros y medio de extensión. Finalmente, la antena convertiría las microondas nuevamente en electricidad y las canalizaría de forma directa a la red.
Por supuesto, esto conlleva una serie de preocupaciones de seguridad pública que requieren investigación profunda, incluido el impacto que las microondas podrían causar en los seres vivos, pero también la compatibilidad con satélites o aviones que podrían atravesar el haz.
En este momento, los científicos anticipan que se espera que los niveles de radiación sean equivalentes a estar al lado de un horno microondas en funcionamiento, pero eso aún necesitaría la aprobación regulatoria antes de que comiencen los ensayos.
Por supuesto, también existen desafíos a gran escala. ¿Podrá el proyecto crear una estructura duradera que pueda resistir el impacto de desechos espaciales o meteoritos y poder repararse fácilmente en todo el espacio?
Los sistemas de reparación robótica para el mantenimiento del espacio exterior son un área de rápido crecimiento, lo que podría resultar la clave para hacer que una hazaña como el proyecto Solaris sea más que ciencia ficción. Si Solaris obtiene luz verde para la inversión y el pleno desarrollo en 2025, la ESA planearía construir un parque solar comercial en el espacio exterior para 2040.
En el último tramo del año pasado, la Agencia Espacial Europea seleccionó a Thales Alenia Space para liderar el estudio de viabilidad del proyecto con la intención de desarrollar nuevos avances en la implementación de un sistema eficiente de suministro de energía desde el espacio. Esto incluye el uso de tecnologías de vanguardia como paneles solares espaciales de alto rendimiento, la transmisión inalámbrica de energía y el ensamblaje robotizado en órbita. Los resultados del estudio guiarán las futuras actividades de investigación y desarrollo relacionadas con el proyecto.
El grupo de empresas europeas encargado de llevar a cabo estos estudios cuenta con una amplia gama de capacidades complementarias en diferentes áreas. Thales Alenia Space aporta su experiencia en sistemas orbitales, mientras que Dassault Aviation contribuirá con su conocimiento en aviación. El asesoramiento estratégico está a cargo de Arthur D. Little, mientras que Engie, ENEL y Air Liquide aportarán su pericia en el ámbito de la energía. Una colaboración sinérgica que, sin dudas, demuestra el potencial de un proyecto capaz de transformar para siempre la industria energética del mundo entero.
Fuente: Fast Company
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