No quiero quitar valor a esas grandes campañas mediáticas, a esos maratones de solidaridad que nos proponen ayudar a tantas y tantas familias de aquí y de más allá que viven al límite de sus posibilidades, pero no nos podemos quedar ahí. Cuando se apagan los focos, cuando se termina de barrer el escenario, lo que queda es el trabajo real, sin ruidos ni alharacas, de muchos voluntarios y asociaciones que se esfuerzan cada día por mejorar las condiciones de vida de muchos vecinos de nuestras Islas. Detrás del escenario queda lo más valioso, que es la implicación de todas esas personas que han hecho de la ayuda a los demás una forma de vida. Ahí se encuentra, la verdadera, la auténtica solidaridad.
Una de estos incansables equipos lo componen los miembros de la Asociación Padre Laraña, que llevan desde 1982 ayudando a familias con pocos recursos de Santa Cruz de Tenerife a salir adelante. Sin hacer mucho ruido, agradeciendo todos los apoyos que reciben por pequeños que sean y trabajando día a día con la rigurosidad y la seriedad que este tipo de acciones requiere, esta organización sin ánimo de lucro acoge cada día a unos 70 niños y adolescentes en su comedor. Allí además de encargarse de su alimentación diaria, les dan apoyo educativo y mucho, mucho cariño con el que seguro podrán enfrentarse mejor a los retos que el futuro les ponga en su camino.
Su buenhacer ha hecho que muchas instituciones y empresas privadas les presten su apoyo, pero nunca es suficiente. También personas anónimas se acercan hasta su sede con carne, fruta o cereales, todo es bienvenido. Una de ellas es Ángel González, un recién estrenado padre que, según dice, quiere que todos los niños tengan, como su hija, sus necesidades básicas cubiertas.
No lo conozco, he sabido de su iniciativa por terceros, pero me parece admirable. Él mismo cuenta que el nacimiento de Lucía le llevó a reflexionar sobre todos los niños que no han tenido la suerte de nacer en un núcleo familiar capaz de cubrir todas sus necesidades y, por ello, creó una plataforma de crowdfunding “Luz para los niños” con el objetivo de garantizar, al menos, la alimentación de uno de los niños del comedor de la Asociación Padre Laraña durante este año 2015. Y, ¿saben cuánto dinero le hacía falta para cumplir su objetivo? ¡300 euros! Ya tienen algo más de 400 pero igual entre todos podremos llegar a financiar la alimentación de dos niños, o de tres, o, quizá de cuatro… Un bonito reto para empezar la semana, ¿no?