Al parecer, el Teatro carece todavía de suministro eléctrico propio y tuvo que enchufarse un generador, lo que provocó que no funcionase la calefacción y que el sonido fuese algo deficiente.
Ha quedado precioso, sin duda, mucho más bonito por dentro que por fuera. Se trata de una obra espectacular se mire como se mire. Otra cosa muy distinta es que estén justificados los 8 millones de euros que ha costado y que sepamos o podamos amortizarla de la mejor manera posible. Por lo demás, el acto de la inauguración fue sencillo, no tuvimos que soportar ningún mitin (es más, incluso diría que la Alcadesa estuvo políticamente correcta, aunque, como siempre, ignorando a todos los que no son de su partido).
No puedo evitar comentar la extraña sensación que me produjo el hecho de que la inauguración se solapase con el acto de apertura de la Semana Solidaria. Observo que se nos llena la boca al hablar de ayuda a los más desfavorecidos, mientras al mismo tiempo asistimos a la ceremonia del despilfarro y el derroche económico más exagerado de la historia de nuestro pueblo. No se, pero algo no me cuadra.
Una vez más tengo que quitarme el sombrero ante el grupo "Faula Teatre", que llenaron el escenario de hadas, faunos, gnomos y elfos, deleitándonos con una obra que narra en el triunfo de la luz sobre las tinieblas (esperemos que pronto se haga realidad). Al final el público, puesto en pie, aplaudió a estos inmensos artistas a los que hay que darles la enhorabuena. Os dejo un montaje de varias escenas que he preparado:
NINGÚN DOLOR NOS ES AJENO. Las informaciones que llegan sobre el cataclismo de Japón describen un episodio de consternación que supera cualquier frontera o diferencia cultural: más de 88.000 personas desaparecidas, temblor de 8.9 grados, 20 países en alerta. Solidaridad. Responsabilidad. Respeto. Cercanía.
(Explicación de la imagen: la palabra Japón sobre el texto de los primeros siete artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).