A pesar que muchos piensen que si, a pesar que muchos estén convencidos de que después de estos años muchas cosas en este país han cambiado, yo creo que no es así y en algunos casos, si ha cambiado, no ha sido tanto como debería. Estos años de crisis han sido terribles para muchas familias, no ha habido prácticamente familia alguna en España donde no se haya dado un caso de paro, un caso de ruina económica o donde no se haya sufrido algún aspecto de la crisis de una u otra forma. Presumimos en España, además, de ser uno de los países más solidarios del mundo, pues como serán en el resto de los países, no me lo quiero ni imaginar, aquí presume de solidario cualquiera.
Ahora hay un tipo de solidaridad que es cuanto menos curiosa, la solidaridad “on line” podríamos llamarla. Un ejemplo, van a desahuciar a alguna familia, con alguna circunstancia más o menos mediática, y aparecen los solidarios de Twitter. Los solidarios de Twitter son gente, normalmente de izquierdas, a los que me imagino en su ordenador tocándose las narices mientras se “solidarizan” con aquel que van a desahuciar. Ni ponen un duro para evitarlo, ni mueven un músculo fuera de su sofá, pero son muy solidarios. Para ellos esa es hacer su gran labor del día, hacer un twit para demostrar a los afectados lo solidarios que son. Que se dejen de gaitas y si realmente lo sienten que les pidan su cuenta bancaria y que les ingresen lo que buenamente puedan. Es la solidaridad de quedar muy bien pero no mover un músculo.
Después está la solidaridad que se ve por la calle que excepto raras excepciones brilla por su ausencia. Es más, las pocas familias donde la crisis no ha afectado a ninguno de sus miembros son todavía más egoístas que antes no sea que la desgracia sea también contagiosa. Y en las que si ha afectado ven su desgracia pero no ven la desgracia que pueda estar sufriendo el de al lado, aunque pueda ser similar a la suya. Voy a poner un ejemplo, paseaba yo por la calle y una chica que repartía publicidad llamaba al telefonillo automático de un bloque. La señora del piso contesto y la pobre chica dijo: “correo comercial.” La del piso la dijo que por qué no lo dejaba en la cesta de la puerta, la cara de la chica era un poema, por su cara estoy seguro que no era la primera respuesta similar que recibía. ¿Que le costaba a la vecina darle al botón y abrir la puerta? Que si, que recibimos mucha publicidad, pero todos tenemos que comer, el facilitar a la gente su trabajo también es solidaridad por muy precario que sea ese trabajo. Estoy seguro que después esa señora que no abría la puerta tendrá una hija, una nieta, una nuera o quien sea que tenga un trabajo similar al de aquella chica y cuando le cuente en su casa que le pasan cosas similares la señora en cuestión se preguntará el por qué. ¡Pero si tú haces lo mismo!
Cuando el asunto laboral está tan mal como está en España la mayoría de trabajo que se encuentra es muy precario, y ser solidario también es facilitar el trabajo de toda esa gente que no encuentra otra cosa. Pero ojo, facilitar el trabajo no consiste en que se tenga que decir que si a todo, consiste en tratar con amabilidad y educación, no hay más, es muy facil. ¡Ah! Y también en escuchar, quién sabe a lo mejor te ofrecen alguna vez algo que te interese, o quizás algún día a ti a o a cualquiera de tus hijos les toca hacer algo similar. Si nos diéramos cuenta que ponerse en el lugar de los demás es ejercer un poco de solidaridad también quizás las cosas empezarían a funcionar un poco mejor.