Es increíble cómo las cosas van cambiando en la vida de las mujeres de nuestra generación. Las amistades se fomentan de otra manera cuando llegamos a cierta edad. Si a los veinte o treinta lo primordial es pasar tiempo con nuestro novio y posterior marido, a los cincuenta parecemos volver a la infancia y adolescencia. Recobramos amigas del colegio y acrecentamos las salidas con las madres de compañeros del "cole" de nuestros hijos. Esas quedadas de "solo chicas" nos dan muchísimas satisfacciones: risas, confidencias e incluso la pérdida del sentido del ridículo. Es lo que genera el volver a sentirnos niñas, llenas de energía, con vigor extremo y con más ganas de vivir que nunca....
El padre de una de nosotras, que se llevaba muchos años con su mujer, la alentaba para que saliera con sus amigas. Sabía que él, por Ley de Vida, iba a dejar este mundo antes que ella, y que el apoyo que tendría de esas señoras iba a ser fundamental. Ese sabio consejo debemos mantenerlo. Las amigas lo dan todo, y nosotras dos lo sabemos bien.... ¡Por eso, hay que cuidarlas!
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Suponemos que vosotras tenéis esa misma percepción de la amistad, pero... ¿y los chicos? ¡Contadnos!