Solo en casa

Por la presente se hace público el balance oficial de víctimas del 7N. Para quien no esté al corriente ayer, siete de noviembre de dos mil doce, el padre tigre se quedó solo ante el peligro en lo que vino a ser su primera jornada como padre de cuatro a tiempo completo. Tras la evaluación preliminar de los daños de la hecatombe, procedemos a detallar a continuación la relación de víctimas y otros desperfectos:

• Falange inferior del dedo anular de la mano derecha de La Cuarta: Se observa un corte de profundidad relevante e hinchazón considerable bajo un vendaje de opresión aplicado con manos demasiado grandes para el diminuto tamaño del dedo en cuestión. Es curiosos también como el padre de la criatura obvió cualquier labor de desinfección de las lesiones. Pensaría quizá que, donde haya gasa a jirones con churretones de sangre seca, que se quite el Betadine.

• Portátil paterno: A pesar de haber lesionado el dedo de la benjamina por aplastamiento, tras tirar ésta con un ímpetu inusitado del cable de corriente, no se aprecian daños ostensibles del procesador interno. La carcasa luce algún que otro rasguño superficial que no justifican la petición del padre tigre de que sea remplazado por un iPad de última generación. Esto no es el Congreso.

• Esquina inferior derecha del incisivo superior derecho de La Cuarta: Aunque el padre tigre alega no saber nada al respecto, y dice sospechar con fundamento que la niña vino así de fábrica, al ojo materno no se le escapa que allí falta una esquina de diente. Tras someter a La Segunda a un minucioso interrogatorio para esclarecer los hechos, la conjetura más plausible es que el desconchón dental se produjera al tirarse la niña de cabeza desde la mesa del comedor. Parece ser que accedió a ésta trepando por la trona. Este tribunal que conoce de sobra la vocación alpinista de La Cuarta, se pregunta no obstante dónde diantres estaba el padre tigre mientras la niña escalaba sin el arnés reglamentario.

• Una docena de huevos de corral: Sólo al más incauto de los padres puede ocurrírsele depositar los huevos en el carrito de la compra mientras La Tercera está todavía dentro campando a su anchas. No sorprende pues que de la docena de huevos no quedara ni uno apto para consumo humano.

• Esperanzas de acceso a la universidad de La Primera: Esté comité estima del todo inaceptable que se haya relevado a La Primera de sus prácticas de dictado con tres fallos, por muy insignificantes que éstos sean a ojos paternos. Auguramos pues una debacle en las notas de la susodicha que nos produce tremenda consternación visto que en dos años estos mismos evaluadores decidirán si la alumna es o no apta para ir a la universidad.

• Salubridad medioambiental: Es imposible pasar por alto el lamentable estado en el que se encuentran las instalaciones familiares empezando por la cocina y acabando por las camas sin hacer.

• Futuro de las niñas como egobloggers: Hay indicios suficientes para temer que toda la ardua labor de la madre tigre por convertir a sus hijas en futuros iconos de estilo y elegancia haya sido tirada por la borda. Se sabe de buena tinta que ayer fueron avistadas en público con unos estilismos capilares que tuvieron que practicarse unas a las otras ante la incapacidad del padre tigre de hacer una simple coleta de caballo.

A la luz del devastador efecto de la ausencia materna se decide suspender indefinidamente la actividad reproductora de la pareja –claramente no damos para más- y declarar un alto en las escapadas maternas hasta nueva orden.

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