Primer martes de la nueva estación, el verano ya está aquí, para la segunda historia de la autora estadounidense Sarah Dessen, aunque para mí es la primera, que lleva por título Just listen.
Annabel está sola: se ha peleado con la que, hasta hace poco, era su mejor y única amiga. Ahora tiene que sufrir día tras día, en el instituto, los insultos y las miradas de aquellos que la han juzgado antes de preguntarle por lo que pasó aquella noche en la que todo cambió.
Así, tras un verano sin salir de casa, la chica mantendrá su actitud distante y continuará con su particular aislamiento. Sin embargo, este durará poco tiempo más, ya que pronto entablará una relación, amistosa en un principio, con Owen, un grandullón con fama de chico duro que soluciona los problemas a base de golpes.
Él, que acude a terapia para controlar su temperamento, dice siempre la verdad, por dolorosa que esta sea. Ella, acostumbrada a no hacer frente a los problemas y a guardarse todo dentro, verá en el chico un gran apoyo. Su sinceridad le ayudará a ser valiente, a plantarle cara a la vida.
Y es que, que se haya peleado con su mejor amiga no es su único problema. En casa las cosas tampoco van bien desde hace tiempo, desde que una de sus hermanas, padece anorexia. Además, la protagonista está inmersa en el mundo de la moda, tradición familiar podía decirse, una profesión que no le gusta pero que no se atreve a dejar por temor a decepcionar a su madre, a la que llevar a su hija de acá para allá de foco en foco le da vida.
La historia está narrada en primera persona por la protagonista, mediante un lenguaje sencillo y, aunque en la novela de Dessen hay tópicos, estos no molestan. Los personajes que ha creado la autora, así como los escenarios en los que se desarrolla la historia no causan rechazo en el lector. Entre los primeros tenemos desde los populares hasta los introvertidos. En este sentido, además de los protagonistas, destacan varios de los secundarios como Sophie, la mala de la película; Mallory, la hermana pequeña de Owen, y Whitney, la hermana con problemas de Annabel. Todos ellos son cercanos y como consecuencia, creíbles.
Lo cierto es que no sabía cuál iba a ser el resultado de esa mezcla de temas (el mundo de la moda y la anorexia, la amistad, el amor...) y este, al final, me ha sorprendido para bien.
Cabe decir que hay un elemento que sobresale del resto, pues la música juega un papel muy importante al unir a la pareja principal, aunque los silencios también son claves.
A pesar de que resulta predecible, en relación al problema que más destaca de los que tiene la protagonista, pues es fácil adivinar cuál es la razón que la llevó a distanciarse de su íntima amiga, eso no disminuye las ganas de querer seguir leyendo la historia, de llegar hasta ese agradable desenlace que yo, la verdad, he agradecido mucho.
En casa me está esperando, también desde hace tiempo, el primer libro de la autora, Una canción para ti, así que pronto me pondré con otra de sus historias ya que esta, como veis, me ha dejado un buen sabor de boca. Saludos, devorador@s.
Agradecimientos Maeva