A lo largo de todos estos años, después de tratar con multitud de alumnos/as de diferentes entornos, de diferentes Comunidades Autónomas he descubierto muchas cosas, en muchas veces he descubierto que estaba equivocado, que hay muchas maneras de hacer las cosas bien y solo una o dos de hacerlas mal.
Mis alumnos/as, entre otras cosas, me han enseñado a ver las cosas de otra manera, desde otra óptica, que las cosas no son tan trágicas como parecen y que siempre hay esperanza de que las cosas se arreglen al final.
En general los/las alumnos/as son gente normal, ya sé que esto es una obviedad, pero ¡seamos serios! cuantas veces hemos escuchado en las salas de profesores comentarios que ponen en cuestión esa afirmación. Mi experiencia es totalmente distinta, la inmensa mayoría son gente muy comedida, que hace apreciaciones muy ajustadas a la realidad, cuando los alumnos hablan sobre el desarrollo de una clase, de como un/una profesor/a lleva una clase suelen ser bastante objetivos, entre otras cosas porque en una clase hay alrededor de 15-20 personas y es muy difícil que entre todos no describir de una manera bastante acertada lo que ocurre en el aula.
Otra cosa es que no nos gusten esas observaciones, desde mi óptica como padre tengo que reconocer que los/las alumnos/as tienen bastante aguante y que tienen una paciencia infinita.
A lo largo de estos años he sido muchas veces tutor, la mayoría de ellas de forma voluntaria y he tenido que mediar en conflictos entre el grupo de alumnos/as y algún/a profesor/a, de esos años como tutor aprendí que cuando se le pone una nota a un alumno para calificar su trabajo tiene que ser una nota que el/la alumno/a entienda y comprenda esa nota.
Muchas veces se nos olvida que la nota para un/a alumno/a es como nuestra paga mensual, nosotros trabajamos durante un mes y esperamos que al final del mes nos paguen lo que tenemos acordado y menudo escandalo si un mes no nos pagan, si eso ocurriera protestaríamos airadamente y esperaríamos una respuesta, un razonamiento lógico explicando que es lo que ha pasado, como a mi me pasó una vez y la explicación lógica fue que mi banco había cambiado la numeración de las cuentas y por eso aunque la administración había ingresado el salario, a mi no me había llegado, cosa que comprobé que era cierta y no tuve ninguna duda de que iba a cobrar sin ningún problema cosa que varios días después ocurrió.
Volviendo al tema, cuando ponemos una nota tenemos que ser conscientes de que tenemos que poder explicarle al alumno/a el por-qué de esa nota, desmostrarle de donde sale y justificarle porque su nota es diferente de la nota de otro/a compañero/a, sino somos capaces de explicar esa nota, es mejor no ponerla.
Debido a lo anterior, este año he retomado la constumbre que tuve hace unos años de entregar los exámenes fotocopiados a mis alumnos/as de 2º de Bachillerato. Solo lo hago en ese nivel porque bajo mi punto de vista es el nivel más importante y decisivo para un/a alumno/a porque en ese curso se esta decidiendo su futuro profesional y personal.
El sistema de funcionamiento es muy simple, cuando realizan un examen, al terminar les entrego el examen resuelto, después corrijo los exámenes, los fotocopio y se los entrego para que ellos/as comprueben si están bien corregidos. Así no hay trampa ni cartón, comparan como esta corregido su examen, en el examen están escritos los criterios de corrección que se van a seguir, también puede consultar el examen de un/a compañero/a, lo pueden comparar con las soluciones del examen que tienen en su poder y si tienen alguna duda saben que pueden consultarme cuando quieran. Saben que siempre estoy dispuesto a responder a todas las dudas que les puedan surgir.
Con este procedimiento alcanzo varios objetivos:
- Como los/as alumnos/as revisan su examen, sé que no he cometido algún error a la hora de la corrección, cosa que ocurre bastantes veces.
- El proceso de corrección y de calificación es totalmente transparente, a la vista de todo el mundo.
- Los padres tienen acceso a esos exámenes y pueden así comprobar de primera mano como van sus hijos.
- Los/as alumnos/as pueden identificar sus errores y buscar los medios para corregirlos ya que lo pueden comparar con las soluciones que también tienen en su poder.
Al final los/as alumnos/as saben y entienden sus notas, entienden como han alcanzado esas notas, y esas notas son asumidas por ellos/as de forma natural, evidentemente los/as que suspenden no están contentos/as pero no albergan ninguna duda sobre la justicia del procedimiento.